Mart¨ª G¨®mez convierte en literatura el relato de cr¨ªmenes verdaderos
Bajo el asiento de un tren correo Barcelona-Madrid, se descubri¨® un paquete que conten¨ªa las piernas de un hombre. En el expreso Madrid-Barcelona, la polic¨ªa soprendi¨® a un hombre con dos maletas. En una llevaba el tronco de un hombre descuartizado; en la otra, la cabeza y las extremidades. Un peque?o traficante de drogas de 50 a?os mat¨® a su amante, de 14, porque le enga?aba. Una mujer envi¨® a su hijo a comprar una navaja para asesinar a su marido. Son algunos de los casos que el periodista y escritor Jos¨¦ Mart¨ª G¨®mez relata en Historias de asesinos. Cr¨®nica del crimen en Espa?a desde 1970 hasta nuestros d¨ªas (RBA), con el que celebra su reci¨¦n estrenada jubilaci¨®n.
En Barcelona, un d¨ªa de la posguerra, un grupo de chiquillos contemplaba desde lejos las largas piernas de Carmen Broto, una rubia platino, sentada en un alto taburete y acodada en la barra del bar Alaska. La rubia fue asesinada y enterrada con su abrigo de pieles. Se convirti¨® en una leyenda. Jos¨¦ Mart¨ª G¨®mez (Morella, 1937) era uno de aquellos cr¨ªos. Con esos recuerdos, que parecen sacados de una novela de Juan Mars¨¦, comienza el libro. El periodista, que empez¨® como cronista judicial en los a?os setenta en el desaparecido diario El Correo Catal¨¢n, ha reconstruido historias que vivi¨® personalmente en las comisar¨ªas y juzgados, en despachos de abogados y en hospitales, en los cementerios y en las morgues.
El periodista ha escrito un libro "sobre las zonas oscuras del ser humano"
"Hay mucha vida en el mundo del delito. Yo no juzgo, observo el fracaso de una vida"
"Hay mucha vida en el mundo del delito. Detr¨¢s de cada crimen hay una historia humana. Yo no juzgo, me limito a observar el fracaso de una vida. En todo crimen hay dos vidas que se malgastan, la del asesino y la de la v¨ªctima", afirma Mart¨ª G¨®mez. Admite, no obstante, que los cronistas judiciales, ¨¦l incluido, tienden a reflejar mejor la figura del criminal. "Generalmente, detr¨¢s de cada uno de ellos hay incultura y represi¨®n, pertenecen a la clase social baja, proceden de familias desestructuradas. En mis a?os de judiciales siempre he visto a gente del estrato social m¨¢s bajo, nunca a nadie de la burgues¨ªa que haya matado por un adulterio. A veces nos olvidamos de las v¨ªctimas".
Mart¨ª G¨®mez trabaj¨® en la revista Por Favor y fue corresponsal en Londres para la cadena SER. En La Vanguardia, donde se ha jubilado, su columna, 'Diario de un reportero', era una de las m¨¢s seguidas del peri¨®dico. Incluso cuando dej¨® la cr¨®nica judicial, sigui¨® (y sigue) atentamente lo que pasa en el mundo del delito. La historia de la Dulce Neus es bien conocida -fue considerada copart¨ªcipe, con cuatro de sus seis hijos, del asesinato de su marido-, pero el periodista se ha enterado de sus ¨²ltimas andanzas. Vend¨ªa puerta a puerta un libro de poemas que hab¨ªa escrito. Dos de ellos se incluyen en el libro: "Mi patria es tan injusta / que no quiere perdonar,/ a los buenos no los quiere,/ no los deja reaccionar". El periodista es lapidario: "El resto era de tono similar. La editorial se llama Deixalles (en castellano, desperdicios). Uno nombre acertado para un libro como ¨¦ste".
Uno de los muchos aciertos del libro es la mezcla de lenguajes. Mart¨ª G¨®mez transcribe interrogatorios policiales, declaraciones de testigos, cartas, informes... El utilizado en las "diligencias" da casi pavor. Contrasta con el de Mart¨ª G¨®mez, de enorme eficacia y belleza literaria. Inicia cada relato de una manera diferente y original, y consigue que cada caso se lea como un texto de ficci¨®n. Est¨¢ de acuerdo en que "la realidad supera con creces a la ficci¨®n".
"Los polic¨ªas cuando se salen del atestado tienen un lenguaje asequible, real. Sienten por lo general comprensi¨®n y hasta ternura por los delitos comunes, m¨¢s comprensi¨®n para con el delincuente que la propia sociedad. Lo que no significa que no repartan hostias de vez en cuando. Saben que el origen de muchos delitos est¨¢ en la estructura social, en el hacinamiento de los barrios. La gente no lo entiende, probablemente porque a¨²n identifica a los polic¨ªas con la brigada pol¨ªtico-social".
Periodista siempre, Mart¨ª G¨®mez se sirve de las opiniones de expertos para trazar un panorama que va mucho m¨¢s all¨¢ del crimen. Ha agrupado los relatos en nueve apartados: cr¨®nica de pobres amantes, celos y parricidios, prostituci¨®n, arrepentimiento, sexo, infanticidios, el absurdo, codicia y condenados a muerte, y a trav¨¦s de la cuarentena de casos que plantea surge el retrato de una Espa?a s¨®rdida.
De todos los delitos sobre los que ha escrito, los que m¨¢s le repugnan son los que tienen que ver con la infancia y los cometidos por codicia. Destaca el del aceite de colza: "Seiscientas personas fueron v¨ªctimas del crimen. Murieron sin saber que les hab¨ªa matado la codicia de otros". "Esta por hacer el gran libro sobre el aceite, el petr¨®leo espa?ol", a?ade.
Para el escritor, el triple asesinato de las adolescentes de Alc¨¤sser marca un punto de inflexi¨®n en la historia del crimen en Espa?a. "Una inflexi¨®n maligna que merece todos los adjetivos. Se trat¨® un suceso de sangre como una cr¨®nica rosa. Fue horroroso". Del periodismo judicial en prensa opina que es ahora "m¨¢s modesto". "Se tratan los grandes casos y se explican con un lenguaje muy jur¨ªdico, del que se suprime el p¨¢lpito de vida".
Buceando en su memoria y en sus archivos, Mart¨ª G¨®mez ha escrito un libro "sobre las zonas oscuras del ser humano, sobre el miedo, la pasi¨®n, la codicia o la irracionalidad que llevan a matar", como dice en el pr¨®logo. Un libro que supera a muchas novelas negras.
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