Unidad
Si hay que hacer caso al ministro de Justicia, Jos¨¦ Mar¨ªa Michavila, Mariano Rajoy eligi¨® Valencia como pista de despegue electoral debido a la gran unidad de que goza aqu¨ª el PP. Sin embargo, lo flagrante es que vino a hablar de seguridad. De leyes m¨¢s severas, de reformas en el jurado, de un nuevo c¨®digo procesal penal, de m¨¢s polic¨ªas, de menos permisos carcelarios y de m¨¢s juzgados. Su visita ten¨ªa dos objetivos muy definidos, aunque el denominador com¨²n fuera id¨¦ntico: trasmitir tranquilidad. No es ninguna casualidad que Rajoy abriese la campa?a con un discurso sobre porras, esposas y rejas precisamente en Valencia, donde la tasa de delitos por cada mil habitantes la sit¨²an como uno de los lugares m¨¢s peligrosos de Espa?a. Y donde, en contraste con otras estad¨ªsticas manejadas por la Delegaci¨®n del Gobierno y el propio Ministerio del Interior que apuntan hacia una disminuci¨®n de las infracciones, los juzgados acaban de registrar un aumento de delitos del 25%. Rajoy ofrec¨ªa cataplasmas a un territorio en el que ya se han aclimatado no menos de tres decenas de mafias europeas y suramericanas, con su correspondiente saldo de cr¨ªmenes en ajustes de cuentas y delitos relacionados con las redes de prostituci¨®n, tr¨¢fico de armas o de estupefacientes. Una realidad que no s¨®lo podr¨ªa estropear el forjado oficial de postal tur¨ªstica de Fitur, sino resquebrajar la bolsa de votos del PP en un momento tan decisivo para Rajoy y su partido. Por lo dem¨¢s, Michavila quer¨ªa decir lo contrario que declaraba, que es lo que corresponde a cualquier pol¨ªtico que se precie. Y a eso vino tambi¨¦n Rajoy. El PP valenciano cierra filas ante el 14-M, pero tambi¨¦n para que no se vea el abismo que est¨¢ abriendo en su interior su propia geolog¨ªa org¨¢nica. Eduardo Zaplana no quiere soltar el bocado ni que le ocurra como a Francisco ?lvarez Cascos en Cantabria (por cierto, ?arrojar¨ªa Zaplana la toalla por amor? ?Incluso por despecho?). As¨ª, la herencia org¨¢nica de un Carlos Fabra que embiste a la prensa con media estocada hundida en el lomo plantea un encarnizado combate para el control del pr¨®ximo congreso. ?sta es la plaza del PP m¨¢s fr¨¢gil para Rajoy. Por lo uno, por lo otro.
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