Los jueces que condenaron a Jupp¨¦ por corrupci¨®n denuncian que fueron espiados
La sentencia contra el 'delf¨ªn' de Chirac apunta responsabilidades del jefe del Estado franc¨¦s
Registros en los despachos oficiales, l¨ªneas telef¨®nicas pinchadas, ordenadores rastreados: los tres magistrados que condenaron el viernes al ex primer ministro franc¨¦s Alain Jupp¨¦ y a otros ex directivos del neogaullismo fueron espiados y recibieron amenazas de muerte, seg¨²n denunci¨® ayer la presidenta del tribunal, Catherine Pierce, 24 horas despu¨¦s del fallo que convulsiona a la derecha francesa. Esa sentencia apunta contra el presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, de quien los jueces escriben que "no pod¨ªa ignorar" al menos una de las ilegalidades constatadas en la contrataci¨®n falsa de empleados municipales que s¨®lo trabajaban como liberados del partido de Chirac (RPR).
Al sentirse vigilados, los jueces decidieron prescindir del sistema inform¨¢tico del Palacio de Justicia de Nanterre (la ciudad donde tienen su sede) y redactaron la sentencia, de 124 p¨¢ginas, en un ordenador personal. Tambi¨¦n encargaron las copias impresas en el exterior de las dependencias judiciales. Con estas precauciones pretend¨ªan mantener el fallo en secreto hasta el momento de hacerlo p¨²blico, en la tarde del viernes.
No lo consiguieron por completo, porque un par de d¨ªas antes empez¨® a filtrarse que el fallo iba a ser condenatorio. Pero s¨ª lograron mantener bajo reserva el grado de dureza de la sanci¨®n. A nadie le habr¨ªa extra?ado una pena m¨ªnima de c¨¢rcel sin obligaci¨®n de cumplimiento (el propio fiscal hab¨ªa requerido nueve meses de prisi¨®n en esas condiciones), que no habr¨ªa afectado gran cosa a la carrera pol¨ªtica de Jupp¨¦, porque no ser¨ªa el primer pol¨ªtico condenado de esa forma que prosigue su actividad. Lo grave es la decisi¨®n de privarle durante cinco a?os del derecho a figurar en las listas electorales, que implica la inhabilitaci¨®n para cargo electivo por el doble de tiempo (diez a?os).
"Mucha gente quer¨ªa saber cu¨¢l iba a ser nuestra decisi¨®n", declar¨® la presidenta del tribunal al diario Le Parisien. "Mi despacho y el de mis asesores fueron regularmente visitados en los ¨²ltimos meses. Nos dimos cuenta r¨¢pidamente, sobre todo durante las audiencias celebradas en septiembre. Nuestros ordenadores personales fueron registrados. Pensamos que nuestros tel¨¦fonos, incluidas nuestras l¨ªneas personales, fueron colocados bajo escucha".
Hace algunas semanas se efectuaron una serie de trabajos de renovaci¨®n en el Palacio de Justicia de Nanterre y algunos obreros se introdujeron por el techo del despacho de la presidenta del tribunal. Sobre este hecho se abri¨® una investigaci¨®n interna, que no proporcion¨® resultados. Oficialmente, el ministro de Justicia, Dominique Perben, asegur¨® ayer que desconoc¨ªa todos esos hechos y orden¨® la apertura de unas diligencias judiciales en toda regla, a fin de que un juez de instrucci¨®n se encargue de esclarecer lo ocurrido.
A la espera de indicios sobre los autores de las intromisiones, lo cierto es que la sentencia del Tribunal de Nanterre era esperada por sus efectos sobre toda la pol¨ªtica francesa. De entrada, ese fallo supone una condena muy severa del sistema organizativo del RPR, la principal formaci¨®n de la derecha -hasta su integraci¨®n en el actual partido Uni¨®n por la Mayor¨ªa Popular (UMP)-, si bien los hechos datan de finales de los a?os ochenta y primeros noventa.
Adem¨¢s de Jupp¨¦, brazo derecho y delf¨ªn de Chirac, han sido condenados otros cinco ex directivos del partido neogaullista, tres de ellos tesoreros, sobre los que recaen 14 meses de c¨¢rcel per c¨¢pita. El ex director del gabinete de Jupp¨¦ en el partido, Patrick Stefanini, ha sido condenado a doce meses de prisi¨®n: el Ayuntamiento de Par¨ªs le pag¨® el sueldo durante cinco a?os. Ninguna de las penas dictadas conlleva la obligaci¨®n de ingresar en prisi¨®n, acentuando as¨ª su car¨¢cter m¨¢s "ejemplarizante" que represivo.
La tesis de los jueces es que la derecha se financi¨® a base de "picar" en las cajas del Ayuntamiento de Par¨ªs y de varias empresas, en la ¨¦poca en que el partido y la municipalidad estaban dirigidos por las mismas personas: Jacques Chirac y Alain Jupp¨¦. "Ninguno de los dos pod¨ªa ignorar" que una de sus m¨¢s cercanas colaboradoras de entonces, Farida Cherkaoui, cobraba del Ayuntamiento sin ejercer funci¨®n alguna. Su caso es uno de los siete en que se funda el tribunal para condenar a Jupp¨¦, pero inmediatamente a?aden: " ?l [Jupp¨¦] estaba directamente subordinado al presidente del movimiento [Chirac]".
En el mismo tribunal de Nanterre hay una diligencia separada, que se refiere a otra persona del RPR remunerada ilegalmente por el Ayuntamiento de Par¨ªs, que afecta personalmente a Chirac, y cuya tramitaci¨®n est¨¢ parada a causa de la inmunidad presidencial.
Trece empresarios o ejecutivos de sociedades privadas se han visto igualmente condenados por haber pagado los sueldos de personas que trabajaban exclusivamente para el partido RPR. Gran parte de ellos aleg¨®, durante el juicio, haber sido v¨ªctimas de un chantaje o de presiones que condicionaban la obtenci¨®n de obras p¨²blicas del Ayuntamiento parisiense a aceptar las falsas contrataciones de personal al servicio del movimiento neogaullista.


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