Juan Valera como el ave f¨¦nix
La buena literatura es siempre como una met¨¢fora del ave f¨¦nix, que resurge de sus propias cenizas sin parar, por encima del tiempo transcurrido y del polvo y la hojarasca que los intereses, los cambios y las modas hayan tendido, disfrazados de olvido, entre ella y sus posibles lectores, que a la menor que salta vuelven a sus p¨¢ginas con mayor placer y cada vez con m¨¢s provecho, como si a cada rescate se presentaran con nuevos y m¨¢s flamantes ropajes y con m¨¢s lecciones a disposici¨®n de todos.
Y el de don Juan Valera es el ejemplo que me cae m¨¢s a mano, seg¨²n esa publicidad increada que es la de su actualidad editorial, nunca negada a lo largo del siglo casi transcurrido desde su desaparici¨®n, que cuando transcurra del todo ver¨¢ ya casi toda su obra en nuestras manos. Y he dicho "publicidad increada" porque si toda publicaci¨®n lo es, tambi¨¦n es algo sin lo que la literatura no puede vivir, ni testimoniar de s¨ª misma; e "increada" porque lo es s¨®lo a medias, no se crea tan s¨®lo por necesidad interior de quien edita para satisfacerse a s¨ª mismo sino para servir a esa misma literatura de la que tan involuntariamente (o no s¨®lo voluntariamente) se sirve. Pero sigamos con el verdadero tema que es el de Valera como un cl¨¢sico, un ave f¨¦nix consolidado y para siempre, a los casi cien a?os de su muerte, que ha desembocado en su innegable inmortalidad.
Y si aunque lo primero de todo tuviera que ser la novedad, la m¨¢s importante es la aparici¨®n del segundo gran volumen de sus "cartas", esa gran "correspondencia" que cautelosamente ni siquiera se denomina ni "completa", ni "general", por lo que pudiera pasar. Ya se sabe que Valera fue un gran escritor de cartas "privadas" o "familiares" (de lo otro ni se habla) -1.700 textos- y que tambi¨¦n muchas se han mantenido ocultas, se han perdido o han sido destruidas por herederos inconscientes cuyo falso pudor moral desemboc¨® en una inmoral e imp¨²dica desaprensi¨®n. Pero bien, a palo seco, sin demasiadas notas ni cronolog¨ªa, ni bibliograf¨ªa suficiente, y en una edici¨®n "mon¨®dica" (s¨®lo incluye los textos de Valera, no los de sus corresponsales, que habr¨¢ que buscar en otras de las muchas ediciones que tan infructuosamente han ido apareciendo) he aqu¨ª el ¨²ltimo gran "monumento" -as¨ª califiqu¨¦ el primer tomo hace algo m¨¢s de un a?o, aunque ahora la misma editorial ha lanzado los dos primeros tomos de la prosa de Quevedo que van a ser ocho y que lo ser¨¢n tambi¨¦n- de la literatura espa?ola en estos principios de nuevo milenio, seguimos pues hacia delante. Y aunque todav¨ªa queden cuatro vol¨²menes por aparecer, no he querido correr el riesgo de no poder llegar hasta el final, pues no todas las apoteosis est¨¢n a nuestro alcance.
Juan Valera: correspondencia, volumen II (1862-1875). Direcci¨®n de Leonardo Romero Tobar. Castalia. Madrid, 2003. 634 p¨¢ginas. 58 euros. Juan Valera: obras completas, III. Edici¨®n de Margarita Almela. Biblioteca Castro. Madrid, 2003. 784 p¨¢ginas. 50 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.