Los esc¨¢ndalos lastran el despegue econ¨®mico
Los expertos advierten de que los ¨²ltimos fraudes empresariales esconden fallos graves en los controles financieros
Las bolsas volvieron a asistir esta semana, por segunda vez en un mes, a un ¨¦xodo de inversores asustados por la reaparici¨®n del fantasma de los esc¨¢ndalos corporativos. La guerra en Irak y la recuperaci¨®n de los mercados hab¨ªan desviado la atenci¨®n durante unos meses. Pero los espectros est¨¢n surgiendo ahora entre las empresas europeas y en el arranque de la fase de expansi¨®n econ¨®mica. Los analistas se?alan que el desfalco en Parmalat no debe interpretarse como un simple drama a la italiana, porque esconde debilidades en el sistema de control financiero importantes y advierten de sus consecuencias en la econom¨ªa.
El fraude contable descubierto en diciembre de 2001 en el gigante energ¨¦tico Enron fue visto desde fuera de EE UU como el primer signo de la autodestrucci¨®n del hipercapitalismo que rein¨® a finales de los noventa. La recuperaci¨®n econ¨®mica se est¨¢ llevando por delante en parte esas preocupaciones, aunque, como se?ala Richard Hoey, de la firma de analistas Dreyfus, "el sistema capitalista est¨¢ basado en la confianza" y, cuando ¨¦sta se pierde por la corrupci¨®n, "corre el peligro de derrumbarse".
Cuando se produjo el derrumbe de Enron, se asegur¨® que contribuy¨® a agravar la crisis en la que estaba entrando la econom¨ªa estadounidense tras los atentados del 11-S. El grupo energ¨¦tico sigue en bancarrota y arrastr¨® hasta su desaparici¨®n a la auditora Arthur Andersen, por inflar sus cuentas.
Su hecatombe est¨¢ considerada como el detonante de una oleada de esc¨¢ndalos que a¨²n contin¨²a y que se ha extendido por Europa. Adelphia, WorldCom, Tyco y Credit Suisse First Boston le siguieron en 2002. Los esc¨¢ndalos llegaron a Europa de la mano del grupo de distribuci¨®n holand¨¦s Ahold. Los problemas volvieron a surgir en EE UU en 2003 con Freddie Mac, el pol¨¦mico paquete de compensaci¨®n con el que la Bolsa de Nueva York premi¨® a su presidente Richard Grasso y el fraude masivo en los fondos de inversi¨®n.
Agujero contable
El a?o termin¨® de rematarlo el grupo italiano de alimentaci¨®n Parmalat y, en plena convulsi¨®n de los mercados, Adecco, l¨ªder mundial en los servicios de empleo temporal, anunciaba el pasado lunes que hab¨ªa detectado "debilidades materiales" en la auditor¨ªa contable. El diario The New York Times se permit¨ªa ironizar en uno de sus editoriales sobre el agujero en Parmalat: "La compa?¨ªa est¨¢ implicada en un esc¨¢ndalo multimillonario que podr¨ªa impresionar incluso a Jeffrey Skilling y Andrew Fastow". Este ¨²ltimo se declar¨® culpable del fraude en Enron el pasado mi¨¦rcoles junto a su esposa, Lea. Los tres est¨¢n considerados como los cerebros del enjuague contable, junto a su ex presidente Kenneth Lay.
Por los tribunales tambi¨¦n deber¨¢n pasar otros iconos del pasado como el antiguo jefe financiero de WorldCom, Scott Sullivan, y el ex jefe ejecutivo de Tyco Dennis Kozlowski. Sin olvidar a la mujer prototipo del ¨¦xito en EE UU, Martha Stewart (v¨¦ase gr¨¢fico).
Todos los expertos coinciden en que el punto en com¨²n en esta larga lista de esc¨¢ndalos en Estados Unidos y Europa est¨¢ en los fallos en el sistema de control financiero y se se?ala de lleno a las firmas auditoras. Pero en el punto de mira se encuentran tambi¨¦n los especialistas financieros de Wall Street, los grandes bancos de inversi¨®n como Morgan Stanley o Citigroup, las firmas de intermediaci¨®n burs¨¢tiles de la bolsa neoyorquina y otras instituciones financieras. El masivo fraude detectado en la industria de los fondos de inversi¨®n ha dado otra dimensi¨®n al problema. Ahora se se?ala incluso a las autoridades reguladoras y a los dirigentes pol¨ªticos, por su pasividad ante las operaciones irregulares.
Los economistas se?alan que en el caso europeo hay un factor que lo diferencia de EE UU: los est¨¢ndares contables y las pr¨¢cticas de gobierno corporativo son divergentes a pesar del mercado ¨²nico. Por eso afirman que "Europa deber¨ªa mostrarse ahora mucho m¨¢s comprensiva" hacia los problema en EE UU porque "no est¨¢n a salvo". Y a?aden que las irregularidades financieras acaban afectando a las dos zonas econ¨®micas.
Juicios a la vista
El a?o 2004 deber¨ªa ayudar a explicar c¨®mo se produjeron los abusos. Los inversores se preguntan si con los juicios ha llegado el principio del fin de la temporada de cr¨ªmenes de guante blanco. "No se trata de satisfacer s¨®lo al p¨²blico", apunta Thomas Ajamie, abogado experto en fraudes. "Hay que conseguir un efecto sobre la conducta de los ejecutivos y que los responsables del control financiero act¨²en con rapidez", a?ade Jamie Wareham, del bufete Paul Hastings.
El fiscal general de Nueva York, Eliot Spitzer, dice que "est¨¢n surgiendo tantas irregularidades" como para mantenerlo "ocupado" durante los pr¨®ximos meses. "Los empleados est¨¢n denunciando cada vez m¨¢s fraudes", a?ade Carl Pergola, de la firma de investigadores BDO. Pero como lamenta Ajamie, "estos episodios se ven desde hace muchas d¨¦cadas y no quedar¨¢n ah¨ª". "La motivaci¨®n para seguir cometiendo irregularidades sigue pese a que se refuerce la legislaci¨®n", a?ade Pergola.
El origen de este temor est¨¢ en la recuperaci¨®n de los mercados, que obliga a los directivos a incrementar los beneficios por la v¨ªa que sea. "La presi¨®n para que salgan bien los n¨²meros es enorme y por eso seguiremos viendo a muchos gestores moviendo cielo y tierra para conseguir que cuadren las cuentas", concluye Bill Fleckenstein, de Fleckestein Capital.
Este razonamiento coincide con la reflexi¨®n expresada recientemente por el premio Nobel de Econom¨ªa Joseph Stiglitz, que explica que la clave de esta oleada de esc¨¢ndalos est¨¢ en el estallido de la burbuja tecnol¨®gica, en 2000, que sac¨® a la luz todo lo que se escond¨ªa bajo las alfombras durante la euforia de los noventa.
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