De guerrilleros a terroristas
El Kremlin est¨¢ dispuesto a pagar el precio de los atentados suicidas hasta exterminar a los separatistas chechenos, contra los que ha librado dos guerras en diez a?os
Hace tres d¨ªas, un alto funcionario del Ministerio de Defensa ruso se felicitaba por los ¨¦xitos en Chechenia: en la peque?a rep¨²blica norcauc¨¢sica hay un Gobierno local, encabezado por un presidente pro ruso elegido en las urnas y la guerrilla separatista carece de capacidad operativa para lanzar ataques contra las fuerzas federales u organizar emboscadas. A los rebeldes les queda, dec¨ªa el funcionario, s¨®lo un instrumento: los atentados.
El mismo hecho de que los separatistas hayan optado por el terrorismo es, para el Kremlin, una prueba del ¨¦xito de su pol¨ªtica en Chechenia. Los guerrilleros no tienen posibilidad alguna de obtener una victoria militar y, desesperados, recurren a atentados suicidas para tratar de desestabilizar la situaci¨®n pol¨ªtica en el pa¨ªs.
Esto significa que el terrorismo, con las v¨ªctimas civiles que ello implica, es un precio que las autoridades rusas est¨¢n dispuestas a pagar con tal de no hacer concesiones a los independentistas y no negociar un arreglo pol¨ªtico con ellos. Ya lo dijo ayer el presidente Vlad¨ªmir Putin: "Rusia no negocia con terroristas, los aniquila".
La agenda del Kremlin en Chechenia no cambiar¨¢ por mucho que los extremistas contin¨²en organizando explosiones y ataques kamikazes o que logren tomar cientos de rehenes como ocurri¨® en octubre de 2002 en el teatro Dubrovka, de Mosc¨². La estrategia pol¨ªtica rusa en Chechenia fue aprobada definitivamente hace dos a?os y se resume en traspasar las responsabilidades de Gobierno a chechenos leales, es decir, a quienes han comprendido que las autoridades federales jam¨¢s aceptar¨¢n que esa regi¨®n se separe de Rusia y colaboran con Mosc¨².
Ya se han superado dos importantes etapas de ese plan ruso: el refer¨¦ndum de marzo de 2003, en el que se aprob¨® una nueva Constituci¨®n chechena -especie de estatuto auton¨®mico- y las elecciones presidenciales de octubre. Poco importa al Kremlin que ninguna de estas consultas populares haya cumplido con los m¨ªnimos requisitos democr¨¢ticos para reflejar la voluntad del pueblo checheno. Durante el refer¨¦ndum, los independentistas, incluso los moderados, no pudieron hacer publicidad de sus ideas, calificadas de criminales por los dirigentes chechenos promoscovitas y por los militares emplazados en la rep¨²blica. Y durante la campa?a presidencial de septiembre, todos los rivales serios de Ajmad Kad¨ªrov -el hombre elegido por el Kremlin para gobernar Chechenia-, no fueron registrados o fueron obligados a retirarse de la contienda electoral.
Quedan otras dos etapas clave para completar el plan del Kremlin: la convocatoria de elecciones para la formaci¨®n de un Parlamento local y la firma de un tratado de delimitaci¨®n de poderes entre Chechenia y el centro federal.
Rusia se niega a aceptar la posiblidad de que estas medidas no logren borrar del mapa pol¨ªtico a los partidarios de la independencia de Chechenia, contra los que continuar¨¢ luchando con los mismos m¨¦todos que ha utilizado hasta ahora, que incluyen la violaci¨®n de los derechos humanos.
Los sospechosos de simpatizar con la guerrilla y los familiares de los que contin¨²an resistiendo en las monta?as son frecuentemente secuestrados, torturados y asesinados por los escuadrones de la muerte. Antes, ¨¦stos eran integrados principalmente por soldados rusos, pero ahora los partidarios de Kad¨ªrov han creado grupos paramilitares propios para aniquilar a sus enemigos pol¨ªticos.
La violencia desatada por estos grupos contra la poblaci¨®n civil de Chechenia es la que, seg¨²n activistas de derechos humanos, ha generado el fen¨®meno de las mujeres suicidas, las viudas negras como se les conoce, debido a que muchas de las kamikazes han perdido a sus maridos e hijos en una guerra que no cesa desde hace casi diez a?os.
Una de las ¨²ltimas v¨ªctimas de estos escuadrones es Asl¨¢n Davletuk¨¢yev, que trabajaba en la Sociedad de Amistad Ruso-Chechena, organizaci¨®n de defensa de derechos humanos. Davletuk¨¢yev fue secuestrado a mediados de enero por un grupo de uniformados que llegaron a su casa en carros de combate. Su cuerpo fue encontrado con los brazos y las piernas rotos y con heridas hechas con arma punzante. Despu¨¦s de torturarlo durante tres d¨ªas, sus secuestradores lo mataron de un tiro en la nuca. Los abusos y barbaridades cometidos por esos grupos en Chechenia son posibles en gran parte debido a que las autoridades rusas no hacen caso a la mayor¨ªa de las denuncias. De las cerca de 10.000 denuncias de abusos recibidas en los ¨²ltimos tres a?os por los expertos del Consejo de Europa en Chechenia, s¨®lo 23 acabaron en juicio.
A pesar de los ¨¦xitos por los que Mosc¨² se felicita, Chechenia contin¨²a siendo una fuente de desestabilizaci¨®n y los rusos, aunque hace tres a?os controlan todas las localidades de la rep¨²blica, no han podido eliminar a los principales dirigentes de la resistencia separatista: ni a Asl¨¢n Masj¨¢dov, el presidente democr¨¢ticamente electo en 1997, medio a?o despu¨¦s de la victoria chechena en la primera guerra, ni a Shamil Bas¨¢yev, el comandante guerrillero que perdi¨® una pierna al abandonar Grozni en 2000 y que ha reivindicado la autor¨ªa de varios atentados suicidas realizados en los ¨²ltimos a?os.
Combate desigual
Nadie sabe exactamente cu¨¢ntos guerrilleros contin¨²an combatiendo en Chechenia, pero los militares rusos calculaban a principios de mes que quedan alrededor de mil. De ellos, unos 200 ser¨ªan mercenarios extranjeros que entran en el territorio rebelde a trav¨¦s de Georgia. Estos mil separatistas armados se enfrentan a cerca de 80.000 efectivos rusos. El Ministerio de Defensa ruso tiene oficialmente 31.000 soldados emplazados en Chechenia -de ellos 20.000 permanecer¨¢n definitivamente incluso cuando haya desaparecido toda resistencia-; el del Interior ruso, 32.000, y el checheno, 10.000.
A estas cifras hay que agregar los guardafronteras, los efectivos del Servicio Federal de Seguridad, tropas de Ferrocarriles y otras. Las estad¨ªsticas muestran que estas fuerzas pierden a m¨¢s de una persona diaria en promedio: 422 en 2003. Oficialmente el a?o pasado desaparecieron 444 civiles en Chechenia. La cifra real, seg¨²n las organizaciones de derechos humanos, es mucho mayor. Memorial afirma tener documentados los secuestros de 473 personas en 2003, datos que s¨®lo cubren el 30% del territorio checheno. Este n¨²mero habr¨ªa que multiplicarlo por tres o cuatro para obtener un cuadro cercano a la realidad.
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