V¨ªctimas tard¨ªas del amianto
Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s de conocerse la toxicidad, siguen apareciendo nuevos casos de la enfermedad
El amianto, un silicato sobreutilizado en la d¨¦cada de 1960 como material de construcci¨®n y hoy proscrito en la Uni¨®n Europea por sus efectos cancer¨ªgenos, ya no se usa. Pero, a la par que ha ido desapareciendo de las f¨¢bricas, ha asomado en las vidas de jubilados, de sus familias y de los que en alg¨²n momento han vivido puerta con puerta con este silicato. Y lo hace en forma de enfermedad grave. Tan grave como la fibrosis pulmonar o el c¨¢ncer de pleura.
En la retina de las poblaciones de Cerdanyola y Ripollet, en el cintur¨®n de Barcelona, pervive una imagen: la de la empresa Uralita, SA. Fue su medio de vida durante un siglo, desde 1907 hasta 1997, cuando finalmente fue desmantelada. En Uralita se fabricaba fibrocemento con el amianto. Rebosante de virtudes -es incombustible, aislante de calor y sonido, resistente a la corrosi¨®n qu¨ªmica y a las torsiones-, fue utilizado durante d¨¦cadas para recubrir edificios, plantar tuber¨ªas y levantar tejados. Pero este producto milagro, incorruptible e incombustible, y con m¨¢s de 3.000 aplicaciones, tiene un grave defecto: el polvo que desprende cuando se manipula.
El hospital Parc Taul¨ª ha diagnosticado 40 casos de c¨¢ncer de pleura en s¨®lo 10 a?os
Una exposici¨®n m¨ªnima puede ser suficiente para desencadenar un mesotelioma pleural
Ese polvo se mete en el organismo con s¨®lo respirar. Las fibras pueden quedarse en las v¨ªas respiratorias y ser eliminadas con la mucosa, pero las m¨¢s peque?as pueden llegar a penetrar hasta la pleura.
Una exposici¨®n m¨ªnima puede ser suficiente para desencadenar un mesotelioma pleural, un c¨¢ncer que afecta a la envoltura de los pulmones y que no tiene cura. "El tiempo entre el diagn¨®stico y la muerte del paciente suele ser de un a?o", explica Miquel Gallego, neum¨®logo del Parc Taul¨ª de Sabadell que desde 1995 atiende a los afectados por el amianto de Cerdanyola y Ripollet. No es una cuesti¨®n ni de cantidad ni de tiempo de exposici¨®n. Gallego pone como ejemplo el derrumbe de las Torres Gemelas. Al caer, tras el atentado terrorista, no tan s¨®lo dejaron miles de cad¨¢veres, sino que esparcieron mucho polvo lleno de amianto. "Seguramente", explica Gallego, "habr¨¢ algunos bomberos, polic¨ªas y voluntarios que trabajaron sin protecci¨®n, que en 30 o 40 a?os tendr¨¢n un c¨¢ncer de pleura".
Muchos de los que trabajaron o vivieron cerca de la empresa Uralita de Cerdanyola, hace 30 y 40 a?os, comienzan a notar ahora las secuelas de haber respirado entonces polvo de amianto. Fibrosis pulmonar, c¨¢ncer de pleura, de pulm¨®n y peritoneal son patolog¨ªas directamente relacionadas con el amianto. El periodo de latencia es largo. Una persona afectada puede tener fibras de amianto en el organismo y no desarrollar la enfermedad hasta m¨¢s de 30 a?os despu¨¦s de tener los primeros s¨ªntomas: disnea, tos, sensaci¨®n de ahogo, dolor en el t¨®rax.
Ante estos s¨ªntomas, la pregunta del m¨¦dico es obligada: ?cu¨¢l es la historia laboral?, ?d¨®nde ha vivido? Despu¨¦s vendr¨¢ el estudio radiol¨®gico que confirmar¨¢ la exposici¨®n al amianto. Miquel Gallego da una cifra que expresa la dimensi¨®n del problema: en el hospital Parc Taul¨ª, que atiende a una poblaci¨®n de 391.546 habitantes, ha habido 40 casos de c¨¢ncer de pleura en 10 a?os. La media mundial es de un caso por a?o y por mill¨®n de habitantes, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).
Josep Tarr¨¦s lleva 30 a?os atendiendo patolog¨ªas respiratorias relacionadas con el amianto desde su consulta en un centro de atenci¨®n primaria de Cerdanyola. Desde hace a?o y medio viene haciendo un estudio entre la poblaci¨®n de Sabadell, Cerdanyola, Ripollet, Sentmenat y Barber¨¤ del Vall¨¨s, unos 320.000 habitantes. "De momento, tengo 500 posibles casos", asegura.
Los que han sido tocados por el amianto tienen algo en com¨²n: les cuesta hablar, porque se quedan sin aire, viven con una permanente sensaci¨®n de ahogo. Subir unas escaleras o andar hasta la casa del vecino es una lucha diaria. Todo exige un sobreesfuerzo, porque la enfermedad ha endurecido sus pulmones, no se expanden con la misma facilidad con lo que lo har¨ªan los de una persona sana.
Salvador Ma?osa es un escultor que ha impulsado la creaci¨®n de una asociaci¨®n de afectados por el amianto en Cerdanyola. Ahora quiere plantar en la ciudad una figura de mujer, "pre?ada de amianto". ?l nunca ha trabajado en Uralita, pero naci¨® a pocos metros de la f¨¢brica. "De peque?o jugaba con el amianto, nos revolc¨¢bamos entre aquel polvo blanco y nos lo tir¨¢bamos a la cara para jugar". Hasta hace poco no supo que ten¨ªa fibrosis pulmonar, pero la enfermedad, asegura, le ha atormentado toda la vida: "Porque eres un ni?o, te gusta correr y corres, pero te cansas, juegas a hockey y s¨®lo puedes hacer de portero, quieres ir nadando hasta la boya con tu hija, pero no puedes". ?Por qu¨¦ ahora, al cabo de tantos a?os, una asociaci¨®n? "Porque hasta ahora siempre ha habido miedo. La gente de Cerdanyola o Ripollet se ganaba la vida o en el campo o en Uralita".
Jos¨¦ Izquierdo estuvo trabajando en Uralita entre 1965 y 1997. "Mi pulm¨®n izquierdo tiene una incapacidad del 75%", dice. "Cobro una miseria, he perdido la salud y no me saco de encima la preocupaci¨®n del c¨¢ncer", explica este jubilado. Izquierdo recuerda: "A partir de 1971, cuando se conocieron los primeros casos, nos concienciamos y pedimos que se tomaran medidas". Pero no se march¨®; "porque ten¨ªa 40 a?os y una familia que mantener".
Hay otros muchos casos. Jaume Pla ten¨ªa s¨®lo 14 a?os cuando entr¨® a trabajar en Uralita. "Tan s¨®lo estuve durante cuatro a?os limpiando los vagones llenos de amianto, no me encontraba mal, pero me ahogaba un poco en las subidas". En 1997 Pla contrajo una neumon¨ªa y entonces descubrieron que ten¨ªa asbestosis. Hay varias decenas m¨¢s de historias de vida muy parecidas, de obreros abnegados que manipularon el amianto y ahora han sido alcanzados por aquel veneno blanco que cre¨ªan inocuo.
Retrasos en las prohibiciones
Los peligros derivados del uso del amianto en material de la construcci¨®n se conocen desde los a?os sesenta. Seg¨²n Josep Maria Guasch, abogado del Col.lectiu Ronda, el primer caso en Catalu?a lo diagnostic¨® el Hospital Cl¨ªnico en 1972. Pero no fue hasta los a?os ochenta cuando salt¨® la alarma.
Hasta 1983 la legislaci¨®n europea no proh¨ªbe el amianto azul, la crocidolita, el m¨¢s mort¨ªfero. Espa?a tiene que aplicar antes de enero de 2005 la legislaci¨®n comunitaria que proh¨ªbe todo tipo de amianto. Pero la ley va muy lenta. En Espa?a, desde 1961 hasta 1982, la legislaci¨®n pon¨ªa como tope 175 part¨ªculas por cent¨ªmetro c¨²bico. A partir de 1982 el l¨ªmite es de 2 part¨ªculas por cent¨ªmetro c¨²bico.
En 1977 aparece el primer informe de la Inspecci¨®n Provincial del Trabajo sobre la empresa Uralita, SA. El informe se limita a resaltar los puestos donde se trabaja con el tipo de amianto al que se atribuye una mayor actividad cancer¨ªgena. Se sobrepasan las dos part¨ªculas por cent¨ªmetro c¨²bico, pero es el a?o 1977 y se est¨¢ dentro de los par¨¢metros legales.
En los departamentos de tubos y de moldeados, se trabaja con corcidolita, lo cual, seg¨²n el informe, "agrava el posible riesgo cancer¨ªgeno atribuible a dichos puestos". Hay, contin¨²a el informe, "deficiencias de medidas adecuadas en la manipulaci¨®n de amianto, limpieza de pavimento por barrido, suciedad en el suelo, instalaciones y ropa...". En el momento en el que la Inspecci¨®n de Trabajo realiza el estudio en la empresa Uralita, hay 872 trabajadores, y a 220 de ellos se les diagnostica una patolog¨ªa respiratoria relacionada con el amianto.
"Desde los ochenta se reconoce la asbestosis como enfermedad laboral, pero todas las veces que hemos intentado demandar a la empresa por da?os y perjuicios hemos perdido", se?ala el abogado del Col.lectiu Ronda. Por tanto, a los vecinos nunca se les ha compensado por haber respirado el polvo de la Uralita. El argumento que rebate todas las demandas es siempre el mismo. "En la fecha en la que se efect¨²an estas comprobaciones s¨®lo hubieran constituido infracci¨®n si se hubiera acreditado que las concentraciones de amianto superaban las 175 part¨ªculas por cent¨ªmetro c¨²bico, que era la norma legalmente vigente desde el a?o 1961 hasta 1982". Y sigue indicando que "es igualmente incontestable que dichos niveles s¨®lo pudieron ser vistos como extremadamente err¨®neos en un momento posterior a aquel en el que el trabajador en cuesti¨®n estuvo afectado a dicha exposici¨®n y por cuanto s¨®lo despu¨¦s de dicho periodo pudo comprobarse que se somet¨ªa a los trabajadores afectados a un elevad¨ªsimo riesgo de desarrollar una enfermedad tan mortal como es la asbestosis".
Queda por saber cu¨¢ntos hombres y mujeres nacidos a mediados del siglo pasado en Cerdanyola y Ripollet acabar¨¢n padeciendo las secuelas del amianto. De momento, no existe ning¨²n censo oficial.
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