Ja¨¦n y sus nuevos aceituneros
Han pasado m¨¢s de 10 a?os desde que vieron luz los primeros albergues pensados para acoger a aquellos que adem¨¢s de ser for¨¢neos son extranjeros. Esa nueva generaci¨®n de aceituneros que llegaban buscando "tajo" o como dir¨ªan los viejos de Ja¨¦n, buscando "amo", con poco dinero y sin sitio para dormir. Merecedores de reconocimiento todos aquellos que han puesto su sensibilidad y su empe?o para que nazcan los primeros albergues, valent¨ªa y saber hacer de algunos alcaldes, sensibilidad y voluntariado de mucha gente an¨®nima, constancia y buena labor de los t¨¦cnicos de a pie.
Todo ello contribuy¨® y contribuye en aliviar un tema tan espinoso y sin resolver como la vivienda para temporeros inmigrantes. Un tema que, a menudo, se convierte en una pelota entre empresario, sindicatos y Administraci¨®n regional. Los primeros para maquillar su escasa sensibilidad, alegan o la falta de viviendas para alquiler o dicen sin paliativos que no es obligaci¨®n suya facilitar vivienda para sus empleados. Los segundos haciendo uso de su papel de representatividad esperan la campa?a, recuerdan a los primeros sus obligaciones, eso si en los medios. La tercera, nuestra Administraci¨®n regional, la que nos representa y est¨¢ a nuestro servicio, votamos o todav¨ªa no, tengamos papeles o no; disponiendo de Fondos, pone cantidades insuficientes. Repite todos los a?os que los albergues son para alojamiento temporal, espera que tenga eco en la conciencia de los empresarios o que los temporeros inmigrantes busquen las "habichuelas" con el deseo de que ning¨²n curioso periodista o atrevida organizaci¨®n saque a la luz alg¨²n que otro triste apa?o. Las necesidades cuando no son cubiertas se convierten en problemas y los problemas de unos afectan a otros, luego no, nos extra?e que la poblaci¨®n asocie inmigrantes con problemas.
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