Ailanto: las geometr¨ªas gemelas

Los gemelos vascos I?aki y Aitor Mu?oz son un caso singular dentro de la ¨²ltima generaci¨®n de la moda espa?ola, tanto por el hecho mismo de que ambos decidieran implicarse en la profesi¨®n del dise?o de ropa como porque su trabajo arranc¨® con una notable y casi un¨¢nime aceptaci¨®n de p¨²blico y cr¨ªtica. Al poco tiempo de darse a conocer, sus piezas, f¨¢cilmente reconocibles, comenzaron a aparecer en los editoriales de moda. Primero en las m¨¢s rompedoras y alternativas, y luego en las m¨¢s estandarizadas. Actualmente siguen siendo apreciados en todas, y se les ve como un despunte serio y contundente.

I?aki y Aitor pasaron brevemente por la Pasarela Cibeles dentro del espacio para los j¨®venes y de ah¨ª se marcharon al Sal¨®n Gaud¨ª, donde fueron recibidos con generosidad y donde han ratificado su voluntad de modernidad a toda costa. Para ser exactos, de una latente y no discordante neomodernidad (un subestilo que en moda no acaba de ser reconocido por los gur¨²s internacionales, pero que se hace presente en el horizonte est¨¦tico de ¨²ltima hornada) que encuentra su inspiraci¨®n directa en las artes aplicadas y las manufacturas de la d¨¦cada de los sesenta. Y tambi¨¦n, de sus grandes modistas punteros.

En las piezas de Ailanto se encuentran claramente expuestas las influencias bien asimiladas de Emilio Pucci, Paco Rabanne y Courreges. Para ser exactos, habr¨ªa que incluir aqu¨ª tambi¨¦n al primer Yves Saint-Laurent, el que vest¨ªa por entonces s¨®lo para el cine a la Deneuve con las geometr¨ªas menos barrocas de entonces. Porque con esas geometr¨ªas estrictas, tambi¨¦n se puede llegar a una especie de barroquismo aparentemente presentado como s¨ªntesis. Si en un momento los trajes recordaban a los cuadros de Delaunay o Kupka otras veces parec¨ªan alicatados californianos. La g¨¦nesis es la misma: el geometrismo constructivo soportado sobre l¨ªneas simples, casi siempre rectas o de suave diagonal.

Aitor e I?aki crean una ilusi¨®n casi ¨®ptica de que todos los trajes se parecen entre s¨ª, pero a la vez todos son muy distintos. Esto obedece a un uso vertical de los recursos formales (distribuci¨®n del color, complejidad del patronaje, asociaci¨®n material) y a una voluntad de estilo. Los cimientos de un estilo propio son el secreto del ¨¦xito en el lenguaje de la moda actual y de siempre, la distinci¨®n de una voz a trav¨¦s de la expresi¨®n m¨¢s personal, y Ailanto, poco a poco, en su breve recorrido por las pasarelas y la aventura comercial de sus productos, ha dejado de circunscribirse a la pl¨¢stica decorativa de la pieza para entrar en su g¨¦nesis constructiva. Son serios, y tienen los pies en la tierra, tal como evoca el ailanto, ¨¢rbol oriental legendario, met¨¢fora de metas altas y de ascensi¨®n vertical de las ideas.