San Lorenzo de El Escorial, refenestrado
El monasterio emprende un tit¨¢nico plan para restaurar sus carpinter¨ªas, 2.673 ventanas, con madera de pino de Soria
El Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial asistir¨¢ en fechas inmediatas a una tit¨¢nica tarea sobre su piel de piedra: la restauraci¨®n y remozamiento de sus carpinter¨ªas, entre las que se incluyen 2.673 ventanas. Su estilo, hoy diferenciado en siete tipolog¨ªas, ser¨¢ unificado con madera de Soria de primera calidad y una coloraci¨®n com¨²n en tonos verdes secos, la p¨¢tina hist¨®rica que las caracteriz¨® varios siglos. As¨ª lo anuncia Pablo Larrea, delegado de Patrimonio Nacional en este Real Sitio madrile?o cuya fenestraci¨®n hist¨®rica es considerada como una de las m¨¢s extensas del mundo. Las ventanas y puertas m¨¢s antiguas datan de fechas posteriores a 1671, bajo el reinado de Carlos II El Hechizado, en que el monasterio sufriera un incendio que devast¨® sus fachadas y tejados, rematados con chapiteles sobre bastidores de madera.
Las obras comenzar¨¢n por las fachadas occidental y norte, as¨ª como en cuatro de los patios del edificio
El edificio, un paralelogramo de piedra berroque?a en forma de ret¨ªculo cuya construcci¨®n dur¨® 21 a?os, entre abril de 1563 y septiembre de 1584, cuenta con una c¨²pula de 92 metros de altura, ocho torres de hasta 75 metros, 15 claustros y 16 patios que incluyen ventanales, miradores, galer¨ªas, tragaluces y ¨®culos, en su mayor parte con soportes madereros, as¨ª como una tipolog¨ªa muy variada de puertas de cuarterones, hasta 1.200 seg¨²n contara en 1922 el bibliotecario Juan Zarco G¨®mez; unas trescientas de ellas corresponder¨ªan a celdas monacales, con charnelas y goznes a la usanza de los siglos XVII, XVIII y XIX.
La rehabilitaci¨®n de las carpinter¨ªas, da?adas por el fr¨ªo, la lluvia y el viento, emprende una primera fase hasta fines de este a?o con actuaciones en las fachadas oeste y norte; ambas se despliegan en un paralelogramo de lados de 207 y 161 metros, respectivamente, hasta una altura aproximada de una veintena de metros, m¨¢s su techado. Una l¨ªnea de cornisa, a 17 metros de altura, perimetra el edificio, al que confiere porte y entereza.
Las ventanas ocupan hasta cinco niveles diferentes. La fachada que mira a poniente muestra 386 ventanales y la septentrional, 180. De igual modo, ser¨¢n restauradas las de tres de las torres, de Damas, Botica y Seminario. En cuatro de los patios interiores la actuaci¨®n comenzar¨¢ en este a?o. El presupuesto destinado a esta partida ser¨¢ de 100.000 euros, seg¨²n se?ala el Delegado Pablo Larrea. En una fase siguiente y hasta el a?o 2007, se actuar¨¢ sobre otras zonas del edificio y de las casas colindantes. La cuota anual para este cometido ser¨¢ de 120.000 euros. Durante las sustituciones provisionales previstas, sobre los huecos ser¨¢n impostadas plataformas de aglomerado.
En m¨¢s de cuatro siglos casi nunca ha dejado de asistir al monasterio una legi¨®n de canteros, alba?iles, ebanistas, bordadores, aparejadores y arquitectos, al cuidado de su tect¨®nica y ornato. Entre los cerrajeros, el ¨²nico del que dan cuenta las cr¨®nicas fue Juan de Valdenebro. El aparejador que en la construcci¨®n del monasterio coordin¨® las carpinter¨ªas fue Maese Quesada y se vio asistido por Juan Serrano y Rafael de Le¨®n, tambi¨¦n maestros.
Entre las ventanas del p¨¦treo edificio, en su mayor¨ªa sobrias, las hay de dos hojas enterizas, con ocho vidrios por hoja, que ocupan las posiciones m¨¢s bajas; las de alturas intermedias, que son las predominantes, suelen mostrar cuatro cristales por hoja y dos las de menor tama?o, correspondientes a las habitaciones altas, sobre el cornisamiento.
Es el cap¨ªtulo relativo a la fenestraci¨®n el que menos congruencia est¨¦tica y visual muestra de cuantos exhibe el monasterio escurialense. En la fachada que mira al jard¨ªn de los Frailes, hubo ventanas desprovistas de cristales o, lo que fue peor en un conjunto art¨ªstico-hist¨®rico como ¨¦ste, totalmente distintas en su color o aparejo pese a ser contiguas. El efecto ¨®ptico -y est¨¦tico- de uno solo de estos elementos dispares puede llegar a ser demoledor sobre un conjunto que se ajusta pentagonalmente a proporciones denominadas ¨¢ureas, vinculadas al n¨²mero fi, como estudiara Luis M. Auberson, "uno de los mejores conocedores del monasterio", explica su amigo, el agustino bibliotecario fray Teodoro.
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