De Bermeo a las galaxias
Karmona, el l¨ªder del Eibar, iba para capit¨¢n de barco pesquero y se ha convertido tras 13 a?os de carrera en un s¨ªmbolo del f¨²tbol vasco
Buscaba barco en el puerto de Bermeo, en su pueblo, aquel verano de 1990. Le faltaba poco a Antonio Karmona, el l¨ªder del Eibar, para terminar los estudios y, con el t¨ªtulo de capit¨¢n pesquero al caer, lo normal era seguir los pasos del padre, del aita, de Antonio, ese que hace tres a?os cambi¨® la mar por la azada y ahora cuida el huerto en Bermeo. Graznaban las gaviotas aquella tarde de junio cuando entr¨® en la sede del equipo del pueblo dispuesto a olvidar los entrenamientos y los partidos, pero una oferta del Durango le hizo recapacitar. All¨ª que se fue, pero ese mismo verano, en un amistoso contra el Sestao, el entrenador Blas Ciarreta le hizo una oferta acabado el partido. Ese d¨ªa cambi¨® su vida y, sin propon¨¦rselo, Karmona pas¨® de ser un pescador cualquiera de Bermeo -"que tiene su m¨¦rito", dice-, a convertirse en ejemplo, mito y referente del singular f¨²tbol de Euskadi. Y los adjetivos no son gratuitos, se los ha ganado. "Karmo es el jugador y la persona que re¨²ne, por definici¨®n, todo aquello que debe tener el capit¨¢n de un equipo de f¨²tbol", sentencia Jordi Cruyff, ex del Bar?a, del Manchester y compa?ero suyo en el Alav¨¦s antes de recalar en el Espanyol.
Ese tipo que vive en Bermeo, muy lejos de la galaxia, el glamour y las fiestas de los jugadores del Madrid, ser¨¢ suplente con el Eibar y se sentar¨¢ hoy en banquillo de Ipur¨²a, por mucho l¨ªder que sea del vestuario eibatarra. "Es d¨ªa, para que disfruten los chavales", comenta socarr¨®n. La decisi¨®n de Jose Maria Amorrortu, el tipo que le convenci¨® una tarde en Mundaka para que no colgara las botas y liderara su actual proyecto azul y grana, habla con la naturalidad que le confiere haber ganado al Madrid en el Bernab¨¦u, la tarde en la que Vitoria entr¨® en Europa, con gol de Azkoitia, para vivir el sue?o de la Copa de la UEFA del que s¨®lo el Liverpool pudo despertarle en una inolvidable final. "Fue duro perder aquel partido", reconoce ahora, pero usa las palabras que le oy¨® decir a Pep Guardiola para darle sentido a todo, cuando tres d¨ªas despu¨¦s se cruz¨® con ¨¦l la tarde que el Bar?a visit¨® Mendizorroza: "Pocos han jugado una final europea. Eres un privilegiado. As¨²melo".
Por su culpa repar¨® en algo: "El f¨²tbol me ha dado un premio tan grande y tan inesperado que no debo ignorarlo". Un premio que incluye conocer a Johan Cruyff, el d¨ªa que con el Alav¨¦s se qued¨® a un paso de ganar la UEFA, por ejemplo, Pocos en Bermeo pueden decir lo mismo. Muy al contrario. All¨ª, en ese puerto vizca¨ªno, el futuro se convirti¨® en an¨¦cdota por culpa de los estragos que la hero¨ªna, primero, y sus consecuencias posteriores en forma de virus del SIDA, asolaron a casi toda una generaci¨®n. Karmona lo sinti¨® muy cerca, porque nunca vivi¨® ajeno a la realidad social del lugar donde naci¨®
De hecho, y en consecuencia, defendi¨® los derechos laborales del futbolista en tiempos complicados, hasta el punto de encerrarse en 1995 con sus compa?eros del Sestao durante 16 d¨ªas en el vestuario, reclamando el pago de las n¨®minas que les adeudaban. "Vino hasta Ruiz Mateos a vernos. No cobramos, pero algo hicimos", recuerda. Ni en el Sestao, ni en el a?o que jug¨® con el Eibar a las ordenes de Perico Alonso, ni tampoco mientras milit¨® en el Deportivo Alav¨¦s desde 1996 hasta el mes de junio del pasado a?o, dej¨® de volver a Bermeo tras los entrenamientos para tomarse el pote de cada tarde con Merche, la madre de Maialen y de Iraide, sus dos "brujitas". Primero en un Renault 11, despu¨¦s en un Mondeo que vendi¨® "con 180.000 kilometros acumulados" ni ahora que conduce un Audi A6. Y tiempo tuvo, adem¨¢s, de acabar los estudios de Informatica en la Universidad: "No he perdido el tiempo", reconoce orgulloso.
Disfrutar de ese privilegio no le result¨® gratuito. Durante los meses que Julio Salinas defendi¨® la albiceleste alavesa le toc¨® compartir ida y vuelta cada d¨ªa con el delantero bilba¨ªno: "Aburrirme era imposible. Julito es capaz de discutir el buenos d¨ªas", asume el euskaldun que el pasado 28 de diciembre, en San Mam¨¦s, se convirti¨® en el primer jugador del Eibar en defender la tricolor de la selecci¨®n de Euskadi. "Es mi mayor orgullo", asume. Sus amigos, entre ellos Agust¨ªn Benito, redactor de ETB que le ha convencido para que se lleve al Bernab¨¦u una c¨¢mara de v¨ªdeo "y a ver qu¨¦ saca", est¨¢n convencidos de que en el supuesto de haber ejercido de capit¨¢n de barco pesquero, hubiera sido tan grande como ha sido defendiendo el orgullo de Bermeo en la galaxia de un f¨²tbol al que lleg¨® por casualidad.
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