Jon Sobrino pide una mundializaci¨®n que venga de los pobres de la tierra
Existe una globalizaci¨®n de la mentira y el silencio. Frente a ellas, Jon Sobrino, uno de los m¨¢s destacados representantes de la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n, apel¨® ayer en una visita a Valencia a otra mundializaci¨®n "que venga de los pobres de la tierra". La globalizaci¨®n de la mentira vendr¨ªa representada, por ejemplo, por "la repetici¨®n durante 12 meses de que hab¨ªa armas de destrucci¨®n masiva" en Irak. La relacionada con el silencio, por la muerte de millones de ni?os y ni?as en el tercer mundo debido a la falta de agua potable "m¨¢s que en todas las guerras desde la II Guerra Mundial" o el silencio sobre los muertos en el Congo debido al colt¨¢n -un mineral estrat¨¦gico poco conocido, la columbita-tantalita (coltan), esencial para las nuevas tecnolog¨ªas como la telefon¨ªa m¨®vil o los microprocesadores- "hasta tres millones y medio de asesinados".
"Es importante recordar al primer mundo que existen los pobres"
Para hacer frente a ello y "encontrar el plus de humanizaci¨®n que nos va a hacer humanos", no basta con m¨¢s internet, ni exportar la democracia. "?D¨®nde est¨¢ esa fuente de humanizaci¨®n para que la mundializaci¨®n pueda ser distinta?". "En los pobres de la tierra", se?al¨®.
Para este te¨®logo, que en noviembre de 1989 escap¨® de la matanza que perpetraron militares salvadore?os contra varios compa?eros de la Universidad Centro Americana -entre los que se encontraba el tambi¨¦n jesuita Ignacio Ellacur¨ªa- y que ayer dio una conferencia en el
centro de Estudios para la Integraci¨®n Social y Formaci¨®n de Inmigrantes (Ceim), una Fundaci¨®n
participada por la Generalitat Valenciana y la Compa?¨ªa de Jes¨²s, "es importante recordar en el primer mundo que existen los pobres de la tierra como realidad primaria". Los pobres, "ya sean los inmigrantes, campesinos de Am¨¦rica central o los iraqu¨ªes bombardeados", como se?al¨® ayer, "no son una an¨¦cdota sino la realidad m¨¢s mayoritaria y la que m¨¢s decide la realidad del planeta".
El jesuita vasco record¨® algunas de las expresiones a las que apelaba Ignacio Ellacur¨ªa para referirse a ellos: "Hablaba de los pobres de la tierra como los pueblos crucificados", una expresi¨®n que, coment¨® con toda la intenci¨®n, "espero que asuste, porque si est¨¢n en la cruz ha sido porque alguien los ha puesto". De ellos, destac¨® su capacidad de atraer "hacer que nos solidaricemos" y perdonar al primer mundo, que est¨¢ detr¨¢s de su situaci¨®n, "porque el primer mundo necesita el perd¨®n y tambi¨¦n tener una experiencia que supere su prepotencia". Pero tambi¨¦n, se?ala, el tercer mundo "puede decirnos nuestra verdad si nos interesa". De nuevo ech¨® mano a Ellacur¨ªa: "Dec¨ªa que el primer mundo va a conocerse en su verdad si se mira en el tercer mundo, y as¨ª se ver¨¢n como esos espejos invertidos que desfiguran a quien se mira en ¨¦l". Para Sobrino, en las sociedades occidentales "quiz¨¢s todo parezca muy bonito, jugamos la Champions, ganamos muchos oscars, pero ?qu¨¦ produce realmente este mundo?". Para contestar a esta pregunta, volvi¨® a recurrir a una met¨¢fora que emple¨® Ellacur¨ªa, por ¨²ltima, vez ocho d¨ªas antes de ser asesinado en San Salvador: "Si el mundo quiere ver como est¨¢ su salud que se haga un coproan¨¢lisis".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.