Lula sigue siendo popular tras un a?o en la presidencia de Brasil
El presidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva ha superado con un notable la prueba de su primer a?o de gobierno que hab¨ªa comenzado con estas palabras: "La esperanza finalmente ha vencido al miedo y la sociedad brasile?a ha decidido que ha llegado el momento de abrir nuevos caminos". Tras los primeros 365 d¨ªas del nuevo rumbo brasile?o, con la llegada al poder del primer Gobierno de izquierda, Lula, ex mec¨¢nico tornero, sin estudios, ha conseguido mantener un alto ¨ªndice de popularidad a pesar de haber perdido por el camino 20 puntos, ante la dificultad de poner en pr¨¢ctica algunas de sus promesas electorales como la de crear 2,5 millones de puestos de trabajo.
En realidad el a?o acab¨® con medio mill¨®n m¨¢s de desempleados, con una disminuci¨®n del 14% de los salarios y sin avisos de la tan esperada reforma agraria, vital para este pa¨ªs. Pero los logros no fueron pocos: consigui¨® aprobar dos proyectos de reforma constitucional que ninguno de sus antecesores hab¨ªa conseguido antes, como la reforma de la Seguridad Social que acaba con antiguos privilegios que se llevaban, con pensiones millonarias, un buen pedazo del presupuesto nacional, y la reforma fiscal. Sin duda lo aprobado no es lo que Lula hubiese deseado, pues ambos proyectos acabaron agu¨¢ndose por el camino de la discusi¨®n parlamentaria. Pero es el primer paso.
Curiosamente, los mayores logros del nuevo Gobierno de Lula han estado centrados en la macroeconom¨ªa. Por eso, al final de su primer a?o de poder, los m¨¢s felices son los banqueros y los poderes financieros, ya que los intereses han bajado -aunque a¨²n son alt¨ªsimos- y la inflaci¨®n, que amenazaba durante las elecciones con llegar a un 40%, fue frenada, y se qued¨® en un 8%.
Proyecto Hambre Cero
Lula, parad¨®jicamente, ha tenido m¨¢s problemas en los proyectos sociales que no acaban de despegar, comenzando por el proyecto estrella de Hambre Cero, que se ha empantanado en los meandros de la burocracia y que muchos empresarios consideran como meramente "asistencialista" y no como factor "de un cambio estructural" del gran mundo de los pobres, que, seg¨²n el mismo Lula, alcanza ya los 50 millones de brasile?os.
Al mismo tiempo, Lula ha encontrado sus mayores opositores dentro de su mismo partido, el Partido de los Trabajadores (PT), que ¨¦l hab¨ªa fundado y del que tres diputados y una senadora fueron expulsados por sus cr¨ªticas al Gobierno que consideran como una "mera continuaci¨®n del sistema neoliberal de sus antecesores" y no como el cambio de sistema econ¨®mico prometido por Lula en la campa?a electoral y que hab¨ªa sido ya calificado de "cuarta v¨ªa".
Lula ha subrayado que su primer a?o ha sido s¨®lo para poner orden en la "herencia maldita" recibida por sus antecesores y que 2004 va a ser, en realidad, su "primer a?o de gobierno". Por ahora la mayor¨ªa de los brasile?os (el 60%) sigue creyendo en sus promesas.
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