Tom¨¢s Ochoa cuestiona desde el arte el discurso del poder y la amnesia colectiva
El ecuatoriano muestra sus pinturas y una videocreaci¨®n en la galer¨ªa Kur donostiarra
"Al principio tuve una necesidad cat¨¢rtica de liberaci¨®n e hice un pintura complaciente", ironiza el artista Tom¨¢s Ochoa (Cuenca, Ecuador, 1965). "Pero frente a los conflictos sociales de mi pa¨ªs, de Latinoam¨¦rica y del mundo, llega un momento en el que no puedes seguir tap¨¢ndote los ojos". Ochoa lo cuestiona todo, desde el discurso del poder a la amnesia colectiva, y reescribe la historia en muchas de sus obras, desde la perspectiva de los vencidos. La Galer¨ªa Kur de San Sebasti¨¢n presenta su obra por primera vez en Espa?a, hasta el 16 de marzo.
Ochoa, uno de los artistas de m¨¢s renombre en Latinoam¨¦rica, llega a San Sebasti¨¢n precedido del ¨¦xito que logr¨® en la Bienal de Venecia 2003 con Sadco. The Blind Castle Project, una v¨ªdeo-instalaci¨®n que es tambi¨¦n central en esta exposici¨®n eminentemente pict¨®rica. Sobre la pared de Kur (Zurriola, 6), el artista proyecta tres grabaciones simult¨¢neas con las que trata de recuperar la memoria de Portovelo, un pueblo del sur de Ecuador que conoci¨® el colonialismo americano entre 1860 y 1940, cuando la empresa Sadco explot¨® sus minas de oro y a sus vecinos. "Es un documental que pretende resarcir la amnesia colectiva", explica Ochoa. "Quiero contar aquellas cosas que hemos olvidado o de las que no queremos acordarnos porque nos recuerda a lo que est¨¢ pasando ahora todos los d¨ªas". Y ofrece un dato. Entonces, un minero ecuatoriano cobraba 200 sucres y uno americano 10.000. Hoy, la proporci¨®n en las petroleras es la misma pero en d¨®lares. "Han pasado cien a?os y no hemos aprendido nada de la historia".
El artista trata de hacer recordar mientras proyecta simult¨¢neamente im¨¢genes sobre las ruinas industriales que dej¨® la compa?¨ªa, sobre la intervenci¨®n que ha protagonizado la naturaleza en ese entorno con el paso de los a?os... Esa es la parte po¨¦tica. La expl¨ªcita, el testimonio de cuatro mineros que trabajaron para la Sadco. Tienen entre 92 y 98 a?os pero a¨²n recuerdan la peque?a Norteam¨¦rica que construy¨® la compa?¨ªa para los "gringos" - el primer cine de Ecuador se inaugur¨® all¨ª-, el trato vejatorio al que fueron sometidos los nativos, los ba?os en lodo... Los mineros ecuatorianos se embarraban el cuerpo -y as¨ª lo representan varios actores en uno de los v¨ªdeos- para pasar los controles, sacar part¨ªculas de oro, recogerlas en la ducha, e ir amasando as¨ª, con paciencia, una fortuna m¨ªnima.
Ochoa retrata conflictos humanos y rebate discursos oficialistas. Pero no siente que el suyo sea un trabajo de denuncia social. "Es una manera de devolverle al poder esa forma maquiav¨¦lica que tiene de persuadirnos de que no somos nadie". En este documental lo hace de forma expl¨ªcita; en sus pinturas, fundamentalmente arquitecturas vac¨ªas y grises, es mucho m¨¢s sutil. Queda claro al observar la veintena de piezas que presenta en Kur -incluso las que hablan de Portovelo-.El espectador s¨®lo podr¨¢ entender que tras esos edificios est¨¢ la historia de un grupo de ocupas o la de Bol¨ªvar y de su amante si Ochoa se lo explica. Y s¨®lo si lee el t¨ªtulo Venecia tematic park, intuir¨¢ que el pintor denuncia la degradaci¨®n de esta ciudad por el turismo. Ochoa cree en el artista comprometido, por eso no hace pintura puramente est¨¦tica. Y tambi¨¦n por eso cuestiona el arte de factura Europa y norteamericana. "Tienen una forma muy desapasionada de sentir los conflictos y entonces caen en obras absolutamente cr¨ªpticas, en puras especulaciones formales".
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