La actualidad y sus restos
Si queremos hacer un balance lo menos banal posible sobre la situaci¨®n art¨ªstica espa?ola en la actualidad, quiz¨¢ sea bueno desembarazarse de la mercadotecnia de la novedad por la novedad y adoptar el punto de vista cr¨ªtico que valora, entre lo que va surgiendo, lo que queda o tiene visos de durar, pues, en arte, vence siempre la resistencia a la sorpresa. En este sentido, tomando como punto de referencia los ¨²ltimos 25 a?os, es evidente que la pujanza art¨ªstica de nuestro pa¨ªs, no s¨®lo no ha decrecido en relaci¨®n con el alto nivel mantenido durante todo el siglo XX, sino que, aprovechando las circunstancias favorables del fin del aislamiento secular espa?ol, se ha integrado, material e intelectualmente, en el contexto internacional. Desde que Miquel Barcel¨® fuera invitado a participar en la Documenta de Kassel de 1982, casi no ha habido ninguna edici¨®n posterior de esta important¨ªsima plataforma de vanguardia en la que no hubiera un artista espa?ol, como lo demuestran las sucesivas presencias, cito de memoria, de Susana Solano, Juan Mu?oz o Juan Usl¨¦. Algo parecido ha ocurrido en la Bienal de Venecia, en cuyo certamen Aperto han concurrido, previa selecci¨®n independiente, todav¨ªa m¨¢s artistas de nuestro pa¨ªs, como, entre otros, Juan Mu?oz, Juan Carlos Savater, Pepe Espali¨², Pello Irazu, Perejuame, Ricardo Cotanda, Federico Guzm¨¢n, Antoni Abad, Ana Laura Al¨¢ez, Cristina Garc¨ªa Rodero, Santiago Sierra o Eul¨¤lia Valldosera. Por otra parte, al margen de estos significativos datos puntuales, el n¨²mero de artistas espa?oles de las ¨²ltimas generaciones que han obtenido una consagraci¨®n internacional y exhiben su obra en muestras temporales y galer¨ªas de los centros internacionales m¨¢s poderosos aumenta la anterior lista, ya de por s¨ª nutrida, y entre ellos cabe citar a Antoni Muntadas, Jos¨¦ Mar¨ªa Sicilia, Cristina Iglesias, Jaume Plensa, Francisco Leiro, ??igo Manglano Ovalle o Sergio Prego.
Nunca antes el arte espa?ol ha tenido una relaci¨®n internacional m¨¢s fluida
Basta, por tanto, con esta relaci¨®n nominal, que no se pretende exhaustiva, para corroborar que nunca antes el arte espa?ol ha tenido una relaci¨®n internacional m¨¢s fluida, tanto desde el punto de vista cr¨ªtico como comercial, lo cual tiene, adem¨¢s, el m¨¦rito a?adido de que, durante el ¨²ltimo cuarto de siglo, no hay ya el ordenado escaparate de las vanguardias sucesivas, ni el lastre de tener que ser reconocido por una pura cuesti¨®n de la procedencia nacional. Por otra parte, esta mayor facilidad de nuestros artistas para cruzar las fronteras se corresponde con la vitalidad interior, que, cada a?o, propone un aluvi¨®n de nuevas incorporaciones, cuyo elevado n¨²mero y heter¨®clita naturaleza hace casi imposible el recuento.
En cualquier caso, resulta ob
vio que esta notable vitalidad del arte espa?ol emergente compensa la todav¨ªa muy escasa fuerza del mercado local con un impresionante apoyo institucional, sobre todo, p¨²blico, que ha multiplicado sus instancias, pero tambi¨¦n privado, aunque, en ambos casos, se aprecie, no pocas veces, falta de criterio y mucho desorden, lo cual genera un innecesario desperdicio de recursos. Es asimismo muy notable, desde esta perspectiva sociol¨®gica, no digo ya la creciente irrupci¨®n de mujeres en un campo que, hasta hace poco, se contaban con los dedos, sino su crecimiento exponencial, que, a la altura de hoy, convierte nuestro panorama art¨ªstico m¨¢s renovador en un ¨¢mbito masivamente femenino. Recu¨¦rdese al respecto, adem¨¢s de los nombres antes citados, los casos de Ouke-Lele, Marina N¨²?ez, Alicia Mart¨ªn, Blanca Mu?oz, Susy G¨®mez, Dora Salazar, Pilar Albarrac¨ªn, Pamen Pereira, Concha Garc¨ªa, Mayte Vieta, Laura L¨ªo, Amaya Bozal, Victoria Civera, ?ngeles San Jos¨¦, Sof¨ªa Jack, Carmela Garc¨ªa, Cristina Lucas, Tania Bruguera y un largo etc¨¦tera.
De todas formas, estos improvisados recuentos a partir de "la actualidad", como apunt¨¦ al principio, no dejan de ser forzosamente aleatorios, incluso cuando se intentan corregir desde la perspectiva cr¨ªtica de lo manifiesta o potencialmente m¨¢s duradero o durable. Porque dar s¨®lo cr¨¦dito a lo aireado por las plataformas de promoci¨®n, por muy activas y variadas que sean hoy en nuestro pa¨ªs, supone una amputaci¨®n intolerable de lo que acaece. Ya lo es, en primer t¨¦rmino, ignorar la obra que siguen haciendo en el momento presente artistas de anteriores generaciones, entre los que hay en Espa?a figuras de enorme importancia plenamente activas, as¨ª como los muchos, todav¨ªa j¨®venes, que, dentro de la cambiante moda, ocuparon circunstancialmente puestos de atenci¨®n p¨²blica privilegiada y pueden volver a hacerlo, as¨ª como los que poseen un indudable inter¨¦s, sea cual sea su proyecci¨®n. No s¨¦; son quiz¨¢ demasiados, pero se me vienen a la cabeza los nombres de Txomin Badiola, ?ngel Bados, Tom Carr, Marchesi, Juan Ugalde, Carlos Pazos, Pep Dur¨¢n, Fernando Sinaga, Isidro Blasco, Sime¨®n Saiz Ruiz, Jorge Barbi, Javier Ruiz, Sergio Sanz, Chema Madoz, Jos¨¦ Manuel Ballester, Fernando Mastretta, Miguel ?ngel Blanco, Dar¨ªo ?lvarez Basso, Rosa Brun, etc¨¦tera.
Como colof¨®n, cabe decir que, dentro del caos de orientaciones y tendencias que se vive en la actualidad global, no hay tampoco en nuestro pa¨ªs un relativo patr¨®n homog¨¦neo que se?ale una orientaci¨®n est¨¦tica precisa, salvo, naturalmente, que predomina la preocupaci¨®n del testimonio social, con especial ¨¦nfasis en la "pol¨ªtica de g¨¦nero", y cierto regusto por lo que cabr¨ªa llamar "est¨¦tica de lo perverso". En todo caso, siendo la cosecha tan abundante, hay que confiar que finalmente el grano sea bueno y perdurable.
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