Los derechos de autor de Dal¨ª comenzar¨¢n a dar beneficios a la fundaci¨®n este a?o
Los tres museos que gestiona la entidad recibieron 1.153.713 visitantes en 2003
Dal¨ª sigue siendo una m¨¢quina de hacer dinero. La Fundaci¨®n Gala-Salvador Dal¨ª de Figueres tuvo en 2002 unos excedentes de 3,14 millones de euros sobre unos ingresos globales de 9,21 millones de euros que proven¨ªan, en un 68%, de la venta de entradas de los tres museos que gestiona la entidad en Figueres, Pubol y Cadaqu¨¦s, que en 2003 fueron visitados por 1.153.713 personas. Los derechos de autor suponen tambi¨¦n unos ingresos nada desde?ables, pero hasta ahora los numerosos procesos judiciales con Demart, la empresa de gesti¨®n de Robert Descharnes, han provocado m¨¢s gastos que beneficios. La fundaci¨®n de Figueres conf¨ªa en que a partir de este a?o, con el centenario, comenzar¨¢n a generar beneficios.
La entidad ingresa unos 600.000 euros al a?o por los derechos, pero los gasta en pleitos
El siempre complicado entorno de Salvador Dal¨ª ha dificultado hasta ahora la labor de la fundaci¨®n que ¨¦l mismo cre¨® en 1983 con el objetivo de "promocionar, fomentar, divulgar, prestigiar y defender en todo el mundo la obra art¨ªstica, cultural e intelectual de Salvador Dal¨ª". Se trata de una fundaci¨®n privada -integrada por 21 miembros, de los que 12 son vitalicios y otros 9 son nombrados por las administraciones- que no recibe subvenciones p¨²blicas y gestiona tanto el patrimonio que el artista leg¨® al Estado tras su muerte, en 1989, como el patrimonio propio que le fue donado en vida del artista y que se ha incrementado en los ¨²ltimos a?os con una activa pol¨ªtica de adquisiciones.
El conflicto de los derechos de autor del artista -Dal¨ª fue pionero a la hora de comprender el potencial econ¨®mico de la propiedad intelectual- se remonta a 1986, cuando firm¨® un contrato de gesti¨®n con la sociedad Demart Pro Arte B. V., presidida por su entonces colaborador Robert Descharnes, que finaliza el 11 de mayo de 2004. Tras la muerte de Dal¨ª, el Estado pas¨® a ser el heredero universal de todos sus bienes, derechos y creaciones, y en 1994 declar¨® legalmente extinguido este contrato. Desde 1995, estos derechos los gestiona, por encargo del Gobierno, la Fundaci¨®n Gala-Salvador Dal¨ª, pero no ha sido una tarea f¨¢cil porque ha tenido que demostrar su competencia en los tribunales ya que Demart ha reclamado siempre la validez de su contrato.
"En la fundaci¨®n hemos mantenido una l¨ªnea constante y discreta tendente a pacificar este tema", comenta el gerente, Joan Manuel Sevillano. "La defensa de estos derechos y la persecuci¨®n del fraude es uno de los gastos m¨¢s cuantiosos de la fundaci¨®n, pero poco a poco se han ido confirmando nuestras tesis en los tribunales de distintos pa¨ªses. Nuestra estrategia legal ha dado sus frutos. Consideramos que el contrato con Descharnes era un mandato que se agot¨® con la muerte de Dal¨ª, pero durante todos estos a?os nos hemos tenido que defender, porque casi todos los juicios nos los han puesto a nosotros, contra ataques abiertos de Demart. Ahora estamos pasando a un nuevo escenario en el que gestionamos los derechos en casi todo el mundo. Se ha conseguido que los jueces de otros pa¨ªses entiendan que para decidir sobre este tema tienen que esperar la ¨²ltima decisi¨®n de los tribunales espa?oles".
Sevillano afirma que, de momento, la gesti¨®n de los derechos de Dal¨ª a¨²n le cuesta muchos millones a la fundaci¨®n. "Esperamos que este a?o, con el centenario, tendremos un excedente positivo", afirma. La fundaci¨®n recauda unos 600.000 euros anuales por los derechos, pero esta cantidad, indica Sevillano, puede doblarse en los a?os en que hay alguna promoci¨®n especial. La fundaci¨®n, indica su gerente, paga al Estado un canon del 2% de los ingresos netos que recibe por estos derechos.
"El negocio de los derechos se ha mitificado mucho", a?ade. "Es un tema intangible y un bien muy f¨¢cilmente robable. Hemos pasado a?os sufriendo por temas judiciales no s¨®lo para defendernos, sino tambi¨¦n para poder ejercer estos derechos. Hay que invertir mucho para pacificar el mercado y para crear una red de colaboradores mundial que nosotros hemos conseguido gracias al acuerdo con VEGAP, la sociedad de gesti¨®n de artistas visuales espa?ola que est¨¢ integrada en la red internacional. Es un negocio amplio que puede llegar a ser importante, pero no es la Coca-Cola. Es como si el Estado nos hubiera dado la concesi¨®n de un pozo de petr¨®leo, pero para sacar el crudo a¨²n estamos poniendo las plataformas y haciendo los agujeros. Confiamos en que en un plazo breve de unos dos a?os puedan triplicarse los ingresos por este concepto, pero insisto en que para ello el mercado tiene que pacificarse".
Seg¨²n Sevillano, la sentencia definitiva ser¨¢ la que especificar¨¢ si Demart tiene o no que devolver lo que ha podido ir recaudando sobre este concepto desde 1994. "En la fundaci¨®n no tenemos un enfrentamiento personal con Robert Descharnes", aclara. "Lo que hay es un problema legal con una empresa que consideramos ejerce unos derechos que no le corresponden. En estos momentos hay muchos pleitos abiertos y puede haber v¨ªas para que el conflicto se acabe r¨¢pido, pero no hay negociaci¨®n, sino un enfrentamiento judicial muy duro de Demart con la fundaci¨®n y con el Estado que tienen que dirimir los tribunales".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.