La mayor manifestaci¨®n en Bagdad desde la ca¨ªda de Sadam exige elecciones a EE UU
Decenas de miles de chi¨ªes recorren la capital iraqu¨ª para protestar contra el plan de transici¨®n
La Universidad Mustansharia de Bagdad, controlada por los chi¨ªes y situada en Ciudad Sader, una superpoblada y paup¨¦rrima barriada de Bagdad, se convirti¨® ayer en el centro de la protesta que decenas de miles de chi¨ªes protagonizaron contra el plan del administrador estadounidense, Paul Bremer, de elegir un Parlamento por designaci¨®n en lugar de permitir unas elecciones generales antes de la total transferencia de poderes al Gobierno iraqu¨ª en julio. Fue la manifestaci¨®n m¨¢s grande celebrada en Irak desde la ca¨ªda de Sadam Husein.
Miles de personas -un mill¨®n seg¨²n los organizadores- partieron a las ocho de la ma?ana (dos horas menos en la Espa?a peninsular), desde distintos puntos de la capital iraqu¨ª con destino a la universidad bagdad¨ª convocadas por todas las ramas del chi¨ªsmo, desde los m¨¢s moderados, partidarios de una negociaci¨®n total con los estadounidenses, a los m¨¢s radicales que, entre l¨ªneas, saludan los ataques contra las tropas internacionales. Todos mostraron cantando durante horas su respaldo al gran ayatol¨¢ Al¨ª Sistani, quien el pasado d¨ªa 11 rechaz¨® el plan estadounidense y exigi¨® elecciones.
"Nos tienen que escuchar en Nueva York, queremos democracia y la queremos ya", subrayaba Al¨ª al Hamani, un profesor universitario, en referencia a la reuni¨®n que horas despu¨¦s se iba a celebrar en la sede de Naciones Unidas entre el secretario general Kofi Annan, los principales representantes del Consejo de Gobierno iraqu¨ª y Paul Bremer. Junto al profesor, varios manifestantes portaban una pancarta que dec¨ªa: "Queremos una Constituci¨®n escrita por manos iraqu¨ªes".
La riada humana colaps¨® varias autopistas que atraviesan la extensa capital iraqu¨ª y aparec¨ªa como una masa plagada de grandes banderas rojas, verdes y negras con plegarias isl¨¢micas escritas sobre ellas. Numerosos participantes portaban retratos de Sistani y de otros ayatol¨¢s, entre otros del moderado Mohamed Baqer al Hakim asesinado y del radical Muqtada al Sader. "Hoy no hay diferencias, aqu¨ª estamos todos los iraqu¨ªes, incluso hay cristianos", aseguraba el estudiante Maizen Habash, mientras se?alaba a un hombre que portaba un retrato de Jesucristo y que result¨® ser un musulm¨¢n que comercia con tapices.
"Los hijos del pueblo iraqu¨ª exigen un sistema pol¨ªtico basado en las elecciones directas y en una Constituci¨®n que signifique justicia e igualdad para todos", ley¨® en un comunicado Hashem al Awad, uno de los lugartenientes de Sistani mientras la muchedumbre aclamaba. "Cualquier otra cosa llevar¨¢ al pueblo a decir la ¨²ltima palabra", a?adi¨®.
"No va a haber ninguna rebeli¨®n violenta contra los americanos, ellos no son el enemigo", templaba el jeque Ghonan Daif, de la mezquita de Al Hadad. "Sistani es un sabio muy razonable, aunque eso s¨ª, tiene poder sobre millones de personas", agreg¨®. Durante toda la marcha no se escuch¨® un solo grito contra EE UU, mientras que fueron numerosos los c¨¢nticos de "abajo el terrorismo", "no a la yihad" y otros que reclamaban la unidad del pa¨ªs.
Como es habitual en las manifestaciones chi¨ªes, sus propias milicias se encargaron del orden. Sin hacer ostentaci¨®n de sus armas, miembros de la Brigadas Bader, pertenecientes al Consejo Supremo de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica en Irak, como el Ej¨¦rcito del Mes¨ªas, comandado por Muqtada al Sader, organizaban los cordones de seguridad. La polic¨ªa iraqu¨ª controlaba los accesos mientras que los estadounidenses permanec¨ªan en segundo plano.
"Queremos un Irak sin guerra, lo que significa un pa¨ªs unido y democr¨¢tico", opinaba un joven cl¨¦rigo rodeado de otros manifestantes de m¨¢s edad que ped¨ªan "una revoluci¨®n como la de 1920", cuando hubo una sublevaci¨®n contra la presencia brit¨¢nica en el pa¨ªs. Tras varias horas, los manifestantes se disolvieron sin incidentes. La manifestaci¨®n de ayer ha probado sobre el terreno el poder del ayatol¨¢ Sistani, quien ha unido bajo sus consignas a un grupo habitualmente dividido por luchas cainitas y que representa al 60% de la poblaci¨®n iraqu¨ª. Ayer las fotos de l¨ªderes religiosos cuya animadversi¨®n rec¨ªproca es conocida desfilaban unidas junto a las pancartas que ped¨ªan la unidad isl¨¢mica.
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