Salir del atolladero
Los ¨²ltimos datos de la balanza de pagos publicados por el Banco de Espa?a son inquietantes. Son coherentes con una econom¨ªa que ostenta el r¨¦cord europeo en crecimiento de la demanda interna, pero siembran dudas sobre las posibilidades de mantener ese crecimiento en el futuro. Bastar¨ªa con mencionar el enorme salto que ha dado el d¨¦ficit corriente, que, en los diez primeros meses del a?o, ha pasado de unos 10.300 millones de euros en 2002 a unos 16.600 millones en 2003. Entre los responsables de este deterioro est¨¢ la balanza comercial, que ampl¨ªa su d¨¦ficit en 4.000 millones, pero tambi¨¦n se deteriora la balanza de rentas. Una primera impresi¨®n es que el deterioro de esta balanza es consecuencia de que ya hemos vivido muchos a?os por encima de nuestras posibilidades gracias a los pr¨¦stamos de los extranjeros, y ello se est¨¢ reflejando en los mayores pagos por intereses para servir esas deudas.
El otro aspecto inquietante es el del deterioro de la estructura de la financiaci¨®n con la que los extranjeros nos ayudan a aliviar nuestro d¨¦ficit. Estos d¨ªas nos hemos alarmado ante los extranjeros que se van, como Philips o Samsung. Pero a¨²n m¨¢s preocupante es lo que est¨¢ pasando con los extranjeros que ya no vienen; el problema de la disminuci¨®n de la inversi¨®n directa exterior en Espa?a. El Banco de Espa?a nos cuenta que en los 10 primeros meses las entradas de inversi¨®n directa han bajado de unos 19.000 millones de euros en 2002 a unos 13.600 en el 2003. Si se saca la lupa y se observa que los extranjeros tambi¨¦n se han apuntado a la fiesta de la burbuja inmobiliaria espa?ola invirtiendo cada a?o m¨¢s en inmuebles (en el a?o 1999 invirtieron del orden de 3.000 millones de euros y en 2002 superaron los 6.000 millones de euros), se comprueba que el derrumbe de la inversi¨®n directa, cuando se restan las inversiones en inmuebles, ha sido m¨¢s intenso, pasando de 14.000 millones de euros en 2002 a 7.500 en 2003, durante los diez primeros meses del a?o.
Es cierto que dentro del euro el deterioro de la balanza de pagos ha dejado de ser una enfermedad. Para financiar el d¨¦ficit ya no es necesario subir los tipos de inter¨¦s ni tendremos crisis cambiarias, pero el deterioro de la balanza externa es ahora un s¨ªntoma de otros problemas, en especial la p¨¦rdida de competitividad. La acumulaci¨®n de abultados d¨¦ficit corrientes de estos ¨²ltimos a?os no importar¨ªa excesivamente si vi¨¦ramos que la econom¨ªa espa?ola est¨¢ usando esos recursos externos para aumentar su inversi¨®n en bienes de equipo y aumentar la productividad. Pero nada de esto se est¨¢ haciendo y, por tanto, da la sensaci¨®n de que, si bien es m¨¢s f¨¢cil vivir a pr¨¦stamo estando en el euro, estamos tirando el dinero.
El car¨¢cter protector del euro se observa tambi¨¦n en los ¨²ltimos datos sobre exportaci¨®n publicados por la Comisi¨®n Europea. En los diez primeros meses, nuestras exportaciones a la zona euro se han comportado favorablemente. Sin embargo, cuando vemos qu¨¦ est¨¢ pasando con las exportaciones fuera de la zona euro, observamos que la media de los pa¨ªses europeos registr¨® una ca¨ªda del 1,8%, mientras que las exportaciones espa?olas cayeron un 4%.
El crecimiento espa?ol a medio plazo contin¨²a, pues, sometido a serios interrogantes. Sin embargo, esta misma semana Eurostat ha publicado una estad¨ªstica del n¨²mero de licenciados en educaci¨®n superior que nos puede animar algo despu¨¦s de leer los l¨®bregos datos de la balanza de pagos. En efecto, las 277.000 personas que se han licenciado en Espa?a en 2001 se comparan muy favorablemente con los 296.000 de Alemania -con una poblaci¨®n doble que la espa?ola- y superan a los licenciados en el Reino Unido (273.000) o en Italia (202.000). Si estos datos del n¨²mero de licenciados fueran un indicador fiable de mejora del capital humano, quiz¨¢ podr¨ªamos esperar que esos espa?oles cada vez mejor formados nos ayuden en el futuro a salir del atolladero en el que nos ha metido una pol¨ªtica econ¨®mica preocupada s¨®lo por el corto plazo, como muestran los ¨²ltimos datos de la balanza de pagos. mfo@inicia.es
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