"Hay grandes negocios en la trastienda del Plan Hidrol¨®gico"
Pedro Arrojo (Madrid, 1951) es profesor de an¨¢lisis econ¨®mico en la Facultad de Econom¨ªa de la Universidad de Zaragoza y presidente de la Fundaci¨®n para una Nueva Cultura del Agua.
Pregunta. ?Qu¨¦ es la nueva cultura del agua?
Respuesta. Muy resumido, se puede decir que es aplicar al agua menos hormig¨®n y m¨¢s inteligencia y ver los r¨ªos como algo m¨¢s que como corrientes de H2O. Es la nueva cultura del desarrollo sostenible en materia de agua, pero eso exige explicar qu¨¦ es desarrollo sostenible, as¨ª que suelo dar un ejemplo. Igual que ahora miramos un bosque y sabemos que es mucho m¨¢s que un almac¨¦n de madera, la nueva cultura del agua invita a mirar los r¨ªos y a entender que son mucho m¨¢s que canales de H2O. Es entender que un ecosistema, adem¨¢s de agua que puede usarse para producir, es paisaje, identidad territorial, identidad de los colectivos y comunidades sociales, valores l¨²dicos y culturales, valores de vida... Y que a trav¨¦s de esos r¨ªos se articula vida en el continente y en los mares. Los r¨ªos no se pierden en el mar, fertilizan las plataformas litorales, y muchos peces del mar dependen de los r¨ªos. Y si hay playas es por la erosi¨®n de los r¨ªos, as¨ª que las industrias tur¨ªsticas dependen tambi¨¦n de los r¨ªos. La cultura del agua es entender esta complejidad de ecosistemas.
"La Concha de San Sebasti¨¢n es m¨¢s valiosa como playa que como cantera de arena, y un r¨ªo es m¨¢s valioso como r¨ªo que como agua"
"El 60% de la inversi¨®n total del Plan Hidrol¨®gico Nacional es a fondo perdido, y a pesar de eso el coste del metro c¨²bico de agua es mayor que ahora"
"El Plan Hidrol¨®gico Nacional se financia con trucos contables, con ingenier¨ªa financiera fraudulenta para el erario p¨²blico"
"El problema del ladrillo en Madrid es un juego de ni?os; el gran iceberg est¨¢ en la costa mediterr¨¢nea, en el gran tinglado del hormig¨®n y el ladrillo"
"Lo ¨²nico que puede explicar la sinraz¨®n sistem¨¢tica es que sistem¨¢ticamente haya intereses ocultos. La ¨²nica forma de explicar esta corrupci¨®n es la sinraz¨®n"
P. ?C¨®mo lo articulan en un movimiento social?
R. Un compa?ero, Javier Mart¨ªnez Gil, catedr¨¢tico de Hidrogeolog¨ªa, es quien me involucr¨® con los colectivos que se oponen a la construcci¨®n de grandes embalses. Como buen hidroge¨®logo, considera que la clave son las aguas subterr¨¢neas, y es ¨¦l quien dice que hace falta menos hormig¨®n y m¨¢s inteligencia. Cre¨® el t¨¦rmino nueva cultura del agua, algo que empieza a surgir hacia 1993-1994, cuando nace una coordinadora de afectados por grandes embalses y trasvases, justamente cuando Borrell lanza su anteproyecto de plan hidrol¨®gico. Entonces, multitud de pueblos, con alcaldes de todos los partidos, se enteran por la prensa de que pueden ser inundados, y son esc¨¦pticos de que sus partidos defiendan sus intereses, por lo que llaman a los colectivos ecologistas en su auxilio.
P. ?La sociedad entiende esa nueva cultura?
R. En la sociedad es algo nuevo y a¨²n no comprendido del todo. Los funcionarios p¨²blicos expertos que gestionan los r¨ªos est¨¢n llegando ahora a estos conocimientos, pero en la comunidad cient¨ªfica ya se entiende desde hace tiempo.
P. ?Y la econom¨ªa, que suele mirar el corto plazo, lo entiende?
R. Hay que recuperar el concepto aristot¨¦lico de econom¨ªa, con la distinci¨®n que ¨¦l hac¨ªa entre econom¨ªa y cremat¨ªstica. La econom¨ªa es el arte de bien administrar los bienes de la casa, y la cremat¨ªstica, s¨®lo una parte de esos bienes, los de mercado. Si sustituimos casa por planeta tenemos una buena definici¨®n de la modern¨ªsima econom¨ªa ecol¨®gica.
P. ?Ayudar¨ªa a entender lo que valen los intangibles de la naturaleza el ponerles precio?
R. ?Cu¨¢nto vale la catedral de Burgos? Si le pones precio y ma?ana llega uno a comprarla, ?qu¨¦ haces? ?Por cu¨¢nto vendes a tu madre? Transformar los intangibles en moneda es m¨¢s un ejercicio pedag¨®gico de cara a una sociedad en la que nos han vendido que todo lo que vale se intercambia por dinero, que es una grave deformaci¨®n cultural.
P. Pero socialmente puede haber una idea de que madre y catedral no tienen precio, pero ?no ser¨ªa ¨²til saber el precio de un r¨ªo?
R. Hay que hacerlo, pero, insisto, m¨¢s por un aspecto pedag¨®gico que no de intercambio de valor. Trabajar con vectores es m¨¢s dif¨ªcil; por ejemplo, con valores de biodiversidad, que no es una medida econ¨®mica, o con valores culturales, ¨¦ticos, de las generaciones futuras... Lo importante es saber que la econom¨ªa tiene que incorporar en sus decisiones valores no monetarios.
P. Y recordar, como dec¨ªa Machado, que s¨®lo el necio confunde valor y precio.
R. Y a Unamuno, que dice que un r¨ªo es el alma de un paisaje. ?Cu¨¢nto vale el alma? Pues no tiene precio, no se vende, es como el Museo del Prado, que no entra en el mundo del intercambio. Pero con frecuencia son valores que llevan a tomar decisiones con valores de mercado, por eso hablo de las decisiones multicriterio. En esto hay dos corrientes. Una es la econom¨ªa ambientalista, que toma las decisiones en funci¨®n del coste-beneficio, internalizando las externalidades ambientales y sociales; es decir, pongamos valor y precio a todo y miremos cu¨¢nto valen las cosas en euros. Y hay otra forma, la econom¨ªa ecol¨®gica, en donde los mecanismos de decisi¨®n son multicriterio. No te empe?as en dar la salud de tu h¨ªgado en euros, ni la dignidad, ni la ¨¦tica, ni el valor de un paisaje, aunque haya aspectos que puedas llevar al mundo cremat¨ªstico. Por ejemplo, estoy dirigiendo una tesis doctoral sobre el embalse de Biscarru¨¦s, y hacemos un an¨¢lisis de lo que vale ese r¨ªo en t¨¦rminos monetarios, y sale al final que ese barranco del r¨ªo Gallego tiene un valor patrimonial de 6.000 millones de las antiguas pesetas. Pero si alguien viniera a comprarlo, no lo vender¨ªa, porque ma?ana valdr¨¢ 20.000 millones, porque una sociedad m¨¢s informada valorar¨¢ m¨¢s esos bienes. ?Cu¨¢ndo vale la playa de San Sebasti¨¢n?
P. Pero, sin embargo, vivimos en un mundo que pone precio a todo.
R. S¨ª, hechas estas salvedades, creo que para discutir los valores ecol¨®gicos es importante darse cuenta de hasta qu¨¦ punto son importantes esos valores naturales en nuestra econom¨ªa, en la econom¨ªa que estamos viviendo ahora. Por ejemplo, en Biscarru¨¦s se ve un valle impresionante que ser¨¢ inundado por un embalse si no lo sabemos evitar, y que se har¨¢ para tener m¨¢s ma¨ªz y m¨¢s electricidad. Es como asomarse a la Concha de San Sebasti¨¢n y ver ah¨ª una hermosa cantera de arena para la construcci¨®n. Es no entender nada de econom¨ªa, es no entender que ese lugar es hoy m¨¢s valioso como playa que como arena, igual que ese r¨ªo es m¨¢s valioso como r¨ªo que como agua. Adem¨¢s, un r¨ªo es una depuradora natural, y las depuradoras artificiales cuestan miles de millones de euros.
P. ?Se consideran las obras hidr¨¢ulicas como fines y no como medios?
R. ?se es el problema. Cuando empec¨¦ a interesarme por los asuntos del agua pas¨¦ un d¨ªa por la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Ebro y pregunt¨¦ por el gabinete econ¨®mico. Me dijeron que all¨ª lo que ten¨ªan era un contable. Es decir, hay dinero y hay que gastarlo en obra hidr¨¢ulica, sin m¨¢s. Cuando contabilizamos hoy los costes del gran hormig¨®n, costes directos de la obra, expropiaciones, etc¨¦tera, m¨¢s costes indirectos, como los ecol¨®gicos, de medio y largo plazo, s¨®lo la obra nos lleva a un precio del agua por encima de las 30 pesetas metro c¨²bico amortizando con ese coste a 50 a?os. Y el agua ahora se paga a dos pesetas, as¨ª que lo dem¨¢s lo pagamos entre todos. Y si consideramos lo que produce hoy la obra hidr¨¢ulica como beneficio esperable, de electricidad, de agricultura y de otros usos, nos encontramos con unos balances muy negativos. Por ejemplo, la presa de Itoiz supone a 50 a?os una expectativa de p¨¦rdida de 150.000 millones de antiguas pesetas.
P. Pero el Plan Hidrol¨®gico Nacional (PHN) se hace tambi¨¦n para crear nuevos regad¨ªos.
R. Construir hoy una hect¨¢rea de regad¨ªo en el valle del Ebro o del Duero, con los grandes embalses y canales, viene a costar entre tres y cuatro millones de pesetas, y esa misma hect¨¢rea puesta en el mercado te la compran por la mitad. Es como fabricar coches que nos cuestan cuatro millones y que vendemos a dos. Ah¨ª es donde digo que hay que ser razonables, y que una cosa es impulsar el desarrollo rural y otra el regad¨ªo.
P. Entonces, ?por qu¨¦ se hace el Plan Hidrol¨®gico Nacional?
R. Recoge las inercias que han mitificado el regad¨ªo productivista, pero hay que preguntarse: ?es bueno producir? Pues depende a qu¨¦ precio y a qu¨¦ coste. Hemos cerrado minas que produc¨ªan, acer¨ªas, astilleros..., porque en los mercados esa producci¨®n no era competitiva. Hoy es rentable modernizar regad¨ªos, pero no es rentable hacer, como propone el PHN, 1.200.000 nuevas hect¨¢reas de regad¨ªo, algo que ya nadie se cree. El dinero se invierte, y eso da prestigio pol¨ªtico y negocio para las empresas de construcci¨®n y las el¨¦ctricas que ponen la turbina, pero ya no es verdad que se vayan a hacer grandes regad¨ªos.
P. ?Por qu¨¦ no se ha reformado?
R. ?se es el problema, c¨®mo no se ha reformado el PHN a la luz del Plan de Regad¨ªos. Eso es lo que en su d¨ªa defendi¨® Loyola de Palacio, y por defenderlo demasiado acab¨® saliendo del Gobierno, a un puesto prestigioso, pero lejos. ?Qu¨¦ explicaci¨®n tiene hacer una presa para algo que no va a ser vigente? Pues el negocio del hormig¨®n y el de la turbina que se pone debajo de la presa. ?sa es una parte, la otra parte del PHN son los grandes trasvases al litoral mediterr¨¢neo, la parte m¨¢s din¨¢mica, en la que el Gobierno ha puesto m¨¢s inter¨¦s. De los 120 embalses, s¨®lo los grandes embalses pirenaicos servir¨¢n para regular, y ¨¦sos son los que el Gobierno impulsa con mayor rapidez. Biscarru¨¦s, Itoiz, Yesa... El Gobierno dice que regular¨¢ desde el gran embalse de Mequinenza, m¨¢s abajo, pero para eso tiene que expropi¨¢rselo a su propietario, que es Endesa, y eso no tendr¨ªa sentido si ha hecho los grandes embalses del Pirineo. Es una mezcla de hacer favores a las el¨¦ctricas y a las constructoras, y al mismo tiempo la base de regulaci¨®n del trasvase al Mediterr¨¢neo, que es la espina dorsal del plan.
P. ?Para hacer all¨ª regad¨ªos que s¨ª son rentables?
R. El plan prev¨¦ que un 53% de las aguas es para regad¨ªos y un 47% para usos urbanos y tur¨ªsticos. Sin embargo, lo primero que hizo el Gobierno en esta legislatura, con el apoyo de CiU, fue cambiar la Ley de Aguas de 1985 para legalizar e impulsar los libres mercados de aguas p¨²blicas, aunque todav¨ªa no ha hecho la normativa. Y lo que hace ahora el PHN es olvidarse de los mercados por un tiempo para buscar la financiaci¨®n p¨²blica de las obras. Se pretende poner en el litoral mediterr¨¢neo m¨¢s de mil millones de metros c¨²bicos de aguas subvencionadas por el erario p¨²blico cada a?o. Los privilegiados que reciban agua del trasvase podr¨¢n decidir si la usan para hacer naranjas o si la venden a los urbanistas que est¨¢n alrededor de Terra M¨ªtica, que pagar¨¢n m¨¢s de lo que renta la naranja. Por eso algunos sindicatos agrarios dicen que les han enga?ado, que quien va a decidir el objetivo final del agua del trasvase ser¨¢n los mercados privados de aguas p¨²blicas, uno de los grandes negocios especulativos sin precedentes en Espa?a. Tenemos, entonces, tres grandes negocios escondidos en la trastienda del plan: el del hormig¨®n, el de la hidroel¨¦ctrica y el de la especulaci¨®n con las aguas p¨²blicas, cuyo destino final, sin duda, ser¨¢ el urbanismo.
P. ?El urbanismo pagar¨¢ lo que cueste esa agua, aunque a¨²n no se sabe cu¨¢nto ser¨¢?
R. ?sa es otra de las grandes cosas que el Gobierno no dice. Primero hizo unos c¨¢lculos generalistas, mal hechos por errores de datos y por introducir trampas contables en lo que yo llamo un ejercicio de prevaricaci¨®n t¨¦cnica en el c¨¢lculo econ¨®mico de los trasvases. Se hacen trampas econ¨®micas sabiendo que son trampas. El ¨²nico dato que ha dado el Gobierno, all¨¢ por el a?o 2000, es que las aguas costar¨¢n de media 0,31 euros el metro c¨²bico; pero si se hacen los c¨¢lculos bien hechos, la cifra se coloca en m¨¢s del doble. Pero eso no es lo significativo. Lo importante es que no se puede pagar lo mismo por agua en Castell¨®n que en Almer¨ªa. Cuando el precio se reparte de acuerdo a los costes proporcionales que supone cada tramo del trasvase, se ve que el agua llegar¨¢ a Almer¨ªa a 1,5 euros, y a Murcia, a un euro.
P. ?Cu¨¢nto cuesta ahora el metro c¨²bico ah¨ª?
R. El agricultor murciano y almeriense paga hoy en los libres mercados de aguas subterr¨¢neas entre 20 y 30 c¨¦ntimos de euro. Todo lo que pase de 35 c¨¦ntimos no ser¨¢ admitido porque ya hay recursos a ese precio. Y ah¨ª es donde hay que preguntarse por la parte financiera; es decir, ?qui¨¦n paga esto? El Gobierno sigue sin decirlo y est¨¢ preparando un gran fraude p¨²blico con el dinero del erario p¨²blico. En el ¨²nico documento publicado de car¨¢cter financiero aparecen las tarifas, y ah¨ª el Gobierno reconoce, sin decir por qu¨¦, que los c¨¢lculos que hab¨ªa hecho de lo que cuesta llevar el agua -porque el agua no va, hay que llevarla, hay que subirla y bajarla, bombearla-, reconoce, digo, que se hab¨ªa equivocado y que esa energ¨ªa costar¨¢ el doble. Un error del ciento por ciento.
P. ?C¨®mo se reparte la financiaci¨®n?
R. El balance de costes globales, los tres mil y pico millones de euros que cuesta, vienen de tres fuentes. Primero, supone que el 30% lo pondr¨¢ la UE a fondo perdido, lo que es m¨¢s que dudoso. Otro 30% proviene directamente del erario p¨²blico, pero con trampas contables, te¨®ricamente dineros que se recuperar¨¢n sin intereses. Y el 40% restante ser¨¢ financiaci¨®n privada con cr¨¦ditos avalados por el Estado.
P. ?Cu¨¢les son las trampas contables?
R. Del 30% de erario p¨²blico se dice que el Estado no recuperar¨¢ ni un euro hasta dentro de 50 a?os, pero en ese tiempo no se descontar¨¢ la inflaci¨®n, lo que en t¨¦rminos reales es un regalo. Pero adem¨¢s la tarifa que se cobra por el agua no se emplea en devolver esos dineros, sino que se usa para pagar el 40% que viene de financiaci¨®n privada, en pr¨¦stamos a un 4%, integrada la inflaci¨®n, que estima en un 2%. Eso supone que espera conseguir el 40% de la inversi¨®n con una tasa de beneficio del 2% para el prestatario, y eso no es posible en los mercados de capital salvo que el Estado lo avale, que es lo que se har¨¢, porque habr¨¢ quiebra. Se supone que el capital privado estar¨¢ amortizado en 25 a?os, v¨ªa tarifas, y despu¨¦s de esos 25 a?os los beneficios producidos por tarifas se acumular¨¢n en un fondo de capitalizaci¨®n, que producir¨¢ beneficios con los que al final de los 50 a?os se pagar¨¢ el 30% sin intereses que invirti¨® el erario p¨²blico. Con lo cual el dinero que ten¨ªa que estar entrando en las arcas del Estado sirve para producir beneficios con los cuales pagar al final. Para m¨ª son trucos contables, ingenier¨ªa financiera fraudulenta para el erario p¨²blico. El resultado es que el 30% de capital p¨²blico se convierte en la pr¨¢ctica en una entrega de dinero a fondo perdido, lo que quiere decir que el 60% de la inversi¨®n total del PHN es a fondo perdido. Y aun a pesar de eso, como el coste energ¨¦tico es tan elevado, el coste medio del metro c¨²bico seg¨²n los datos del Gobierno es de 32 c¨¦ntimos de euro, m¨¢s que lo previsto en el a?o 2000.
P. ?Es una cifra fiable?
R. No. Ah¨ª hay que corregir errores tan sencillos como que no puedes cobrar por lo que no entregas. El propio plan dice que uno de cada cinco a?os la sequ¨ªa impedir¨¢ llevar agua, y esa merma de ingresos no est¨¢ recogida, se olvida. Adem¨¢s, las demandas para regad¨ªos, el 53%, son reales, pero las urbanas, no; son demandas para dentro de 25 a?os, as¨ª que tampoco puedes cobrar a Barcelona un agua que no te han pedido, y eso tambi¨¦n se olvida. Y se olvida tambi¨¦n que necesariamente habr¨¢ p¨¦rdidas en el transporte, de al menos el 10%, y no se contabilizan. Estos fallos obvios, no discutibles, llevan a considerar que el precio se pone m¨¢s alto que el precio del agua ahora. En Murcia, el agua tendr¨¢ un coste de 40 c¨¦ntimas de euro, teniendo en cuenta que el 60% de la obra lo paga el erario p¨²blico, cuando ahora est¨¢n pagando no m¨¢s de 30 c¨¦ntimos, lo que va a significar que digan: yo no quiero esa agua. Entonces vendr¨¢ la quiebra.
P. ?Entonces, no es m¨¢s barato hacer plantas desaladoras?
R. S¨ª. El agua de desaladora se coloca en la mitad de lo que costar¨ªa el agua del trasvase en Murcia, y en pago real, similar a lo que van a pagar, si fuera necesario. El problema del agua desalada, porque si no se piensa que el Gobierno es tonto por no hacerlo, es que las subvenciones hoy est¨¢n pensadas para infraestructuras, no para mantenimiento, lo que favorece al hormig¨®n y no a la desalaci¨®n; pero la ley europea empieza ya a hablar de recuperaci¨®n ¨ªntegra de costes, as¨ª que eso cambiar¨¢.
Profesor y activista
PEDRO ARROJO se cr¨ªo en Granada, donde sus padres eran catedr¨¢ticos de instituto. "Mi madre fue la primera mujer con tres licenciaturas, matem¨¢ticas, qu¨ªmica y f¨ªsica, y mi padre, de origen humilde, el ¨²nico hermano que estudi¨®". Se fue a Zaragoza, para estudiar f¨ªsicas, y "ya me qued¨¦ aqu¨ª". Entr¨® en la Facultad de Ciencias Econ¨®micas y Empresariales para dar matem¨¢ticas y las asignaturas cuantitativas "y acab¨¦ especializ¨¢ndome en econom¨ªa de los recursos naturales y ahora soy profesor de an¨¢lisis econ¨®mico". Entre 1990 y 1992 fue vicerrector de esta universidad.
A la cultura del agua, Arrojo lleg¨® desde "los movimientos ecologistas y pacifistas, la no violencia, contra la entrada en la OTAN. Con otra gente fundamos Ecofontaneros, un movimiento que tuvo mucha repercusi¨®n en Arag¨®n y que era una especie de Greenpeace, que hizo muchas acciones espectaculares, no violentas, en Zaragoza, Madrid, Par¨ªs...". A mediados de los a?os ochenta organizaron una bajada del Ebro en un barco desmontable "en la que participaron unas 30.000 personas".
Adem¨¢s de Zaragoza y Granada, visita con frecuencia Alca?iz, en el Bajo Arag¨®n, la tierra de su mujer. All¨ª recoge aceitunas con las que se hace "el mejor aceite del mundo", y visita las cuencas de algunos r¨ªos, como el Matarra?a, "una aut¨¦ntica maravilla todav¨ªa en muy buen estado. De hecho, es el r¨ªo mejor conservado de toda la cuenca del Mediterr¨¢neo".
El jurado del Premio Goldman de Medio Ambiente se lo concedi¨® el a?o pasado por "haber sabido conjugar su brillante curr¨ªculo cient¨ªfico y profesional con su compromiso social, desde la no violencia, en favor del medio ambiente y del desarrollo sostenible".
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