En contra de los maniqueos
Mucha gente es incapaz de entender que una econom¨ªa pueda ir bien y mal a la vez, a pesar de que esta aparente contradicci¨®n no es infrecuente. Alemania puede estar pasando por problemas, pero est¨¢ invirtiendo en reformas estructurales que mejorar¨¢n notablemente sus resultados en el medio plazo, mientras los Estados Unidos pueden estar en la situaci¨®n opuesta. Sobre la econom¨ªa espa?ola abundan las visiones maniqueas. Por un lado est¨¢n los que piensan que, como las cosas van bien, ir¨¢n bien, y por otro, los que indignados por la pasividad gubernamental ante el empeoramiento estructural de la econom¨ªa espa?ola, se resisten a reconocer la buena coyuntura actual.
La realidad es que los primeros datos de enero de 2004 est¨¢n confirmando que este a?o puede ser el mejor para la econom¨ªa espa?ola de los ¨²ltimos cuatro a?os y al mismo tiempo muestran que seguimos acumulando desequilibrios de dif¨ªcil salida en el futuro. Los datos de paro registrado y afiliaci¨®n a la Seguridad Social, a pesar de la desconfianza que suscita todo lo que dice Zaplana, no son malos. La demanda de energ¨ªa el¨¦ctrica ha alcanzado un potente 6% anual. Los trabajadores ocupados en la construcci¨®n han llegado ya a los dos millones. Las ventas de autom¨®viles en enero son otro signo de que la demanda interna va a todo gas en Espa?a. La sensaci¨®n de riqueza tambi¨¦n ha aumentado. Los propietarios de viviendas han empezado el a?o viendo c¨®mo su patrimonio inmobiliario ha aumentado su valor en un 17% y los propietarios de acciones, tan castigados el 2001 y el 2002, se han encontrado en enero con que su riqueza mobiliaria hab¨ªa aumentado en un 30% sobre el mismo mes del a?o anterior. Y cuando uno se cree m¨¢s rico, gasta m¨¢s.
Nadie deber¨ªa extra?arse de que la demanda interna est¨¦ tan pujante pues se le han inyectado todos los estimulantes. El tipo de inter¨¦s a tres meses ha bajado al 2,10% en enero desde el 2,90% de hace un a?o. La factura de intereses -en lo que se refiere al puro Eur¨ªbor- le cuesta hoy a los endeudados un 30% menos que hace un a?o, con lo cual tienen m¨¢s renta para destinarla a otros fines, por ejemplo, autom¨®viles. Pero esa rebaja espectacular de los intereses no s¨®lo sirve para mejorar la situaci¨®n de los endeudados, sino tambi¨¦n para atraer a nuevos deudores a engordar la monta?a del endeudamiento privado, tal como muestra el incremento de la financiaci¨®n a las familias, que supera ya el 15% de crecimiento anual. Cada vez los endeudados tienen m¨¢s dinero para gastarse en otras cosas y cada vez hay m¨¢s endeudados.
Tambi¨¦n el ascenso del euro ha ayudado a excitar la demanda de consumo. En primer lugar, un euro fuerte aplaza la subida de los tipos de inter¨¦s, lo cual anima a los gastadores a disfrutar de tipos de inter¨¦s reales negativos durante m¨¢s tiempo. Por otra parte, como muchos productos que consumimos se importan del exterior, sus precios se han reducido gracias al euro, lo que disminuye la inflaci¨®n y aumenta la renta disponible en el corto plazo. A todo ello se a?ade una pol¨ªtica fiscal expansiva ya que, aunque el gobierno espa?ol presuma de austeridad, las ¨²ltimas cifras de Eurostat muestran que Espa?a es el pa¨ªs europeo en el que m¨¢s est¨¢ creciendo el gasto p¨²blico corriente -un 3,6% anual en t¨¦rminos reales- r¨¦cord que s¨®lo iguala un pa¨ªs en guerra, los Estados Unidos.
El error de los otros maniqueos es proclamar que esta buena coyuntura es garant¨ªa de que la econom¨ªa ir¨¢ bien en el futuro. Porque los ¨²ltimos datos proporcionan tambi¨¦n informaci¨®n acerca del aumento de los desequilibrios estructurales. La explosi¨®n del endeudamiento de las familias, la p¨¦rdida de 100.000 empleos en la industria en un a?o, la an¨¦mica productividad, la p¨¦rdida de competitividad por el diferencial de inflaci¨®n o el creciente d¨¦ficit exterior, pasar¨¢n factura. La econom¨ªa espa?ola va muy bien y muy mal. Es verdad que una cosa y su contraria no pueden ser ciertas al mismo tiempo. Pero si puede serlo en tiempos distintos. La diferencia entre coyuntura y estructura se invent¨® para entender esta aparente paradoja y escaparse de los maniqueos.
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