La fuerza seductora de Katharine Hepburn
'Recordando a Kate', la biograf¨ªa de A. Scott Berg, muestra a una mujer de indomable car¨¢cter
Fue libre en una ¨¦poca en la que no era habitual que las mujeres tuvieran las mismas facilidades que los hombres para hacer lo que quisieran. "Katharine la Arrogante", como la llamaban en algunos c¨ªrculos, sab¨ªa moverse sola. Sedujo a John Ford, y Howard Hughes estuvo loco por ella. Al final, con quien comparti¨® 27 a?os de su vida fue con Spencer Tracy, con el que, sin embargo, nunca quiso casarse: "Por primera vez comprend¨ª verdaderamente que era m¨¢s importante amar que ser amada", asegura la actriz en Recordando a Kate. La biograf¨ªa ¨ªntima de Katharine Hepburn (Lumen), de A. Scott Berg. La relaci¨®n no fue nunca un camino de rosas, pero Katharine Hepburn se rindi¨® al amor como nunca lo hab¨ªa hecho antes.
Su bi¨®grafo dice que les uni¨® su pasi¨®n por el chocolate negro, pero lo cierto es que cuando A. Scott Berg se present¨® en 1983 en la casa de la actriz para hacerle una entrevista, Katharine Hepburn, que ten¨ªa millones de admiradores, llevaba una existencia demasiado solitaria, reducida a tratar exclusivamente con su familia. Se hab¨ªa esforzado tanto por echar a la gente de su lado que al final le quedaban muy pocas personas con las que pudiera hablar de conocidos como Howard Hawks, Cary Grant o George Cukor. As¨ª que entre la actriz y el bi¨®grafo se inici¨® una profunda amistad que se prolong¨® durante veinte a?os y que ha reflejado en toda su intensidad en Recordando a Kate, la biograf¨ªa que acaba de aparecer en Espa?a y que se public¨® con la condici¨®n que ella impuso: que s¨®lo viera la luz cuando estuviese muerta.
Hepburn falleci¨® el pasado junio, a los 96 a?os, en su casa de Connecticut, pero con ella se acab¨® tambi¨¦n una ¨¦poca de Hollywood en la que esta actriz indomable compaginaba el ¨¦xito cinematogr¨¢fico en pel¨ªculas como Historias de Filadelfia o Adivina qui¨¦n viene esta noche con sus salidas al escenario para interpretar a Shakespeare. Su profesionalidad y su curiosidad insaciable no imped¨ªan que, de vez en cuando, hiciera gala de un car¨¢cter m¨¢s bien fuerte. En una ocasi¨®n escupi¨® a Joseph Mankiewicz porque no estaba de acuerdo con una escena. Durante el rodaje de Mar¨ªa Estuardo, John Ford, con el que sostuvo un intenso idilio, abandon¨® desesperado el plat¨® y le dijo a Hepburn que dirigiera ella misma.
Su padre, un ur¨®logo de Nueva York, y su madre, una sufragista, siempre alentaron su independencia. Cuando su bi¨®grafo la conoci¨®, la actriz contaba m¨¢s de 70 a?os, pero segu¨ªa transmitiendo un gran poder¨ªo f¨ªsico. Nadaba en pleno invierno en las aguas heladas del estrecho de Long Island, viv¨ªa rodeada de flores frescas y su bebida favorita era un vaso con hielo, un chorro de whisky y soda hasta el borde.
Gan¨® cuatro oscars, obtuvo 12 candidaturas y fue una de las pocas int¨¦rpretes que consiguieron cruzar el campo de minas de la edad. A los 74 a?os rod¨® En el estanque dorado. Pero Katharine empez¨® a convertirse en una actriz cuando no era m¨¢s que una adolescente. Su hermano Tom, al que ella adoraba, se ahorc¨® -"La gente es tan complicada que en realidad nunca podemos conocerla"-, y ella aprendi¨® entonces a ocultar sus sentimientos, "a crear una persona que dar¨ªa la cara al mundo mientras escond¨ªa otra que mantendr¨ªa privada a toda costa", asegura Scott Berg.
Estuvo casada y hechiz¨® a muchos de los hombres que se cruzaron en su camino, pero nunca quiso tener hijos. "Habr¨ªa sido una madre terrible", asegura con rotundidad en Recordando a Kate. "porque b¨¢sicamente soy un ser humano muy ego¨ªsta. Aunque eso no ha impedido que la mayor¨ªa de la gente haya tenido hijos".
Katharine Hepburn y Spencer Tracy trabajaban en el mismo estudio, pero no se conoc¨ªan. Ambos se encontraron por primera vez en los terrenos de la MGM en 1941. Los present¨® Mankiewicz. "Kate repas¨® al actor de la cabeza a los pies. Despu¨¦s hizo un comentario sobre los altos tacones que llevaba y observ¨® con coqueter¨ªa:
-Se?or Tracy, no es usted tan alto como esperaba.
-No te preocupes, Kate -intervino Mankiewizc-, ¨¦l te reducir¨¢ a su tama?o.
Para entonces ¨¦l se hab¨ªa convertido en el mejor actor de cine del momento. Louise Treadwell, su mujer, con la que tuvo dos hijos, se contentaba con su papel de se?ora de Tracy y trataba de mirar para otro lado ante las aventuras de su marido con actrices como Myrna Loy, Joan Crawford o Ingrid Bergman, pero le perdi¨® para siempre, aunque nunca llegaran a divorciarse, cuando se inici¨® el rodaje de La mujer del a?o, una comedia rom¨¢ntica con tintes feministas en la que Tracy y Hepburn estaban tan espl¨¦ndidos como enamorados. No fue ¨¦sa la ¨²nica pel¨ªcula que rodaron juntos. En la pantalla brillaban tanto como en la vida real y compartieron cartel en m¨¢s de ocho pel¨ªculas.
La relaci¨®n entre ambos dur¨® 27 a?os y no fue precisamente un camino de rosas. Tracy se sent¨ªa culpable de la sordera de su hijo y cuando no pod¨ªa m¨¢s beb¨ªa para olvidar, pero Hepburn se rindi¨® al amor como nunca lo hab¨ªa hecho antes. Tras su primera noche con ¨¦l, a sus 34 a?os, con una sarta de corazones rotos tras ella y rodeada de aspirantes a pretendientes, se sinti¨® "como si le hubiesen golpeado en la cabeza con una sart¨¦n de hierro" . Decidi¨® entonces de forma casi consciente entregarse a sus necesidades y deseos. En el plat¨® o en la sala de estar, a menudo se sentaba a sus pies. Mantuvieron residencias separadas y en general no llegaban juntos a los actos sociales. ?l hablaba de forma regular con su esposa, y en una ocasi¨®n, mientras Kate trataba de acostar a Tracy en un hotel de Beverly Hills, el actor, completamente borracho, le cruz¨® la cara con el dorso de la mano. Pero ella le amaba y quer¨ªa estar con ¨¦l. "Si le hubiera dejado, los dos habr¨ªamos sido desgraciados", cuenta en el libro.
Cuando lo ingres¨® en un hospital sabiendo que la muerte de Tracy era inminente, telefone¨® a su esposa y se retir¨® discretamente. Ella nunca visit¨® la tumba de su gran amor.
El chico que no sab¨ªa hacerse la cama
Katharine Hepburn conoci¨® a Michael Jackson en el verano de 1979, cuando rodaba En el estanque dorado. Jane Fonda hab¨ªa invitado a la estrella de la m¨²sica pop al lugar donde rodaban en Nueva Inglaterra, pero desapareci¨® y Hepburn acab¨® haci¨¦ndose amiga suya. "Ha trabajado desde los tres a?os como profesional y nunca ha vivido un solo momento en el mundo real. Lo ¨²nico que sabe hacer es escribir canciones y entusiasmar al p¨²blico. Es una extra?a criatura art¨ªstica que vive en una burbuja, apenas tocada por el mundo exterior", cuenta la actriz al referirse a su encuentro.
Una ma?ana, en New Hampshire, Hepburn se mostr¨® muy seria con el m¨²sico cuando descubri¨® que no se hab¨ªa hecho la cama; despu¨¦s se qued¨® estupefacta cuando se enter¨® de que no sab¨ªa hacerla. "?Nunca hab¨ªa hecho una cama!", exclam¨®. "?Es ET!".
Con el paso de los a?os, Michael y Katharine siguieron cultivando su amistad hasta que la actriz le invit¨® a cenar a su casa. Se present¨® con gafas de sol y un uniforme azul satinado ribeteado de dorado. S¨®lo a petici¨®n de la anfitriona se quit¨® las gafas de sol. Luego trat¨® de convencerla para que se hicieran una foto juntos. Ella le asegur¨® que le enviar¨ªa una foto suya, pero ¨¦l quer¨ªa que les hiciera una foto juntos un fot¨®grafo que hab¨ªa tra¨ªdo con ¨¦l y que se hab¨ªa pasado la noche sentado en una furgoneta. La actriz le explic¨® que aquello era una cena entre amigos, no una parada publicitaria en su gira. "No recuerdo haber pasado una noche m¨¢s extra?a en mi vida", cont¨® despu¨¦s.
Babelia
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