Una ventana al medievo
Un mercado convierte la plaza de la Corredera de C¨®rdoba en un pasadizo hacia 1284
La plaza de la Corredera de C¨®rdoba rememora sus usos primitivos desde ayer hasta el domingo a trav¨¦s del tercer Mercado Medieval. En la Corredera se han celebrado autos sacramentales, ejecuciones y fiestas paganas a lo largo de su historia. Ayer, centenares de artesanos y creadores de productos ancestrales de todo el pa¨ªs tomaron la plaza para crear un pasadizo en la historia hasta 1284.
Todo es distinto ahora en la Corredera, con el suelo cubierto de paja y el tr¨¢fico cortado. Incluso la alcaldesa Rosa Aguilar lo inaugur¨® de forma inusual. La tradicional cinta fue sustituida por una soga que cort¨® la regidora.
"?Viva el rey!", exclama una tendera. "?Viva!", responde el cabo S¨¢nchez, encarnado por un actor que arrastra, con s¨ªntomas de embriaguez, una lanza con la que impone el orden en la plaza. "Soy la m¨¢xima autoridad en tr¨¢fico y cobro de impuestos", explica el cabo S¨¢nchez, a las ¨®rdenes del Rey Sancho IV.
Los artesanos de los 104 puestos que componen la muestra est¨¢n vestidos al uso e incluso los visitantes pueden alquilar trajes de la ¨¦poca por 18 euros para todo el fin de semana. De esa guisa se encuentra Carlos Herrero que, a pesar de su apellido, es el encargado de darle a un ancestral torno de madera con el que hace piezas para sillas o mesas.
Herrero viene de Palencia y con el pie y una guita de esparto da movimiento circular a un taco de madera que esculpe cuchilla en mano. "Seg¨²n lo que hagas, te puede llevar media hora o todo el d¨ªa", explica tras confes¨¢r que es un aprendiz. A las dos horas ya ha finalizado una baqueta para tocar el tambor. "As¨ª vemos c¨®mo los antiguos usaban la cabeza, ahora todo lo hace un ordenador", explica en representaci¨®n de una asociaci¨®n dedicada a la recuperaci¨®n de antiguos oficios.
Los m¨¢s atrevidos se enfrentan incluso a un halc¨®n harris ¨¢vido de presas. Con guante en mano, Cristina V¨¦lez recoge el vuelo de esta ave de presa que suelta el cuidador, Jos¨¦ Antonio Alonso. "Al principio da miedo, pero ves que el animal va a la comida", afirma V¨¦lez, quien no piensa en llevarse una de estas aves a casa. Un buitre leonado con m¨¢s de dos metros de envergadura, un b¨²ho real o dos ¨¢guilas de harris son la cuadrilla domada por Alonso, que viene de Le¨®n. "Para amaestrarlos hay que emplear como m¨ªnimo un mes", cuenta Alonso, que muestra un picotazo de una hembra de ¨¢guila ferruginosa.
Los pasacalles despliegan las tamborradas entre encantadores de serpientes, esculpidores de m¨¢rmol, sopladores de vidrio, orfebres del cuero, decoradores de cer¨¢micas, malabaristas o instrumentos de tortura del medievo. Con motivo del octavo centenario de la muerte de Maim¨®nides, fil¨®sofo y m¨¦dico de la C¨®rdoba musulmana, el Ayuntamiento ha acu?ado una moneda en su conmemoraci¨®n dentro de este escaparate del pasado que organiza la empresa gallega Camelot por todo el pa¨ªs.
Por la noche, los cuentacuentos inundan la plaza as¨ª como las representaciones de danza cl¨¢sica, como Contrapasso o Gallarda, interpretadas por alumnos del Conservatorio Profesional de Danza Luis del R¨ªo.
Aunque el term¨®metro estaba m¨¢s ben¨¦volo ayer, Jos¨¦ Manuel Royo trae desde El Bierzo (Le¨®n) unos brebajes para entrar en calor y para rememorar los aires de cantina junto a los amigos. Licores con base de orujo y miel, cereza, endrina, nuez, mora o caf¨¦. Royo no recuerda desde cu¨¢ndo se hacen estos licores, pero ve¨ªa a sus abuelos preparar la receta ancestral.
Royo incide en las propiedades, "siempre con moderaci¨®n", de sus brebajes, que alcanzan los 30 grados. "Siempre se ha dicho que el aguardiente limpia el diente y sana el vientre", comenta. Cuando el fr¨ªo cae, Jos¨¦ Manuel Royo, es el ¨²ltimo en abandonar el puesto. "Puedo estar aqu¨ª hasta las cuatro de la ma?ana", asegura. Eso ser¨¢ cuando concluya la cena medieval que se ofrezca esta noche en la Plaza de las Ca?as, junto a la Corredera, cuando quienes degusten los platos de hace siglos quieran limpiar el diente y sanar el vientre. Y entrar en calor.
El tercer Mercado Medieval de la plaza de la Corredera es, sobre todo, un espect¨¢culo visual. Los organizadores han querido evitar que se convierta en un simple mercadillo, aunque hay quien vende sus productos artesanos, y que cada d¨ªa haya una novedad en un espect¨¢culo en el que el a?o pasado la Polic¨ªa Local contabiliz¨® unos 150.000 visitantes, la mitad de la poblaci¨®n de C¨®rdoba.
Lo importante es participar
Aquilino Blanco, responsable de Camelot, la empresa que organiza el tercer Mercado Medieval de C¨®rdoba, se?ala que su mayor inter¨¦s es que la gente participe. "Cada vez se est¨¢n alquilando m¨¢s trajes de ¨¦poca y, quien quiera representar, cantar o bailar, ser¨¢ bienvenido; eso es lo que queremos", explic¨® ayer.
Blanco explic¨® que hay mucha gente, unas 300 personas, que participa con sus productos ancestrales en la caravana del mercado por todo el pa¨ªs. "Aunque tambi¨¦n se trata de que se ganen la vida, hay un parque infantil y novedades cada d¨ªa para que la gente no diga que ha ido un d¨ªa y ya lo ha visto", apunt¨®.
Hoy la novedad es la danza del vientre. Ma?ana, adem¨¢s de los juegos malabares, los pasacalles, los espect¨¢culos y los cuentacuentos de todos los d¨ªas, un actor representar¨¢ al gran homenajeado ofreciendo La clase de Maim¨®nides, un espect¨¢culo en honor al fil¨®sofo y m¨¦dico de la C¨®rdoba de la ¨¦poca musulmana.
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