Las acusaciones de corrupci¨®n debilitan al presidente de Per¨²
El 50% de los lime?os cree que Toledo no terminar¨¢ su mandato en julio de 2006
A mitad de su mandato, el presidente de Per¨², Alejandro Toledo, afronta momentos dram¨¢ticos. Por un lado, su popularidad, seg¨²n las ¨²ltimas encuestas, apenas llega al 7,5%, mientras que m¨¢s del 50% de los lime?os piensan que no terminar¨¢ su mandato en julio de 2006. Por otro lado, denuncias de corrupci¨®n pesan sobre sus m¨¢s cercanos colaboradores, entre ellos el primer vicepresidente, Ra¨²l D¨ªez Canseco, y el ex jefe de los servicios secretos, C¨¦sar Almeyda. La crisis, sin embargo, no ha llegado todav¨ªa a las calles.
La semana pasada, la difusi¨®n de una cinta que registraba conversaciones -de septiembre y diciembre de 2001- entre el entonces asesor presidencial Almeyda y el otrora pr¨®fugo general del Ej¨¦rcito ?scar Villanueva, vinculado a la mafia que lider¨® la d¨¦cada pasada el t¨¢ndem Vladimiro Montesinos y Alberto Fujimori, gener¨® un terremoto pol¨ªtico de enormes proporciones.
El di¨¢logo puso al descubierto que, a tan s¨®lo un mes de asumir el poder, el abogado personal de Toledo negoci¨® favores judiciales presumiblemente a cambio de dinero -la cifra no est¨¢ del todo clara- con el denominado cajero de Montesinos.
Almeyda ha reconocido haberse reunido en dos ocasiones con el general Villanueva, pero niega haber cometido delito alguno. Actualmente, Almeyda se encuentra en arresto domiciliario y bajo investigaci¨®n en el Congreso y en los tribunales.
El caso se complica desde que el general se suicid¨®, d¨ªas despu¨¦s de la segunda reuni¨®n con Almeyda, en diciembre de 2001. Pero no se llev¨® todos los secretos a la tumba. Al parecer, dej¨® varias cartas de su pu?o y letra con su huella digital, que est¨¢n siendo analizadas por las autoridades, en las que sostiene haber sido v¨ªctima de presiones de Almeyda y de otros importantes dirigentes del entorno de Toledo.
Eso no fue todo. El d¨ªa que se conoci¨® la cinta Almeyda-Villanueva, el primer vicepresidente, Ra¨²l D¨ªez Canseco, renunci¨®, a pesar de las s¨²plicas telef¨®nicas -registradas por la prensa que acompa?aba a Toledo en un gira por el sur del pa¨ªs- del angustiado mandatario.
La dimisi¨®n de D¨ªez Canseco requiere m¨¢s de una explicaci¨®n. En la pr¨¢ctica, este pol¨ªtico no era desde hac¨ªa varios meses vicepresidente. En octubre del a?o pasado, la prensa local revel¨® que D¨ªez Canseco hab¨ªa incurrido en presuntos actos de corrupci¨®n. Se le acusa de haber promovido que su novia fuera contratada por el Estado, pero tambi¨¦n de tr¨¢fico de influencias en beneficio del padre de su novia y de otras empresas.
As¨ª, faltando tres d¨ªas para su presentaci¨®n ante el Congreso, D¨ªez Canseco pretendi¨® llevar el agua a su molino y en medio del esc¨¢ndalo anunci¨® su renuncia irrevocable a la primera vicepresidencia. Pretendi¨®, adem¨¢s, aparecer como un abanderado de la moral, distanci¨¢ndose del cuestionado r¨¦gimen. No enga?¨® a nadie. M¨¢s bien, algunos le recordaron aquello de que cuando el barco se hunde, las ratas saltan.
Existe otro hecho que permite explicar lo enrarecido del panorama pol¨ªtico en Per¨². Hasta quien estaba considerado como el adalid de la corrupci¨®n est¨¢ en la picota. El embajador en Espa?a, Fernando Olivera, l¨ªder del Frente Independiente Moralizador y principal socio del presidente Toledo en el Gobierno, tambi¨¦n est¨¢ siendo cuestionado y ha tenido que viajar a Lima para comparecer ante el Congreso.
Campa?a de desprestigio
Olivera sostiene que hay una campa?a de desprestigio en su contra, dirigida por el principal partido de oposici¨®n, el APRA. Los apristas sostienen que ellos no tienen nada que ver y recuerdan que hay varias cartas en las que el suicida general Villanueva acusa a Olivera de haberle presionado y enga?ado cuando era ministro de Justicia. Y, para colmo de males, uno de sus ex socios anuncia que en unos d¨ªas dar¨¢ a conocer la lista de personas que financiaron la campa?a del partido de Olivera, en la que habr¨ªa m¨¢s de una sorpresa.
As¨ª las cosas, la ¨²nica salida para el agonizante Gobierno parece ser que Toledo comprenda que tiene que compartir el poder. El ex presidente Valent¨ªn Paniagua, el actual ministro del Interior, Fernando Rospigliosi, y la mayor¨ªa de analistas coinciden en la necesidad de convocar un Gabinete de personalidades, pactado con las fuerzas opositoras, que le permitan a Toledo tener el ox¨ªgeno suficiente para terminar su mandato en julio de 2006.
De lo contrario, la anunciada movilizaci¨®n de los cocaleros a nivel nacional para el pr¨®ximo 18 de febrero, as¨ª como los paros regionales, podr¨ªan tener consecuencias impredecibles.
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