Recuperaciones republicanas

Quiz¨¢ no sea una contradicci¨®n, sino la expresi¨®n de nuestra mala conciencia colectiva, el hecho de que cuanto m¨¢s lejos se encuentran estos dos t¨¦rminos -Espa?a y la Rep¨²blica- m¨¢s y m¨¢s se publique entre nosotros sobre este tema. Ahora que lo de la Rep¨²blica ha pasado a formar parte de nuestro pensamiento m¨¢s pol¨ªticamente incorrecto ?a qu¨¦ estamos jugando? ?Acaso la frecuencia con que se piden reformas constitucionales obedece a un imposible deseo de cambiar las formas de un juego inconmovible? ?Qu¨¦ mala conciencia se va abriendo paso entre nosotros para deformar intereses particulares acogi¨¦ndose a ese estado difuso de malestar que nos invade cuando pensamos en lo que entre todos hemos hecho del noble concepto republicano? Espa?a y la idea de Rep¨²blica parecen ser conceptos excluyentes despu¨¦s de todo, y lo que nos queda al final es el recuerdo del torrente de sangre, sufrimiento y dolor que su imposible uni¨®n nos ha costado a lo largo de la historia.

El doctor en Historia Pedro Luis Angosto V¨¦lez es autor ya de varios libros sobre el tema, surgidos al calor de sus investigaciones en torno a una figura poco conocida pero bastante destacada del republicanismo espa?ol, el periodista y pol¨ªtico Carlos Espl¨¢ Rizo (Alicante, 1895-M¨¦xico, 1971), uno de los nombres fundamentales en el periodismo espa?ol de preguerra y en los gobiernos republicanos, estrecho colaborador de Aza?a y seguidor de su herencia en el exilio, donde lleg¨® a colaborar estrechamente con Indalecio Prieto. En los ¨²ltimos a?os el doctor Angosto ha publicado Sue?o y pesadilla del republicanismo espa?ol: Carlos Espl¨¢, una biograf¨ªa pol¨ªtica (Biblioteca Nueva, Alicante, 2001) y ha recogido un volumen de art¨ªculos del biografiado en Carlos Espl¨¢ Rizo: 'Unamuno, Blasco Ib¨¢?ez y S¨¢nchez Guerra en Par¨ªs' (Instituto Gil Albert, Alicante, 2002). Su acercamiento a esa figura ha tenido ra¨ªces de cercan¨ªa provincial, y merced a su familia y herederos pudo recuperar los archivos personales de Carlos Espl¨¢ que ha puesto a disposici¨®n de la universidad espa?ola, y a partir de los cuales ha podido recuperar su memoria final, en una empresa en verdad ejemplar, lo que permite pensar en el impulso que a nuestra historia reciente han dado en el ¨²ltimo cuarto de siglo los motivos de ¨ªndole regional, provincial y auton¨®mica.

De estos tres libros, el terce

ro recoge m¨¢s de veinte cartas de Aza?a a su colaborador, escritas ya en plena derrota y en el exilio franc¨¦s donde pronto morir¨¢, verdaderamente reveladoras. No son cartas de queja, ni de reproche , sino recuerdos de amigos para quienes pide ayuda -nunca para s¨ª mismo- ni de disculpa o explicaciones. Son cartas humanas, en las que ni siquiera responde a las calumnias que ya empezaban a amontonarse sobre ¨¦l. Un documento conmovedor. El segundo, un conjunto de cr¨®nicas period¨ªsticas de Carlos Espl¨¢ en la prensa alicantina, valenciana y nacional, publicadas entre 1916 y 1930, es el m¨¢s "literario", el que muestra la mejor profesionalidad del autor y lo que ya era cuando su vocaci¨®n pol¨ªtica republicana se le impuso al final: un buen periodista, uno de los mejores de su tiempo, repleto de humor, gracia y cierta malevolencia hasta para coger el toro por los cuernos cuando el caso lo exig¨ªa. Son primero cr¨®nicas para un p¨²blico alicantino, escritas desde Valencia bajo seud¨®nimo (Valent¨ªn Carrasco), pues estaba desterrado de su ciudad natal, y all¨ª se hizo blasquista convencido. Luego vienen sus cr¨®nicas de Par¨ªs, que a veces recuerdan a las de Corpus Barga -que tambi¨¦n las publicaba en El Sol-, aunque lo pol¨ªtico en este ¨²ltimo no lleg¨® a ocultar nunca su obra literaria.

De ah¨ª que la entidad del primero de los libros citados sea de mucha mayor importancia biogr¨¢fica e hist¨®rica. Sue?o y pesadilla del republicanismo espa?ol: Carlos Espl¨¢, una biograf¨ªa pol¨ªtica es el resultado de la tesis doctoral del profesor Angosto V¨¦lez, un buen volumen de casi medio millar de p¨¢ginas de gran formato que va siguiendo la vida agitada y tumultuosa, repleta de rebeld¨ªas, exilios, manipulaciones (como la puesta en contacto en Par¨ªs de Unamuno y Blasco Ib¨¢?ez, o la rebeli¨®n de S¨¢nchez Guerra contra la dictadura de Primo de Rivera), an¨¦cdotas curiosas (como la bofetada a "El Caballero Audaz") que terminar¨ªan en su compromiso con la Segunda Rep¨²blica, como parlamentario, en los gobiernos civiles de Alicante y Barcelona (con su labor en favor del Estatuto) y alto funcionario en los Gobiernos de Aza?a de quien fue un leal servidor siempre. La guerra, la derrota y los exilios terminaron con todo aquel sue?o, convertido ya en pesadilla para siempre. Pues si la vida de Aza?a se interrumpi¨® pronto (?c¨®mo espero el libro de Juan Goytisolo sobre su figura que est¨¢ a punto de aparecer en Pen¨ªnsula con el t¨ªtulo de El lucernari o!), la de su fiel amigo y leal servidor se prolong¨® hasta 1971, fecha de su muerte en M¨¦xico tras un largo trayecto como traductor en organismos internacionales, conferenciante, agitador pol¨ªtico siempre y sumido en las innumerables peleas que consumieron los restos del exilio republicano, que este libro describe con precisi¨®n, pues la pesadilla no hab¨ªa cambiado mucho, y quiz¨¢ siga todav¨ªa sin cambiar. Una buena triple lecci¨®n para quien quiera aprender, aunque ya no sepamos muy bien qu¨¦ ni para qu¨¦, y que nos cojan al menos bien confesados.