La temporada art¨ªstica en clave espa?ola
Que la gesti¨®n oficial del arte en Espa?a contin¨²a con la sorprendente pujanza de las ¨²ltimas d¨¦cadas, justa reparaci¨®n de un descuido secular, es quiz¨¢ la noticia m¨¢s sobresaliente y optimista de 2003. Esta afirmaci¨®n no necesitar¨ªa otro apoyo que el de la todav¨ªa reciente inauguraci¨®n del Museo Picasso, de M¨¢laga, que no s¨®lo ha logrado una generosa donaci¨®n de dos de los herederos del genial artista andaluz, Christinne y Bernard Ruiz-Picasso, sino que ha completado su rutilante aparici¨®n en escena con una cuidada y original sede arquitect¨®nica y el suplemento de una ambiciosa muestra temporal, El Picasso de los Picasso, digna de ser exhibida en cualquiera de los mejores museos internacionales. Pero hay m¨¢s, porque esta venturosa din¨¢mica parece incluso arrastrar a los parad¨®jicamente casi siempre olvidados museos nacionales, que se hallan en proceso de ambiciosa ampliaci¨®n, como el Prado, el MNCARS y el Thyssen-Bornemisza. Por otra parte, surgen o se consolidan nuevos centros de exposici¨®n, acoplados a la variopinta naturaleza de la creaci¨®n actual, como La Casa Encendida, de Madrid, o el muy interesante CCCB, de Barcelona, por citar s¨®lo un par de ejemplos caracter¨ªsticos.
Lo que, de una manera u otra, se sigue llevando la palma en nuestro pa¨ªs es la promoci¨®n del arte contempor¨¢neo
De todas formas, cap¨ªtulo aparte merece el Museo del Prado, que ha completado un a?o "mirabilis", con la aprobaci¨®n de su nueva ley que promete salvar las gravosas limitaciones administrativas a su eficaz gesti¨®n, pero tambi¨¦n con su pol¨ªtica de adquisiciones, que, en el a?o en curso de extinci¨®n, ha logrado tres cuadros m¨¢s de Goya y, sobre todo, el deslumbrante Barbero del Papa, que completa el ¨²nico hueco de su colecci¨®n ¨²nica de Vel¨¢zquez, por no hablar ya de lo que ha resultado m¨¢s visible: su asombrosa temporada de exposiciones, marcada por un tr¨ªo de ases, Vermeer, Tiziano y Manet, cuya sucesi¨®n ha convertido su oferta en la mejor del panorama internacional. En este sentido, y a pesar del castigo pol¨¦mico que se ceba con el Prado cuando trata de romper su inactiva inercia hist¨®rica, la pronta ampliaci¨®n, junto con el resto de acertadas orientaciones que configuran hoy su rumbo, dibujan, por primera vez, un horizonte muy esperanzador para la instituci¨®n.
Merece asimismo destacarse el progresivo cambio de imagen del vetusto Patrimonio Nacional y, en especial, la pol¨ªtica de exposiciones del Palacio Real, que depar¨® una sorpresa internacional con Oriente en Palacio. Tesoros asi¨¢ticos en las Colecciones Reales espa?olas, en la que se exhibi¨® un insospechado tesoro de hermos¨ªsimas piezas hist¨®ricas al alcance de muy pocos en todo el mundo. En relaci¨®n con este legado arqueol¨®gico, cuya difusi¨®n todav¨ªa no es explotada lo suficiente entre nosotros, hay que mencionar con elogio la labor realizada por Caixa Forum, de Barcelona, que, en esta ocasi¨®n, present¨® una fascinante muestra, Nubia. Los reinos del Nilo en Sud¨¢n, que tambi¨¦n pudo ser visitada en su sede de Madrid. Sali¨¦ndonos del ¨¢mbito de lo antiguo, esta prestigiosa instituci¨®n catalana se apunt¨® otro tanto con la magna retrospectiva del fot¨®grafo Cartier-Bresson.
En cualquier caso, lo que, de
una manera u otra, se sigue llevando la palma en nuestro pa¨ªs es la promoci¨®n del arte contempor¨¢neo, quiz¨¢ porque se trata del segmento donde m¨¢s se salda una vieja deuda. En este campo, ha destacado el Museo Guggenheim, de Bilbao, que parece ya no conformarse con ser s¨®lo un original edificio y ha emprendido una notabil¨ªsima pol¨ªtica de exposiciones, aportando esta temporada diversos hitos, como la estupenda muestra antol¨®gica internacional titulada De Jaspers Johns a Jeff Koons. Cuatro d¨¦cadas de arte en la Colecci¨®n Broad y las monogr¨¢ficas dedicadas a Antonio Saura, Dubuffet, Rodchenko y Alexander Calder, esta ¨²ltima, que, con algunos cambios, ahora se exhibe en el MNCARS, sin duda la mejor retrospectiva que jam¨¢s se ha hecho del importante escultor estadounidense. El Museo Thyssen-Bornemisza, de Madrid, el m¨¢s afectado por las obras de ampliaci¨®n, no dej¨® de presentar sendas exposiciones sobre Kandinsky y Willi Baumeister, esta ¨²ltima de especial m¨¦rito. El programa del muy consolidado IVAM ha seguido su reputado curso, que se culmina con una gran muestra sobre Francis Bacon, mientras que el MACBA m¨¢s centrados en lo ¨²ltimo, no dej¨® de ofrecernos una brillante y muy oportuna antol¨®gica del todav¨ªa no suficientemente ponderado artista brit¨¢nico Richard Hamilton, comisariada por Vicente Todol¨ª, que este a?o ocup¨® adem¨¢s un muy honroso puesto directivo en la Tate Modern, de Londres.
Nuestro aleatorio repaso acerca de lo m¨¢s notable realizado el 2003 en nuestro pa¨ªs no puede, ni por asomo, dar cuenta de todo, a lo largo y a lo ancho de toda nuestra geograf¨ªa, en pos de la difusi¨®n del arte contempor¨¢neo, nacional y, no pocas veces, internacional. En cualquier caso, no creo que se pueda dejar de subrayar el prodigioso a?o de Miquel Barcel¨®, no s¨®lo por haber obtenido el Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes, sino porque ha desplegado una asombrosa y brillante actividad en varios campos a la vez, cifrada en su triple retrospectiva en las Baleares, su brillante ilustraci¨®n de la Divina
Comedia, de Dante, obra de empe?o donde las haya, que, dentro de poco, ser¨¢ exhibida sucesivamente en el Louvre y en el Prado, la edici¨®n francesa de su diario de ?frica con el prestigioso sello de Gallimard y, por si fuera poco, la terminaci¨®n de su monumental altar para la catedral de Palma de Mallorca, tras haber trabajado durante meses con los ceramistas de Salerno. Por ¨²ltimo, no puede pasarse por alto que hayan expuesto en Madrid tres de los mejores artistas actuales: Bill Viola, en la galer¨ªa Elvira Gonz¨¢lez, Alexander Sokurov, en la galer¨ªa Elba Ben¨ªtez, y Matthew Barney, cuyo m¨ªtico Cremaster Cycle fue proyectado en el Guggenheim, de Bilbao y en el MNCARS, de Madrid, as¨ª como tampoco puede ignorarse que la escultora Cristina Iglesias mereciera exhibir su obra en varios centros internacionales, entre los que estuvo la Whitechapel Arte Gallery, de Londres.
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