Parmalat, la teor¨ªa de la hucha y el capitalismo asi¨¢tico
Como es sabido, la crisis asi¨¢tica de finales de los a?os noventa mostr¨® a Occidente las pr¨¢cticas de gobierno corporativo imperantes en una buena parte de los pa¨ªses del sureste de Asia. El control de grandes empresas ejercido por familias pr¨®speras parec¨ªa regirse por la m¨¢xima: "Lo rentable, para m¨ª; el resto, para los otros accionistas". La concentraci¨®n del poder de decisi¨®n sobre empresas cotizadas en manos de determinadas familias, junto con la connivencia de los poderes p¨²blicos y la pasividad de los reguladores de los mercados de capitales, condujeron a muchos inversores extranjeros a salir por piernas. Y con la cartera vac¨ªa. Los trasvases de activos rentables a compa?¨ªas controladas por la familia, la venta a las compa?¨ªas cotizadas de activos no rentables, y los pr¨¦stamos de las compa?¨ªas a las familias propietarias, en condiciones financieramente amables, eran algunas de las pr¨¢cticas m¨¢s habituales; en suma, el saqueo sistem¨¢tico de todo aquel que no era primo hermano. As¨ª lo cuenta Michael Backman en Asian Eclipse (John Wiley & Sons, 2001).
En Parmalat, el presidente del consejo y el primer ejecutivo de la compa?¨ªa eran la misma persona y s¨®lo 3 de los 13 consejeros eran independientes
Seg¨²n el informe elaborado por la firma Heidrick y Struggles en 2003, s¨®lo las empresas espa?olas y portuguesas estar¨ªan peor gobernadas que las italianas
Tambi¨¦n en Jap¨®n las cosas andaban mal; en los mismos a?os, el 94% de las compa?¨ªas cotizadas celebraron en 1996 su junta general de accionistas el mismo d¨ªa, el 27 de junio. Dif¨ªcil acudir a dos a la vez. La duraci¨®n media fue de 26 minutos. Capitalismo asi¨¢tico.
Cultura mediterr¨¢nea
El caso Parmalat viene a demostrar, pues, que los mercados de capitales viven bajo el mismo sol. En los ¨²ltimos d¨ªas, Enrico Tonna, antiguo director financiero, ha confesado que Parmalat ha sido, sobre todo, la hucha de su fundador, Calisto Tanzi. Al parecer, Tonna construy¨® una red de sociedades ubicadas en para¨ªsos fiscales con el objeto de inventar activos que respaldaran, sobre el papel, la deuda de la compa?¨ªa. Seg¨²n contaba Tonna a las autoridades, los movimientos de fondos entre compa?¨ªas del grupo eran considerables; la teor¨ªa de Parmalat como hucha de su fundador toma cuerpo en uno de los movimientos de fondos relatados por Tonna a las autoridades: 500 millones de euros fueron traspasados de Parmalat a compa?¨ªas tur¨ªsticas de la familia Tanzi.
El concepto de empresa como hucha para uso y disfrute de su propietario o m¨¢ximos ejecutivos ha atravesado tambi¨¦n el Atl¨¢ntico. Alcanz¨® su esplendor m¨¢ximo con la quiebra de Tyco, durante el annus horribilis iniciado por Enron. Las revelaciones acerca del estilo de vida de Dennis Kozlowsky, consejero delegado de Tyco, permitieron conocer sus preferencias personales en materia de cortinas de ba?o, en las que gast¨® 6.000 d¨®lares, 15.000 en la adquisici¨®n de una sombrilla, o m¨¢s de dos millones de d¨®lares en el cuarenta cumplea?os de su mujer. Una fiesta en la que la estrella era una r¨¦plica de David, pero con la peculiaridad de orinar vodka. Todo, faltar¨ªa m¨¢s, a cuenta de la empresa.
Sin embargo, entre los conglomerados industriales, pongamos, indonesios y los enrones y parmalats hab¨ªa una diferencia fundamental: la adopci¨®n formal de pr¨¢cticas avanzadas en materia de gobierno corporativo era mucho m¨¢s infrecuente en Asia que en las empresas occidentales. Sin embargo, el n¨²mero y alcance de los esc¨¢ndalos de gobierno corporativo en las empresas americanas, y ahora europeas, permite constatar que la simple adopci¨®n de pol¨ªticas formales en materia de gobierno corporativo no es vacuna suficiente para evitar cat¨¢strofes empresariales. El papel lo aguanta todo. Parmalat hab¨ªa adoptado formalmente el C¨®digo Preda; por decirlo r¨¢pidamente, el C¨®digo Olivencia italiano.
Cabr¨ªa recordar a este respecto el ¨²ltimo informe sobre pr¨¢cticas de gobierno corporativo en Europa, elaborado por la firma Heidrick y Struggles en 2003; al parecer, s¨®lo las compa?¨ªas espa?olas y portuguesas estar¨ªan peor gobernadas que las italianas. En dicho informe se rese?aba que uno de los principales desaf¨ªos a los que se enfrentaban las compa?¨ªas cotizadas italianas era la mejora de la comunicaci¨®n con los reguladores e inversores. Tambi¨¦n el Comit¨¦ de Gobierno Corporativo del Mercado de Valores italiano hab¨ªa emitido recomendaciones a este respecto: refuerzo del papel de independientes, separaci¨®n de los roles de presidente del consejo y primer ejecutivo, as¨ª como la introducci¨®n de nuevos mecanismos de medici¨®n de los resultados. Parmalat declaraba haber asumido las recomendaciones de gobierno corporativo emitidas por los reguladores italianos.
Sin embargo, en Parmalat, y como casi siempre, la adopci¨®n estaba limitada a algunos aspectos. As¨ª, la figura de presidente del consejo de administraci¨®n y de primer ejecutivo de la compa?¨ªa estaban concentradas en una sola persona; s¨®lo 3 de los 13 miembros del consejo eran independientes; y la comisi¨®n de auditor¨ªa del consejo de administraci¨®n no estaba conformada por una mayor¨ªa de consejeros independientes.
Adem¨¢s de lo anterior, cabr¨ªa destacar que la compa?¨ªa no contaba con un c¨®digo ¨¦tico ni, por supuesto, contaba con los sistemas para implantar dicho c¨®digo a lo largo y ancho de su actividad empresarial. Lo anterior lleva a concluir que, en materia de gobierno corporativo, la virtud a medias no es virtud, y tambi¨¦n a temer que la adopci¨®n formal de c¨®digos de gobierno, sin m¨¢s, no deber¨ªa sosegar a los inversores. Al fin y al cabo, son muchas las empresas que nos rodean que incumplen las reglas de buen gobierno en los mismos t¨¦rminos que Parmalat.
La civilizaci¨®n de Oriente
La historia de la ca¨ªda de Parmalat tiene, como dec¨ªamos, una larga lista de antepasados en Extremo Oriente. Charn Uswachoke fue durante alg¨²n tiempo el genio oficial de la Bolsa tailandesa. Presidente de Alphatec Electronic, productor de circuitos integrados, fund¨® la empresa en 1988; la compa?¨ªa se convirti¨® pronto en la primera de su sector en Tailandia. En 1995, descubierta ya la nueva fuente de fondos que supon¨ªa el mercado de valores (l¨¦ase las carteras de los incautos accionistas), Alphatec fund¨® Submicr¨®n, primer fabricante de chips del pa¨ªs. En poco tiempo el grupo Alphatec extendi¨® sus actividades a 30 pa¨ªses. En 1997, la compa?¨ªa comenz¨® a tener problemas para pagar a sus proveedores y acreedores. Despu¨¦s de mucho insistir, los acreedores consiguieron que se acometiera una auditoria independiente.
Concluy¨® que la compa?¨ªa manejaba dos contabilidades distintas, habiendo reportado falsas ganancias en la oficial. Adem¨¢s, hab¨ªa concedido 127 millones de d¨®lares a empresas propiedad exclusiva de su fundador. La cifra de negocios p¨²blica multiplicaba por 10 la real. Finalmente, se hab¨ªan falsificado facturas para dar cierto brillo occidental a la compa?¨ªa. Pretend¨ªan dar cuenta de las relaciones de la empresa con grandes compa?¨ªas occidentales. Con tan mala suerte que los nombres de las multinacionales extranjeras estaban, en muchos casos, mal escritos. Como el de Philips. Las pr¨¢cticas de gobierno imperantes en Tailandia permitieron que Charn y su familia, despu¨¦s de las revelaciones del auditor, no s¨®lo siguieran en el consejo de administraci¨®n, sino que ejercieran el derecho de veto sobre los planes de reestructuraci¨®n. Consiguieron despedir al nuevo auditor y contratar a otro m¨¢s simp¨¢tico.
Las pr¨¢cticas anteriores resultar¨¢n familiares a quien haya seguido el caso Parmalat. En el n¨²mero correspondiente al 12 de enero de este a?o, la revista norteamericana Newsweek se preguntaba si el esc¨¢ndalo no ser¨ªa la punta del iceberg de las pr¨¢cticas seguidas por las empresas familiares italianas. Tambi¨¦n acusaba al Gobierno de Berlusconi de incentivar, al relajar las reglas de fraude empresarial, este tipo de comportamientos. Lo m¨¢s jugoso: la imagen de los ejecutivos de la compa?¨ªa haciendo manualidades para falsificar un documento de Bank of America que atestiguaba que la compa?¨ªa ten¨ªa un dep¨®sito de 4.700 millones de euros. Y es que, como dec¨ªa Backman, "el buen gobierno corporativo, como la virginidad, est¨¢ bajo la amenaza constante de la tentaci¨®n". Am¨¦n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.