El mito trucado del Che
Sin duda alguna, uno de los mayores iconos de nuestro tiempo es la figura de Ernesto Che Guevara, el m¨ªtico guerrillero argentino-cubano, compa?ero de fatigas de Fidel Castro en la Sierra Maestra y asesinado el 8 de octubre de 1967 tras ser capturado por el Ej¨¦rcito boliviano. En 2003 se hubieran cumplido 75 a?os de su nacimiento y con vistas a la onom¨¢stica se produjo el caudal acostumbrado de publicaciones, siguiendo la estela de lo ocurrido en 1997, a los 30 a?os de su muerte. La fuerza del Che como personaje es tal que sigue imponi¨¦ndose a sus bi¨®grafos, que siguen justificando teleol¨®gicamente su trayectoria vital en funci¨®n de su participaci¨®n en la revoluci¨®n cubana y su manera de morir. Los subt¨ªtulos de estas obras ya nos hablan de su contenido hagiogr¨¢fico: "La vida por un mundo mejor", "sue?o rebelde" o "el guerrillero heroico". El sesgo de los libros aqu¨ª presentados se observa claramente en la bibliograf¨ªa consultada por los autores, b¨¢sicamente centrados en trabajos, acad¨¦micos o no, favorables a la revoluci¨®n cubana, sus actores y sus logros. Trabajos clave para entender lo que pas¨® en aquellos a?os, como los de Carmelo Mesa Lago, Marifeli P¨¦rez Stable o Jorge Dom¨ªnguez, no son tenidos en cuenta. Tampoco se mencionan otras obras, como las memorias de Huber Matos (C¨®mo lleg¨® la noche), que presentan a Castro y Guevara como traidores a la revoluci¨®n nacionalista que acab¨® con la dictadura batistiana para transformarla en un r¨¦gimen dictatorial de otro signo.
Es a partir de trabajos de este tipo como se sigue manteniendo vivo el mito del Che. S¨®lo en el libro de O'Donnell, de lejos la mejor obra de todas las rese?adas, se cuestiona el car¨¢cter desp¨®tico y la ferocidad del Che, al que no le temblaba el pulso a la hora de fusilar a los cobardes o a los traidores a la revoluci¨®n. O'Donnell es el ¨²nico que presenta "comentarios pol¨¦micos, pero honestos" con la trayectoria de su biografiado.
Resulta imposible, en cualquiera de estos libros, leer algo sobre los repetidos fracasos del Che: su fracaso como gestor econ¨®mico (bien al frente del Ministerio de Industria o como presidente del Banco Central de Cuba); sus repetidos fracasos militares (en el Congo o en Bolivia, donde encontr¨® la muerte); su fracaso como diplom¨¢tico o como pol¨ªtico, debido b¨¢sicamente a su rigidez y a su incapacidad para negociar o dialogar (a la lucha se va a matar o morir y para alcanzar la victoria vale todo, ya que las reglas de juego est¨¢n para ser quebradas, tal como nos muestra O'Donnell). Mientras quienes escriban biograf¨ªas del Che sigan primando su entrega por un mundo mejor en vez de contarnos la verdad de su vida, el mito del Che seguir¨¢ vivo.
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