El Sevilla vence al Mallorca, aunque su juego languidece
El Sevilla necesitaba ganar, tanto por cuestiones de moral como de clasificaci¨®n, y al Mallorca pareci¨® no irle tanto en el empe?o. As¨ª, los andaluces llegaron a los guarismos so?ados, al n¨²mero de goles que les colocar¨ªa en la final de la Copa del Rey si se los endosan al Real Madrid pasado ma?ana. Pero bueno, como ensayo, para el Sevilla del partido tan s¨®lo fue bueno el resultado. Muchas dudas, t¨¢ctica endeble e inocencia supina a la hora de imaginarse las jugadas de gol.
De hecho, el ¨²nico gol que pareci¨® aut¨¦nticamente parte del encuntro disputado ayer en el S¨¢nchez Pizju¨¢n fue el primero, el de Baptista. Feote, sin gracia, un pase desde la banda izquierda del ataque que desnud¨® la falta de colocaci¨®n de la defensa del Mallorca, zarandeada por un pase similar previo, desde el ala opuesta. Los otros dos tantos parecieron dise?ados por un guionista de telefilmes de los que pasan en la sobremesa, m¨¢s que de la ingratitud del deporte profesional. Premiaron el trabajo de un partido, en el caso de Gallardo, y de media temporada en el de Mart¨ª. Se qued¨® sin bot¨ªn el uruguayo Dar¨ªo Silva y ayer, probablemente s¨ª que se lo mereci¨®.
SEVILLA 3 - MALLORCA 0
Sevilla: Esteban; Redondo, Javi Navarro, Pablo Alfaro, David; Gallardo (Jes¨²s Navas, m. 70), Baptista, Mart¨ª, Antonio L¨®pez; Anto?ito (Carlitos, m. 79) y Dar¨ªo Silva (Podest¨¢, m. 65).
Mallorca: Leo Franco; Edu Moya, Ni?o (Nadal, m. 56), Lussenhoff, Poli; Finidi, Nagore (Campano, m. 52), Colsa (Pereyra, m. 63), Nen¨¦; Bruggink y Delibasic.
Goles: 1-0. M. 50. Baptista, tras recibir un pase desde la derecha. 2-0. M. 55. Gallardo, solo, despu¨¦s de un buen contragolpe de Dar¨ªo Silva.
3-0. M. 85. Mart¨ª dribla a varios contrarios, entra en el ¨¢rea y golpea con el exterior del pie.
?rbitro: Gonz¨¢lez V¨¢zquez. Amonest¨® a Mart¨ª, Nagore y Lussenhof.
Unos 35.000 espectadores en el S. Pizju¨¢n.
Pero ni el espl¨¦ndido gol de Mart¨ª -una buena definici¨®n de s¨ª mismo: f¨¦, entrega, un par de regates y la calidad suficiente para darle una par¨¢bola perfecta al palo largo con el extrerior del pie-ni el de Gallardo, pueden maquillar la falta de ideas del Sevilla. Comenz¨® con un dibujo del cl¨¢sico 4-4-2 y Baptista naufrag¨®. El joven brasile?o necesita metros, a la redonda y en largo, para que su prodigio de cuerpo haga f¨²tbol. Encerrado en misiones t¨¢cticas brilla mucho menos. Cuando le adelant¨® Caparr¨®s en la segunda mitad y cuando posteriormente el Sevilla recuper¨® el sistema de doble pivote y enganche con Podest¨¢, Baptista hizo el buen f¨²tbol f¨ªsico que sabe. Marc¨® un gol y estrell¨® un bal¨®n en el larguero.
Ante la larga ausencia del brasile?o y con Reyes muy lejos de Nervi¨®n, Mart¨ª se lo tuvo que comer todo. Lo hizo con una honestidad profesional encomiable y si en ocasiones condujo el bal¨®n m¨¢s de lo recomendable es porque nadie se le ofreci¨®. El Mallorca despilfarr¨® la primera parte, cuando pudo rentabilizar las dudas sevillistas, y en la segunda tan s¨®lo lleg¨® en un par de ocasiones por la banda. No hay premio para los r¨¢canos. Ni siquiera en los telefilmes de sobremesa.
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