La Generalitat ultima la investigaci¨®n por la muerte de un preso por supuestas torturas

El Departamento de Justicia de la Generalitat est¨¢ ultimando la investigaci¨®n oficial por la muerte de un recluso por supuestas torturas en la prisi¨®n de Brians, ocurrida el pasado d¨ªa 4. Las conclusiones podr¨ªan estar listas el pr¨®ximo viernes y afectan a un m¨ªnimo de cuatro funcionarios. Un recluso ha declarado ante el juez que investiga los hechos que el fallecido fue apaleado.

El esclarecimiento de la muerte de Jos¨¦ Manuel Valencia Jorge, de 36 a?os, es el primer obst¨¢culo que se le ha planteado al nuevo secretario general de Servicios Penitenciarios, Albert Batlle. Y no es un reto f¨¢cil, por la confusi¨®n y las versiones contradictorias que caracterizan estas muertes. Tambi¨¦n en este caso. Un testigo de los hechos ha relatado que sobre las 22.00 horas del 4 de enero, Valencia se enzarz¨® en una pelea con otro recluso, L. E. M. J., en la celda 203 del departamento de psiquiatr¨ªa. Varios funcionarios acudieron a separarlos y sacaron a Valencia de la celda, sin que en ese momento tuviera ning¨²n moret¨®n ni otro signo de violencia en el cuerpo, de acuerdo con estas fuentes.

Un preso que presenci¨® los hechos ha explicado ante el juez que, tras ser sacado de la celda, Valencia fue esposado por los funcionarios y cay¨® al suelo, donde le propinaron toda clase de golpes. A continuaci¨®n, seg¨²n este testigo, fue conducido a una celda de aislamiento, donde fue atado de pies y manos y supuestamente continuaron los golpes. Media hora despu¨¦s, el preso presentaba magulladuras en el cuerpo, explica otro testigo, y falleci¨® al poco tiempo. El director de la prisi¨®n acudi¨® a Brians al conocer los hechos y avis¨® al juez de guardia. El forense certific¨® que la muerte se debi¨® a un paro cardiorrespiratorio.

Condena por asesinato

La versi¨®n de los funcionarios, explican otras fuentes penitenciarias, es muy distinta, hasta el punto de asegurar que las heridas que presentaba el preso se las produjo en su disputa con el otro interno. El recluso fallecido cumpl¨ªa condena por asesinato y estaba en prisi¨®n desde 1989. Estas mismas fuentes aseguran que se trataba de un enfermo psiqui¨¢trico, corpulento y con un coeficiente intelectual muy bajo, que se encar¨® directamente con los funcionarios y que eso les oblig¨® a usar las porras y las esposas.

Esta versi¨®n de los funcionarios recuerda tambi¨¦n que el informe preliminar de la autopsia revela que las lesiones que se le apreciaron al preso no fueron la causa de su muerte, pero no explican si presentaba contusiones en otras partes del cuerpo. Las mismas fuentes recordaron que los tres funcionarios implicados jam¨¢s se han visto involucrados en hechos similares. Tres militan en UGT y uno en CC OO.