Compa?era de alegr¨ªas
Una maestra jubilada dedica parte de su tiempo desde hace 12 a?os a dar apoyo a enfermos de c¨¢ncer en M¨¢laga
"Aqu¨ª ni nos vestimos de negro ni hacemos preguntas sobre tratamientos y esas cosas. Los enfermos vienen para evadirse y pasar un buen rato y eso es lo que tratamos de darles". As¨ª resume Marina D¨ªaz su tarea como voluntaria en el centro de d¨ªa que la Fundaci¨®n Cudeca tiene en el Arroyo de la Miel, en Benalm¨¢dena (M¨¢laga). La labor que desarrollan m¨¢s de 500 personas, entre voluntarios y personal m¨¦dico, en este centro de cuidados paliativos para enfermos de c¨¢ncer ha sido distinguida este a?o con el Premio a la Promoci¨®n del Voluntariado que concede la Junta de Andaluc¨ªa. Y no es para menos.
Marina D¨ªaz es una jovial maestra jubilada que hace ya 12 a?os comenz¨® a ofrecer su tiempo para ayudar a los enfermos de c¨¢ncer. Antes, esta madrile?a que lleva 30 a?os afincada en M¨¢laga hab¨ªa regalado su tiempo a los ni?os que se encontraban hospitalizados, tarea que recuerda con mucho agrado: "Ya sabes c¨®mo son los ni?os de agradecidos". En Cudeca, comenz¨® cuidando a los enfermos a domicilio, funci¨®n que ahora realiza en el reci¨¦n estrenado centro de d¨ªa de la fundaci¨®n, donde acude los martes y los jueves de 10.00 a 14.00. Es el horario que tiene fijado, pero Marina, como el resto de voluntarios, ha de estar localizable siempre, por si alg¨²n enfermo demanda atenci¨®n. "Recuerdo que cuando atend¨ªa a domicilio una enferma ten¨ªa dos hijas quincea?eras y yo les hac¨ªa la cobertura hasta bien entrada la madrugada para que las ni?as pudiesen salir tranquilas de marcha", explica entre risas.
Esta risue?a voluntaria est¨¢ como una ni?a con zapatos nuevos con las modernas instalaciones que el nuevo centro de d¨ªa brinda a los enfermos que all¨ª acuden. Gimnasio, sala de ba?o y relax, sala de belleza y peluquer¨ªa, una amplia zona de estar y una enorme terraza con vistas al mar son algunas de las estancias. "Muchos enfermos vienen ya muy mal, sin ganas de nada y aqu¨ª conseguimos devolverles un poco la alegr¨ªa, pueden darse un ba?o relajante en la ba?era adaptada, recibir sesiones de fisioterapia e incluso pasar por el sal¨®n de belleza y peluquer¨ªa para mejorar su imagen y levantar el ¨¢nimo", explica.
Estas "peque?as cosas", seg¨²n Marina D¨ªaz, les hacen olvidarse un rato de la enfermedad y recuperar su autoestima. "No tenemos lujos, pero mimos todos los que podamos", se?ala.
En 12 a?os, por las manos de Marina han pasado muchos enfermos y de todos asegura que aprendi¨® algo. "No es como tratar con ni?os; son personas mayores y muchos no saben ni que tienen c¨¢ncer porque sus familias han preferido ocult¨¢rselo. Yo les escucho y les acompa?o a las actividades que quieran. Mi tarea no es preguntarles como est¨¢n ni ofrecerles consejos m¨¦dicos, s¨®lo ser su amiga y pasar un buen rato", relata.
No obstante, Marina reconoce que para poder desarrollar esta labor se ha de estar preparado. Durante un a?o, los voluntarios de Cudeca reciben cursos de psicolog¨ªa para atender a enfermos terminales y aprenden lo necesario sobre conocimientos m¨¦dicos por si deben afrontar alguna urgencia "y no hay un m¨¦dico a mano", aclara D¨ªaz.
(M¨¢s informaci¨®n sobre Cudeca: www.cudeca.org. Promocion@cudeca.org. 952 564 910)
M¨¢s de 2.000 pacientes
En los 12 a?os de existencia de la Fundaci¨®n Cudeca en la Costa del Sol, en M¨¢laga, son m¨¢s de 2.000 los enfermos que se han acogido a alguno de los servicios que oferta de forma totalmente gratuita. Apoyada en la labor que realizan los m¨¢s de 500 voluntarios y el personal m¨¦dico, esta fundaci¨®n ha ido ampliando de forma progresiva su oferta de servicios.
Al principio, Cudeca se centr¨® sobre todo en ofrecer programas de atenci¨®n a domicilio y de consultas externas para los enfermos de c¨¢ncer. Sin embargo, en 1997, la fundadora y presidenta de Cudeca, la brit¨¢nica Joan Hunt, pudo ver como su proyecto culminaba por completo: el Ayuntamiento de Benalm¨¢dena les cedi¨® unos terrenos a los pies de la sierra para que edificasen all¨ª el centro de cuidados paliativos.
Hoy d¨ªa, este centro es ya una realidad gracias a los fondos recaudados en las innumerables actividades que la fundaci¨®n organiza y a trav¨¦s de los donativos personales. El centro de cuidados paliativos est¨¢ concebido como una especie de casa de reposo, de ah¨ª que se parezca m¨¢s a un hotelito rural con encanto que a un centro sanitario. "Esa es la idea, que nada recuerde a enfermedad, ni siquiera el olor t¨ªpico a hospital", se?ala I?aki Elos¨²a, coordinador de promoci¨®n de Cudeca.
Ahora, aparte de los programas externos, como la atenci¨®n a domicilio y las consultas, los enfermos tambi¨¦n pueden recibir la atenci¨®n que requieran en el centro de d¨ªa y, en breve, las familias contar¨¢n tambi¨¦n con una unidad de ingresos. "Se cuidar¨¢ que cuente con la tecnolog¨ªa y profesionalidad de un hospital, pero tambi¨¦n se incidir¨¢ en la atenci¨®n a los detalles y al trato humano para poder crear un entorno c¨¢lido y apropiado para los enfermos", se?ala I?aki Elos¨²a.
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