La conciencia feliz
Escritos a lo largo de los ¨²ltimos veinte a?os, los libros de Gilles Lipovetsky han concitado dos reacciones a primera vista contradictorias. Por una parte, han tenido un incuestionable ¨¦xito entre los lectores, que probablemente premian con su preferencia las renovadas tentativas del autor de reproducir con fidelidad y sin in¨²tiles oscuridades de vocabulario los escenarios en los que vivimos en nuestras ah¨ªtas sociedades neocapitalistas. Igual que en los grandes espect¨¢culos del realismo televisivo cotidiano, a los lectores les gusta verse cabalmente representados en los informes sociol¨®gicos de Lipovetsky: reconocen sus gustos y los de los dem¨¢s, y ven con satisfacci¨®n c¨®mo sus apetencias m¨¢s corrientes, desde el jogging hasta la aromaterapia, la prensa del coraz¨®n y los gadgets tecnol¨®gicos tienen un lado positivo que se articula con sus demandas m¨¢s respetables desde un punto de vista ¨¦tico: ya sea el trabajo voluntario en las ONG, la defensa de la naturaleza y los derechos del individuo o el matrimonio para los homosexuales. Lipovetsky muestra de manera consistente c¨®mo todas estas manifestaciones dispersas del individualismo contempor¨¢neo van a converger en una especie de reconciliaci¨®n con el mundo que, tras dos siglos de revuelta permanente, desemboca en una suerte de conciencia feliz.
METAMORFOSIS DE LA CULTURA LIBERAL
?tica, medios de comunicaci¨®n, empresa
Gilles Lipovetsky
Prefacio de S¨¦bastien Charles Traducci¨®n de Rosa Alapont
Anagrama. Barcelona, 2003
128 p¨¢ginas. 11 euros
Por otro lado, Lipovetsky genera la animosidad expl¨ªcita, belicosa, a menudo insultante, de los defensores del "pensamiento cr¨ªtico" que ven en ¨¦l -no sin raz¨®n- a uno de los m¨¢s conspicuos representantes de una ideolog¨ªa complaciente y satisfecha que se convirti¨® en hegem¨®nica en nuestras sociedades durante los pasados a?os ochenta y que ellos identifican como "posmoderna".
Sin embargo, nada m¨¢s posmoderno que ponerle etiquetas a las teor¨ªas, dicho sea de paso.
Este libro compendia cuatro intervenciones p¨²blicas del autor en distintos contextos: una trata sobre el narcisismo, otra sobre lo que ¨¦l mismo llama "posmoralismo", que es la modalidad de la ¨¦tica "indolora" que, seg¨²n afirma, prevalece hoy d¨ªa. Una tercera se ocupa de la "humanizaci¨®n" de la empresa y la ¨²ltima rechaza las cr¨ªticas a la televisi¨®n y los medios masivos de comunicaci¨®n. No se tratan aqu¨ª cuestiones que el autor no haya desarrollado ya en sus obras precedentes. Si acaso, el tono del libro es todav¨ªa m¨¢s llano y directo, y las opiniones m¨¢s personalizadas, con evidente uso de la primera persona, se?al de que Lipovetsky se siente m¨¢s respaldado y seguro que en los tiempos de La era del vac¨ªo (Anagrama, 1986).
La pauta de la argumentaci¨®n en todos los casos es muy simple: "Dicen los cr¨ªticos y los apocal¨ªpticos que esto o aquello...; pues no, ocurre exactamente lo contrario". Y para probarlo le basta con esgrimir un pu?ado de estad¨ªsticas, leer sin rencor la prensa cotidiana, poner el dedo en alguna costumbre hallada con s¨®lo mirar a su alrededor y recordarles a los cr¨ªticos que, haya o no pensamiento ¨²nico, aqu¨ª nadie saca los pies del plato en la sociedad del individualismo liberal, democr¨¢tica y de libre mercado. Uno se pregunta: ?es preciso escribir libros para sostener que vivimos en el mejor de los mundos posibles? Para ver lo felices que somos, ?acaso no basta con asistir al Love Parade en Berl¨ªn o -m¨¢s barato- a una gala de Operaci¨®n Triunfo? Quiz¨¢ s¨ª. Sin embargo, no es la versi¨®n optimista y enaltecedora de nuestra sociedad lo que a algunos de nosotros nos incomoda en las obras de Lipovetsky, sino su profunda, ¨ªntima, satisfacci¨®n con el mundo, una satisfacci¨®n que es casi publicitaria y, como la publicidad, acaba produci¨¦ndonos angustia.
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