Una pareja infranqueable
Uno de los t¨¢ndems que mejor funcionan del Zaragoza no est¨¢ en la delantera sino en la l¨ªnea defensiva, y lo forman Milito y ?lvaro. Ambos tuvieron que encargarse ayer de la dif¨ªcil tarea de contener a una de las perlas atl¨¦ticas, Fernando Torres. Y lo consiguieron, si se mira el marcador.
El argentino y el brasile?o intentaron imponer algo de orden en el impreciso centro del campo durante el partido. La defensa adquiri¨® m¨¢s protagonismo al no llegar los goles, y los dos jugadores zaragocistas aceptaron el reto de detener el ataque atl¨¦tico. En un partido tan pobre como el de anoche, al menos el punto conseguido por el equipo local es un premio a su defensa.
Al central argentino le encanta la posici¨®n que ocupa en el campo porque desde all¨ª puede ver todo lo que sucede en el terreno de juego. Para ¨¦l es una demarcaci¨®n privilegiada. Milito no dej¨® de dar ¨®rdenes a sus compa?eros, tanto de la defensa como del centro del campo. Y quiz¨¢s por la seguridad que posee a pesar de su juventud, y por el respaldo que le aporta ?lvaro, sus decisiones son respetadas.
Torres y Paunovic quer¨ªan liberarse de su vigilancia, sobre todo El Ni?o, que tras varios empujones con el central supo que el argentino se convertir¨ªa en su sombra durante todo el encuentro. Y el delantero atl¨¦tico no iba a ser un enemigo sencillo, m¨¢xime cuando las ocasiones se sucederon con asiduidad poniendo en peligro la porter¨ªa del guardameta La¨ªnez.
Pero tanto ?lvaro como Milito, sobrados no se conformaron con el trabajo defensivo. Ambos subieron r¨¢pidamente al ¨¢rea de su rival en los c¨®rners para intentar marcar de cabezazo, pese al peligro de dejar desguarnecida su posici¨®n.
Los dos centrales hablaron continuamente entre ellos y los gestos se sucedieron para comprender con facilidad la intenci¨®n del contrario, aportando solidez a la defensa que poco a poco perd¨ªa los nervios ante el paso implacable del tiempo y de las embestidas atl¨¦ticas.
Fue todo un ejemplo de que los dos conf¨ªan en la labor de su compa?ero y llevaron sobre sus espaldas la defensa zaragocista.
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