Madrid ayuda a la devastada ciudad de Bam

Los partos en Bam, la hist¨®rica ciudad del sureste de Ir¨¢n que fue borrada del mapa por un devastador terremoto, son atendidos en medio de los escombros.La vida, pese a todo, parece ganarle la partida a la muerte. "Los partos han resultado exitosos y eso nos produce mucha alegr¨ªa. Asumimos a los reci¨¦n nacidos como si fueran nuestros hijos y estamos luchando diariamente para que la sonrisa pueda tener un espacio en un lugar sumido en la tristeza absoluta".

El m¨¦dico madrile?o Ra¨²l Romo Mu?oz, de 36 a?os, narra telef¨®nicamente las sensaciones que produce traer la vida a una ciudad donde murieron, en pocos segundos, m¨¢s de 30.000 personas. Romo Mu?oz forma parte del equipo del Servicio de Urgencia M¨¦dica de la Consejer¨ªa de Sanidad y Consumo (SUMMA 112), enviado por la Comunidad desde el pasado d¨ªa 2 a Ir¨¢n para colaborar en la atenci¨®n a las v¨ªctimas del terremoto registrado el pasado 26 de diciembre. El dispositivo est¨¢ compuesto, adem¨¢s de Romo Mu?oz, por el enfermero Pedro Serrano Arias y los t¨¦cnicos en emergencias sanitarias Miguel ?ngel Dolera y ?lvaro D¨ªaz de la Torre.

"Lo que aparece en la televisi¨®n no refleja lo que ha sucedido", asegura un t¨¦cnico sanitario

Los facultativos partieron en un avi¨®n H¨¦rcules desde la base de Torrej¨®n de Ardoz con un Veh¨ªculo de Intervenci¨®n R¨¢pida (VIR), equipado con la misma tecnolog¨ªa e instrumental sanitario de una UVI m¨®vil. Han llegado a reforzar las labores en el hospital central de Bam, de 180 metros cuadrados, y que funciona pese a que sus instalaciones est¨¢n a poco de irse al suelo.

Los cuatro profesionales trabajan junto a enviados de otras comunidades aut¨®nomas, coordinados por la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional. Seg¨²n la Comunidad de Madrid, est¨¢n atendiendo a m¨¢s de 500 pacientes al d¨ªa en el puesto m¨¦dico avanzado, donde realizan las primeras curas.

Las heridas m¨¢s comunes en los sobrevivientes son fracturas abiertas, infecciones y problemas respiratorios debido al polvo que ha opacado un paisaje ya de por s¨ª invadido por el olor a cad¨¢ver, como lo describe el enfermero Serrano Arias.

Pero adem¨¢s de la labor sanitaria, estos cuatro hombres ayudan a consolar a los menores que han quedado hu¨¦rfanos debido al terremoto y que sufren trastornos psiqui¨¢tricos y ataques de ansiedad. Se calcula que m¨¢s de 1.500 ni?os han perdido a sus progenitores en el se¨ªsmo de 6,7 en la escala de Richter.

"Lo que sale en la televisi¨®n no refleja lo que ha sucedido", asegura el t¨¦cnico sanitario Miguel ?ngel Dolera, "la magnitud de la cat¨¢strofe es muy superior".

Romo Mu?oz, cuyo trabajo en distintas labores humanitarias en el mundo fue reconocido en septiembre por la ministra de Salud, Ana Pastor, dice que para cuantificar lo que destruy¨® el terremoto basta con imaginar que hubiera desparecido completamente Valladolid, una ciudad de unas caracter¨ªsticas similares en cuanto a poblaci¨®n. Relata que en las noches, en algunas ocasiones, han sentido leves r¨¦plicas del terremoto.

Pero ellos tienen claro que se ir¨¢n de la ciudad, conocida por su monumental ciudadela construida en adobe, cuando encuentren el ¨²ltimo vestigio de vida. Ayer rescataron a un hombre de unos 60 a?os que estaba atrapado entre la tierra. "No hay ninguna persona en Bam que no haya perdido a alg¨²n ser querido. La vez pasada conocimos el caso de una persona que perdi¨® a 210 familiares. Un rescate, por eso, genera alegr¨ªa en la poblaci¨®n", cuenta Dolera.

A Serrano Arias le ha llamado la atenci¨®n la generosidad de los pocos habitantes que quedan en Bam, la mayor¨ªa de pocos recursos, pues los m¨¢s adinerados salieron huyendo de la ciudad y, en muchos casos, del pa¨ªs. "Comparten con nosotros el arroz, los d¨¢tiles, las latas de at¨²n y de jud¨ªas. Ellos agradecen que nos hayamos desplazado hasta aqu¨ª y responden a ese gesto dando algo de lo poco que tienen".

Ellos, que se despiertan a las 7.00 y se van a la cama pasadas las 24.00, se?alan que Bam trata de recuperar su vida cotidiana. "Ya comienza a verse un poco de tr¨¢fico en sus calles", dice Dolera.

Anoche, ellos manifestaban que han trabajado mucho y que est¨¢n satisfechos por el sentimiento de compa?erismo que han forjado con otros m¨¦dicos desplegados por la comunidad internacional para socorrer a una ciudad entera que, de un momento a otro, desapareci¨® del mapa

con la mayor¨ªa de sus habitantes.