Arabia Saud¨ª intenta ofrecer una nueva imagen en el exterior
"En 70 a?os hemos hecho lo que otros en 400", asegura el pr¨ªncipe Turki al Faisal al Saud. Se refiere a Arabia Saud¨ª, el pa¨ªs al que representa como embajador en Londres y, durante la semana pasada, ante el Foro de Davos. Embarcado en una campa?a para mejorar su imagen tras el 11-S (15 de los 19 suicidas eran saud¨ªes), el pr¨ªncipe Turki, ex director de los servicios secretos, ha ofrecido en Davos una cara moderada y dialogante de su pa¨ªs. "La reforma en mi pa¨ªs se inici¨® hace 60 a?os", ha repetido.
No todo el mundo comparte su opini¨®n, sin embargo. En una cena organizada bajo el t¨ªtulo ?Qu¨¦ sucede cuando Arabia Saud¨ª se reforma? hubo numerosas voces cr¨ªticas. Para empezar, de los empresarios extranjeros. "Hablan mucho y hacen poco", coment¨® a este diario el director general de una gran empresa constructora estadounidense con intereses en el reino. Desde el mundo de los negocios se pide la reforma del sistema legal y leyes m¨¢s transparentes, a pesar de reconocer que se han dado pasos.
Pero el gran reto est¨¢ en la sociedad. La empresaria Lubna Olayan, presente en Davos, opt¨® por la discreci¨®n despu¨¦s de que unos d¨ªas antes el muft¨ª del reino la condenara por haber inaugurado una conferencia de negocios en Yeddah, en presencia de hombres y a cara descubierta. "La sacamos en portada", coment¨® entusiasmado Khaled al Maeena, director del diario Arab News y ardiente defensor de las reformas. Al Maeena est¨¢ convencido de la voluntad de cambio de la casa real saud¨ª.
Cambio o revoluci¨®n
Otros, no tanto. "?Estamos hablando de reforma, de revoluci¨®n o de relaciones p¨²blicas?", cuestiona el especialista franc¨¦s en el mundo ¨¢rabe Olivier Roy. En su opini¨®n, cuando un pa¨ªs tiene que reformar el Estado, su forma de gobierno, su sociedad, su sistema educativo y su religi¨®n, "no se trata de un cambio, sino de una revoluci¨®n". Y los saud¨ªes piden hacerlo a su propio ritmo. Roy teme que eso equivalga a "demasiado poco y demasiado tarde".
El caso Olayan plantea una embarazosa prueba pr¨¢ctica sobre la sinceridad reformista del r¨¦gimen. ?De qu¨¦ lado se va a poner? "Del de ese bastardo", asegura en voz baja un hombre de negocios de Yedda, que aprovecha para quejarse de que el muft¨ª no sea de esa ciudad del mar Rojo o de Medina, ciudades del Hiyaz, la regi¨®n m¨¢s abierta del pa¨ªs. "Nos han impuesto el wahabismo", se duele, en referencia a la dominaci¨®n de las tribus de la regi¨®n central del Nayed, m¨¢s conservadoras.
El pr¨ªncipe Turki admite que afrontan oposici¨®n de los sectores religiosos, pero tambi¨¦n se?ala que sus l¨ªderes no hablan con una ¨²nica voz. Con o sin su apoyo suceder¨¢, porque el 60% de los saud¨ªes tiene menos de 20 a?os y la presi¨®n demogr¨¢fica no deja mucho tiempo a sus gobernantes para pensarse las cosas. "Tendr¨ªamos que trabajar m¨¢s para mostrar que somos serios", admite Ibrahim Abdelazis al Asaf, ministro saud¨ª de Finanzas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.