Realismo socialista
El programa econ¨®mico que ayer present¨® el PSOE pone el acento en el aumento de la eficiencia de la econom¨ªa -la productividad- como condici¨®n para igualar en los pr¨®ximos a?os el nivel europeo de renta por habitante. Espa?a es uno de los pa¨ªses de la OCDE con crecimientos m¨¢s pobres de producto por trabajador. Ello se debe a la insuficiente inversi¨®n en equipo y, desde luego, en las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n, que son las responsables de que se produzca m¨¢s y de mayor calidad. A reducir la brecha en capital f¨ªsico y tecnol¨®gico y mejorar el correspondiente capital humano -la educaci¨®n- se dirigen buena parte de las propuestas de la alternativa socialista.
Sin embargo, lo m¨¢s llamativo del programa es lo relativo a la fiscalidad. Porque se plantea que ese fortalecimiento de la inversi¨®n modernizadora sea compatible con la estabilidad presupuestaria y con el mantenimiento de la presi¨®n fiscal en sus niveles actuales. Si gobierna el PSOE se simplificar¨¢n los tramos del IRPF, aproximando el tipo m¨¢ximo al del impuesto de sociedades (que tambi¨¦n ver¨¢ reducida su tarifa hasta llevarlo al promedio de la UE) y elevando el m¨ªnimo exento. Las rebajas tambi¨¦n se extienden a las dem¨¢s figuras impositivas: patrimonio, sucesiones e indirectos (con la excepci¨®n de los que gravan el alcohol y el tabaco), amparadas todas ellas en la pretensi¨®n de "mejorar la equidad del sistema de tratamiento de las distintas fuentes de la renta y reducir la tributaci¨®n de las rentas medias y bajas". El segundo compromiso de Zapatero es no aumentar la relaci¨®n entre gasto p¨²blico y PIB, confiando el cumplimiento de sus objetivos a la eficacia de las decisiones de gasto.
Aunque el objetivo de d¨¦ficit cero se plantea en t¨¦rminos plurianuales -compensando un a?o con otro-, no deja de suscitar alguna reserva ese compromiso para un pa¨ªs que es receptor neto de ayudas comunitarias. Dada la razonable pretensi¨®n de no aumentar la presi¨®n fiscal, ser¨ªa un error renunciar al endeudamiento temporal para financiar el aumento de las inversiones en capital f¨ªsico, tecnol¨®gico y humano. De poco sirve dejar las cuentas p¨²blicas equilibradas hoy si se pierde el tren de ese prioritario fortalecimiento de la capacidad competitiva de la econom¨ªa espa?ola. Las generaciones venideras pueden reproch¨¢rselo a las actuales.
El programa dice poco en relaci¨®n a la composici¨®n del gasto p¨²blico y, una vez que se renuncia a propiciar la distribuci¨®n a trav¨¦s de los ingresos p¨²blicos, es en ese ¨¢mbito en el que se deber¨ªan percibir los rasgos diferenciales de una orientaci¨®n socialdem¨®crata y, en todo caso, de ese muy necesario empe?o en fomentar la productividad mediante la inversi¨®n p¨²blica y privada. Pero es encomiable el compromiso de evaluaci¨®n rigurosa de todas las pol¨ªticas p¨²blicas y los incentivos correspondientes.
Un segundo elemento que plantea algunas dudas es el de la posibilidad de creaci¨®n de tantas agencias tributarias como comunidades aut¨®nomas existen. Aunque es evidente que la falta de informaci¨®n de la agencia estatal impide a las administraciones auton¨®micas gestionar con eficacia las competencias normativas atribuidas respecto de diversos tributos, algunos expertos tambi¨¦n han se?alado los posibles efectos disfuncionales de esa dispersi¨®n. El debate est¨¢ abierto, pero cabe adelantar que de la coordinaci¨®n entre la agencia estatal y los organismos auton¨®micos depender¨¢ que la propuesta no constituya una perturbaci¨®n burocr¨¢tica m¨¢s, de la que se deriven dificultades adicionales para luchar contra el fraude fiscal, otra de las prioridades de ese programa.
Los dem¨¢s prop¨®sitos enunciados por los responsables socialistas est¨¢n amparados en la sensatez y en un cambio de prioridades que refleja no s¨®lo la correcta asunci¨®n de un entorno econ¨®mico internacional nuevo, sino la rigurosa discusi¨®n que ha presidido la elaboraci¨®n de sus propuestas. La expresa promoci¨®n de la libertad econ¨®mica o el rechazo del falso dilema entre eficacia y equidad son se?ales que, aun cuando todav¨ªa carezcan de concreci¨®n, definen un nueva etapa en el pensamiento econ¨®mico socialista en nuestro pa¨ªs. Sin duda, m¨¢s moderna y apoyada en an¨¢lisis m¨¢s rigurosos. No es todo, pero no es poco.
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