Andanzas de un tuno en Liechtenstein

Aunque lo parezca, el relato que van a leer no es uno de los mon¨®logos que este humorista y actor desgrana en El club de la comedia. Viaj¨® al min¨²sculo ducado de Liechtenstein.

Vayamos a la g¨¦nesis. Usted estudiaba derecho y era tuno. Y se marc¨® un viajecito ?para celebrar el fin de carrera?

Qu¨¦ va, si yo tard¨¦ 10 a?os en terminar. Siempre dije: "Santi, no te precipites". Fui con cuatro tunos amigos. No celebr¨¢bamos nada... Bueno, s¨ª, el patr¨®n de Senegal.

Eligieron un pa¨ªs peque?ito.

S¨ª, eran unos 6.000 en Vaduz, la capital de Liechtenstein. Pero muy organizados. F¨ªjate que actuamos en la Asociaci¨®n de Amigos de la Sauna, donde estaba apuntado el 25% de la poblaci¨®n.

Me muero por saber c¨®mo les fue.

De maravilla. Un d¨ªa fuimos de visita al castillo de Vaduz, donde Wagner compuso Trist¨¢n e Isolda, y en ese momento llegaban cuatro autobuses de japoneses con sus c¨¢maras de fotos. Como ¨ªbamos vestidos de tuno, les dijimos que ¨¦ramos una guardia especial que el rey del castillo hab¨ªa contratado para cantar nanas a la princesa, que era insomne. Se quedaron fascinados y pagaron un franco por hacerse una foto con nosotros. Dos francos, foto con instrumento.

Qu¨¦ linces. Con lo que sacaron, bien podr¨ªan haber dormido en un hotelazo.

Dormimos en uno tipo casita de Heidi. Recuerdo que all¨ª vi por primera vez los edredones tipo funda n¨®rdica, y llam¨¦ a recepci¨®n para quejarme de que se les hab¨ªan olvidado las s¨¢banas. Esa noche dorm¨ª dentro del edred¨®n, entre la funda y el relleno.

Hay que ver lo que se aprende viajando. ?Hicieron turismo?

S¨ª, en cuanto ganamos lo suficiente. Fuimos a Innsbruck (Austria), que era muy bonito, y all¨ª nos pusimos a cantar en la calle hasta que una chica nos contrat¨® para hacerlo subidos en una carroza, como reclamo de su negocio.