Es cat¨®lico, liberal, de Massachusetts y se llama JFK
C¨®mo se le pide a un hombre que sea el ¨²ltimo en morir en Vietnam? ?C¨®mo se le pide a un hombre que sea el ¨²ltimo en morir a causa de un error?". En abril de 1971, el eco de estas palabras reson¨® en todo Estados Unidos. Fueron pronunciadas ante el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado por un hombre que acababa de crear el movimiento Veteranos de Vietnam contra la Guerra. Al d¨ªa siguiente de hacer estas preguntas, John Kerry se puso a la cabeza de un grupo de veteranos que tiraron sus medallas en las escaleras del Capitolio para protestar contra la guerra. Kerry, calculador toda su vida, tir¨® solamente las cintas y a¨²n exhibe las medallas en su oficina del Senado.
Pero en aquel momento, cuatro a?os antes de que se acabara la guerra, su posici¨®n le cost¨® dur¨ªsimos ataques de muchos de sus compa?eros de filas y de viudas de soldados y la ira del Gobierno de Nixon. Kerry resisti¨® y su nombre salt¨® al dominio p¨²blico: desde entonces no ha dejado de estarlo, y aquel estilo de no rendirse nunca -No surrender, de Bruce Springsteen, es uno de sus temas de campa?a- le ha acompa?ado durante toda su vida p¨²blica. Hoy, tras haber ganado los caucus de Iowa y las primarias de New Hampshire -contra los pron¨®sticos que le desahuciaban ante el empuje de Howard Dean-, Kerry est¨¢ en una posici¨®n id¨®nea para ser el candidato dem¨®crata que se enfrente al presidente Bush en las elecciones del pr¨®ximo 2 de noviembre.
Tuvo una educaci¨®n privilegiada: escuelas suizas, los colegios privados m¨¢s caros y la Universidad de Yale. Un pedigr¨ª similar al de Bush
Desde 1984 es miembro del Senado. En 1996 mantuvo una feroz batalla electoral con los republicanos y resisti¨® cuando todos le daban por acabado
Educaci¨®n privilegiada
John Forbes Kerry (JFK) naci¨® el 11 de diciembre de 1943 en un hospital militar de Denver, Colorado, porque su padre, que hab¨ªa sido piloto en la guerra, estaba internado por tuberculosis. Poco despu¨¦s, la familia volvi¨® a casa, a Massachusetts. Entre la carrera de su padre (diplom¨¢tico) y la fortuna familiar de su madre, Kerry tuvo una educaci¨®n privilegiada: escuelas suizas, los colegios privados m¨¢s caros de New Hampshire y la Universidad de Yale. Un pedigr¨ª similar al de Bush y al de muchos otros privilegiados, con una diferencia: la guerra. Despu¨¦s de la graduaci¨®n, en 1966, hizo lo contrario de lo que hac¨ªan los j¨®venes con fortuna y se alist¨® voluntario en la Marina para ir a Vietnam porque crey¨® que era su deber. Fue teniente al mando de una patrullera en el delta del Mekong.
El 28 de febrero de 1969, la embarcaci¨®n fue atacada con granadas y "el teniente Kerry orden¨® a sus hombres atacar la posici¨®n enemiga", seg¨²n el informe que hizo el Ej¨¦rcito. Al llegar a la playa desde donde hab¨ªan recibido el ataque, un vietnamita empez¨® a correr. "Sin dudarlo un instante, Kerry corri¨® detr¨¢s, se enfrent¨® a ¨¦l y le mat¨®, apropi¨¢ndose de un lanzagranadas B-40". Kerry declar¨® mucho despu¨¦s: "Era ¨¦l o yo. As¨ª de simple".
Por esta acci¨®n, Kerry fue condecorado con una Estrella de Plata. Adem¨¢s obtuvo otras cuatro medallas, fue herido en tres ocasiones y salv¨® la vida de uno de sus hombres, Jim Rassmann, de 54 a?os, que ahora hace campa?a con ¨¦l. Rassmann era republicano hasta hace una semana, pero acaba de darse de baja "para votar por Kerry en las elecciones". "Le pod¨ªan haber matado en cualquier momento. Le debo mi vida a este hombre. Despu¨¦s de la explosi¨®n empec¨¦ a nadar bajo el agua. Lo siguiente que recuerdo es salir a la superficie a por aire, alcanzar una red y a John subi¨¦ndome al bote. Si ¨¦l no hubiera estado all¨ª, no tengo ninguna duda de que hubiera ca¨ªdo al r¨ªo de nuevo", dijo en la ciudad de Waterloo, en Iowa, el 18 de enero.
Memorias de guerra
Kerry llevaba un diario de las operaciones. Al volver se sinti¨® incapaz de trasladar sus notas a un libro, lo que s¨ª acaba de hacer el historiador Douglas Brinkley. En el volumen -una buena gu¨ªa para saber c¨®mo un joven rico e idealista va a Vietnam, se desenga?a, encabeza el movimiento de los veteranos contra la guerra y acaba siendo senador- se reproducen muchas de las reflexiones del joven teniente, entre ellas su creciente repulsa ante el sufrimiento de la poblaci¨®n civil, los pescadores o campesinos que quedaban en medio del fuego: "Aquello traicionaba justamente la raz¨®n por la que se supon¨ªa que est¨¢bamos all¨ª".
A la vuelta de Vietnam, y despu¨¦s del grito en el Congreso, Kerry estudi¨® derecho y trabaj¨®, en 1976, como asistente del fiscal en un condado de Massachusetts. Desde esa posici¨®n tuvo sonadas intervenciones contra el crimen organizado y a favor de la conservaci¨®n ambiental. En 1982, tras una re?ida competici¨®n, consigui¨® ser elegido subgobernador de Massachusetts. Dos a?os m¨¢s tarde apunt¨® al Senado. Su campa?a -como la de ahora- empez¨® muy mal, pero acudi¨® a los veteranos y se dej¨® la piel en el empe?o. Consigui¨® el esca?o en 1984 y hasta ahora se ha mantenido all¨ª, con una feroz pelea en 1996 contra el popular republicano William Weld en la que Kerry hizo lo que hace siempre: empezar mal y acabar bien, resistir cuando todos le dan por acabado y resucitar.
Kerry se oper¨® de c¨¢ncer de pr¨®stata en febrero del a?o pasado. Se ha casado dos veces: la primera, por lo religioso, en 1970, con la acaudalada Julia Thorne, de la que tuvo dos hijas y de la que se separ¨® en 1982; la segunda, con Teresa Heinz, viuda con tres hijos, heredera de una gran fortuna, por lo civil, ya que la primera mujer no quiso darle el divorcio por ser ambos cat¨®licos.
Los cinco hijos de ambos est¨¢n trabajando en la campa?a electoral de Kerry, que lanz¨® su candidatura a la nominaci¨®n dem¨®crata en verano, cuando el ex gobernador de Vermont Howard Dean hab¨ªa abierto el fuego contra Bush por la guerra de Irak. Durante el oto?o, Dean inflam¨® a las bases dem¨®cratas y recogi¨®, a trav¨¦s de Internet, m¨¢s dinero que nadie. Pero Dean ha sido v¨ªctima de su ¨¦xito: cuando los dem¨®cratas han visto que medio pa¨ªs quiere que Bush se vaya, han empezado a pensar, en t¨¦rminos pragm¨¢ticos, qui¨¦n ser¨ªa el mejor para ganarle. Y las dudas sobre el car¨¢cter supuestamente airado de Dean, adem¨¢s de la experiencia pol¨ªtica y la imagen de h¨¦roe de Kerry, est¨¢n inclinando la balanza en su favor.
Aunque comparta con ¨¦l las iniciales (JFK), la base pol¨ªtica y familiar (Massachusetts), la religi¨®n cat¨®lica, la educaci¨®n privilegiada y la fortuna familiar, Kerry no es Kennedy ni la Am¨¦rica de 2004 es la de 1960. Tiene detr¨¢s a todo el clan -con el senador Ted Kennedy a la cabeza-, y en la ¨²ltima fase ha conseguido sacudirse, en parte, la imagen de aburrimiento y frialdad que le acompa?a, y que recrea en algunos la pesadilla de tener otro Michael Dukakis [el candidato dem¨®crata, tambi¨¦n de Massachusetts, que fue batido en 1988 por George Bush, padre, tras una feroz campa?a de televisi¨®n en la que los republicanos le acusaron de ser demasiado blando con los delincuentes].
A Kerry le ha asomado por fin la pasi¨®n, articula mejor los discursos y trata de ponerse en el pellejo de cada votante. Para Nelson Reyneri, del Comit¨¦ Nacional del Partido Dem¨®crata, lo m¨¢s destacado es "su opci¨®n en Vietnam, sus protestas despu¨¦s y su dedicaci¨®n al servicio p¨²blico, tanto en asuntos nacionales como internacionales".
Reyneri, que trabaj¨® dos a?os y medio con Kerry, cree que las cr¨ªticas que se le hacen de haber pasado demasiado tiempo en la pol¨ªtica no tienen sentido, porque "los sondeos indican que la gente quiere a candidatos con liderazgo demostrado y comprometido durante a?os. Yo le he visto en muchas situaciones diferentes: analiza la informaci¨®n, dirige a la gente y act¨²a como lo hacen los l¨ªderes, con fortaleza y determinaci¨®n".
Y a?ade: "En las elecciones de Iowa y New Hampshire, que son cara a cara, no de anuncios de televisi¨®n, la gente ha respondido, han quedado convencidos de la fuerza de su car¨¢cter".
Una buena base
Lo que Reyneri cree que Kerry tiene, y los dem¨¢s candidatos no, es una buena base para enfrentarse a Bush. En una situaci¨®n en la que buena parte del debate electoral se basar¨¢ a¨²n en la seguridad y en la amenaza del terrorismo, "a Kerry no le pueden atacar, como a otros, por ser blando". Para entender el planteamiento hay que escuchar a otro veterano de Vietnam, el ex senador Max Cleland, al que le faltan las dos piernas y un brazo, cuando dice desde su silla de ruedas por qu¨¦ Kerry debe ser el candidato: "?l y yo nos desangramos y casi morimos en el mismo campo de batalla. Y tiene las cualidades que queremos que tenga un presidente, cuando nuestro pa¨ªs est¨¢ amenazado por el terrorismo y por el estado de la econom¨ªa".
Si ese flanco est¨¢ cubierto -y Kerry vot¨® a favor de la guerra, aunque critique los enga?os y los errores de Bush-, los republicanos atacar¨¢n a Kerry por la econom¨ªa. Pero el candidato puede defenderse, porque su historial econ¨®mico y fiscal ha seguido las pautas del centrismo de Clinton, como se?ala un miembro del equipo del senador que no quiere ser identificado: "Si tratan de decir que es un liberal que s¨®lo piensa en gastar se equivocar¨¢n, porque en un senador bastante moderado, que comparte los valores del partido, pero que es un pragm¨¢tico y, repito, un moderado".
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