Estar¨¦ en los Goya

En democracia, el derecho a la libertad de expresi¨®n se nos supone a todos. De la misma manera que el se?or Medem tiene todo el derecho a producir, dirigir y exhibir su documental, las v¨ªctimas del terrorismo podemos expresar nuestro parecer ante obra tan aclamada y posiblemente premiada con proyecci¨®n internacional. M¨¢s si cabe cuando el planteamiento y la tesis de la obra tratan aspectos directamente relacionados con la criminalidad terrorista que a la mayor¨ªa de las v¨ªctimas nos parecen humillantes y ofensivos para nuestras reivindicaciones.

Ni pienso que el se?or Medem apoya la violencia terrorista ni pido censurar su trabajo. S¨®lo quiero defender que el documental equipara el dolor de las v¨ªctimas con los victimarios y da carta de naturaleza a las razones pol¨ªticas por las que ETA sigue matando, extorsionando, amenazando. Afortunadamente, en la actualidad la discusi¨®n ya no es ETA s¨ª, ETA no. Ahora que parece que ETA se acaba debido b¨¢sicamente a la acci¨®n del Estado de derecho, no est¨¢ de m¨¢s recordarlo, el debate fundamental se centra en la deslegitimaci¨®n de la violencia terrorista y c¨®mo terminar definitivamente con ella.

El documental centra su tesis pol¨ªtica en la existencia de un conflicto no resuelto, al que, por lo tanto, habr¨¢ que buscar salida. Esa salida, para la inmensa participaci¨®n de las voces del documental es el di¨¢logo, en roman paladino: la cesi¨®n, la negociaci¨®n, el regalo de concesiones a cambio del fin del terror, en fin, la proyecci¨®n del plan Ibarretxe.

Pues no, las v¨ªctimas no vamos a permanecer calladas ante cualquier pr¨¢ctica pol¨ªtica o cultural que defienda la conveniencia de traficar con nuestro dolor y dignidad. Se?or Medem, no caiga en el victimismo, por favor; si algo est¨¢ claro es que no es la v¨ªctima. Afortunado usted que tiene mucha gente que le apoya, tiene trabajo y a un Gobierno auton¨®mico y un canal de televisi¨®n privada que beben los vientos por usted. Perm¨ªtanos tambi¨¦n manifestar nuestra desaz¨®n y nuestra rebeld¨ªa c¨ªvica.