El gigante amigo de Ronaldo
El delantero brasile?o Adriano triunfa al fin en el Inter tras pasar por el Fiorentina y el Parma
Los goles de Adriano (R¨ªo de Janeiro, Brasil; 1982) han visto subir su cotizaci¨®n con el tiempo y los cambios de camiseta hasta adquirir el valor de lo imprescindible. Y es que su regularidad al batir a los porteros rivales no le ha evitado un peregrinaje en busca precisamente del reconocimiento del club que le trajo a Europa.
El Inter compr¨® en 2001 al delantero, que entonces ten¨ªa 19 a?os y militaba en el Flamengo, por tres millones de euros. Un curso despu¨¦s, previa cesi¨®n al Fiorentina, transfer¨ªa al Parma el 50% de los derechos sobre ¨¦l en una f¨®rmula de copropiedad muy utilizada en Italia que le report¨® 18 millones. Se qued¨®, eso s¨ª, sin la valiosa capacidad realizadora del carioca, oscurecido en esa ¨¦poca por Ronaldo y Vieri en la plantilla neroazzurra.
"Me daba verg¨¹enza acercarme a 'Ronie'. Pero me dio confianza y me ayud¨® a buscar piso"
Pero muchas cosas han cambiado en el convulso camino del Inter. Demasiadas, excepto las noticias sobre la producci¨®n goleadora de Adriano, al que el club lombardo nunca dej¨® escapar del todo. No en vano hab¨ªa marcado seis goles en 15 partidos con el Fiorentina en la temporada 2001-02 y 15 con el Parma en la pasada. En la actual hab¨ªa anotado ocho en nueve con la camiseta parmesana antes de sufrir una lesi¨®n.
Ahora, hace dos semanas, con la urgencia que requiere su decepcionante campa?a, el Inter le ha recuperado tras abonar 23 millones a un Parma en peligro de extinci¨®n por la crisis de su empresa matriz, Parmalat. As¨ª, con el conjunto de Alberto Zaccheroni ya ha jugado cuatro encuentros, entre la Liga y la Copa, y marcado otros tantos goles con aires de salvador.
Todos en Mil¨¢n recuerdan en estos momentos que la relaci¨®n de Adriano con el Inter comenz¨® en agosto de 2001. Reci¨¦n llegado de Brasil, se vio debutando en el Trofeo Santiago Bernab¨¦u en los ocho minutos finales del partido contra el Madrid. Suficiente tiempo para poner en evidencia a Hierro con un ca?o y marcar el gol de la victoria de su equipo en un gran lanzamiento de falta.
Una declaraci¨®n de intenciones que dej¨® perplejo a su t¨¦cnico, el argentino H¨¦ctor C¨²per, que nunca crey¨® demasiado en ¨¦l, y oblig¨® a la prensa italiana a preguntarse de d¨®nde hab¨ªa salido ese nuevo proyecto de fen¨®meno, veloz, vertical, potente y dotado de una imponente pegada con la pierna izquierda que en su pa¨ªs hace recordar a ilustres zocatos como Rivelinho o Eder.
La investigaci¨®n tuvo resultados sorprendentes: en octubre de 2000, los fuegos artificiales iluminaban la noche en la favela de Vila Cruzeiro, al norte de R¨ªo. Se celebraba que el seleccionador, Emerson Le?o, hab¨ªa convocado por primera vez al joven vecino Adriano, una cara conocida en el Flamengo desde que ingresara en ¨¦l a sus ocho a?os. Dos despu¨¦s, el mismo suburbio salt¨® tristemente a la fama por ser el lugar donde Tim Lopes, periodista que indagaba sobre el tr¨¢fico de drogas y la prostituci¨®n infantil, fue secuestrado, torturado y asesinado.
Adriano se cri¨® en ese ambiente, saturado de pasajes tan dram¨¢ticos como ver a su padre gravemente herido al encontrarse en medio de un tiroteo entre bandas rivales. Ahora dice trabajar en Italia para poderse llevar a su numerosa familia a un entorno m¨¢s seguro. Lo va consiguiendo.
Con cierta tendencia al sobrepeso -1,89 metros y 92 kilos-, su juego en el Parma evolucion¨® mucho la temporada pasada, volvi¨¦ndose cada vez m¨¢s participativo, pero siempre con la potencia en la carrera y el remate contundente como armas desequilibrantes. As¨ª, en Italia ya se le conoce como "el gigante bueno", por su car¨¢cter afable y su cicl¨®pea envergadura.
En La Pinetina, la sede del Inter, fue presentado con el n¨²mero 10, el que luci¨® al llegar Ronaldo, con el que le une una amistad especial: "Me daba verg¨¹enza acercarme a ¨¦l. Pensaba que se reir¨ªa de m¨ª. Pero fue el primero en darme confianza cont¨¢ndome que me hab¨ªa visto jugar en Brasil. Acab¨® ayud¨¢ndome a buscar piso. Somos muy amigos. Ronie es un fen¨®meno. Si hago bien mi trabajo dentro y fuera del campo, creo que podr¨¦ llegar a donde se ha situado ¨¦l".
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