Cita en Atenas
Los primeros Juegos Ol¨ªmpicos del siglo XXI ser¨¢n los de Michael Phelps y los de la masiva presencia espa?ola
Los primeros Juegos Ol¨ªmpicos del siglo XXI ser¨¢n tambi¨¦n los primeros con el belga Jacques Rogge al frente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional. Ser¨¢n en Atenas, una elecci¨®n cuyo car¨¢cter simb¨®lico -regreso a los or¨ªgenes del olimpismo antiguo y moderno, regreso a la limpieza y la pureza- s¨®lo se ha hecho completamente aparente despu¨¦s de la elecci¨®n de Rogge, un m¨¦dico que se ha significado por su intenci¨®n de luchar contra la corrupci¨®n, contra el dopaje, contra el gigantismo exagerado y contra la hipercomercializaci¨®n de la cita ol¨ªmpica.
El atletismo y la nataci¨®n son las dos grandes columnas que sujetan el entramado deportivo de los Juegos. Si lo ocurrido en 2003 en los respectivos Campeonatos del Mundo de Par¨ªs y Barcelona es un s¨ªntoma, bien se podr¨ªa aventurar que en la capital griega el rey saldr¨¢ de la piscina. Desaparecidas las ¨²ltimas grandes figuras del atletismo estadounidense; su velocidad, sospechosamente tocada por el esc¨¢ndalo del esteroide de dise?o THG, y su ¨²ltima hero¨ªna, la rapid¨ªsima Marion Jones, bastante despistada en lo que concierne a sus decisiones y m¨¢s pendiente de sus tareas maternas que de las pistas, las apuestas m¨¢s fuertes se han depositado a favor de un nadador norteamericano que surgi¨® implacable en la pileta barcelonesa: Michael Phelps. Suyo ser¨¢ el gran reto, un reto apropiado para el honor de Atenas, de proporciones hom¨¦ricas: superar las siete medallas de oro que se colg¨® del cuello otro nadador, su compatriota Mark Spitz, en los Juegos de M¨²nich 72.
Con casi total seguridad el deporte espa?ol presentar¨¢ el equipo m¨¢s grande de su historia -exceptuando los Juegos de Barcelona, en los que disfrut¨® de los privilegios del organizador-, lo que muestra el gran crecimiento de la base deportiva en nuestro pa¨ªs. Curiosamente, s¨®lo las selecciones de f¨²tbol no podr¨¢n estar presentes. Las de voleibol y las de hockey sobre hierba, as¨ª como la femenina de waterpolo, intentar¨¢n clasificarse en los torneos preol¨ªmpicos mientras que las de baloncesto, las de balonmano, la masculina de waterpolo y los equipos masculino y femenino de gimnasia ya se han asegurado su presencia al pie de la Acr¨®polis.
El balance, sin embargo, se terminar¨¢ haciendo cuando se cuenten las medallas conseguidas, el ¨²nico criterio que satisface a los aficonados. En este sentido, Atenas deber¨ªa ser el lugar en el que se frenara el descenso continuado desde Barcelona 92. All¨ª, Espa?a logr¨® 22 medallas, que bajaron a 17 en Atlanta 96 y, m¨¢s a¨²n, a 11 en Sidney 2000. Los Mundiales y los Europeos celebrados desde la cita australiana han mostrado, de todas maneras, el ascenso al poder de una nueva generaci¨®n de deportistas en todo tipo de especialidades, un hecho que permite augurar que los atenienses ser¨¢n, en efecto, los m¨¢s masivos y tambi¨¦n los m¨¢s brillantes del deporte espa?ol.
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