Al Gran Barajas s¨®lo se llega en taxi

El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (PP), se pase¨® ayer por la nueva terminal de Barajas, un edificio futurista y luminoso de color bamb¨², a¨²n inacabado, que funcionar¨¢ en 2005. El jefe del Ejecutivo visit¨® la ampl¨ªsima planta de la terminal, a¨²n desnuda, recorri¨® en autob¨²s las dos nuevas pistas de despegue (que estar¨¢n operativas en agosto) y baj¨® por algunas de las escaleras autom¨¢ticas. A su lado caminaron Francisco ?lvarez-Cascos y Esperanza Aguirre, ministro de Fomento y presidenta de la Comunidad, respectivamente. El desacuerdo entre estas dos instituciones sobre qui¨¦n paga tiene paralizadas las obras para ampliar el metro hasta la nueva terminal, separada de la terminal de siempre unos dos kil¨®metros.

Un Aznar con la voz algo ronca pronunci¨® un discurso sobre las excelencias del nuevo aeropuerto y descubri¨® una placa dorada en la que se pod¨ªa leer que el presidente del Gobierno "inaugura la obra civil" de la nueva terminal. Por "obra civil" entiende el Ministerio de Fomento exclusivamente la construcci¨®n monda y lironda de los edificios.

Falta colocar la red el¨¦ctrica y de telecomunicaciones que alimentar¨¢ este gigante a¨²n sin energ¨ªa, los mostradores de facturaci¨®n, los restaurantes, los despachos de las compa?¨ªas a¨¦reas, los bancos para sentarse, los bancos para sacar dinero, las salas de embarque, los quioscos de peri¨®dicos, las tiendas de regalos... Es decir, todo lo que se pone en un aeropuerto, menos el aeropuerto mismo, que es, en puridad, lo que ayer inaugur¨® Aznar un mes antes de las elecciones generales del 14 de marzo.

Desnudez

La impresionante desnudez del descomunal edificio (m¨¢s de un kil¨®metro de largo por 40 metros de ancho) permiti¨® a los visitantes, por contra, admirar a¨²n m¨¢s a sus anchas la elegancia de la construcci¨®n, obra de los arquitectos Richard Rogers y el Estudio Lamela.

El dise?o del tejado con forma de ala de p¨¢jaro o de ola y con un falso techo forrado de listones de bamb¨², y las enormes columnas inclinadas de color amarillo confieren a la construcci¨®n un aspecto c¨¢lido y luminosos dif¨ªcil de imaginar en un aeropuerto internacional. Los ventanales de cristal de tres pisos de altura abiertos a las pistas y la proliferaci¨®n de claraboyas gigantes que arrojan chorros de luz natural sobre un pavimento de piedra caliza colaboran con el efecto.

Desde que el Gobierno decidi¨® ampliar Barajas para evitar su inminente colapso, en 1991, los ingenieros y arquitectos tuvieron que luchar contra un elemento inamovible que iba a condicionar todo el proyecto: la falta de espacio para la ampliaci¨®n, la existencia de numerosas poblaciones alrededor (Coslada, Torrej¨®n, San Fernando...) que imped¨ªan que el aeropuerto se estirase a su gusto y seg¨²n su necesidad. Consecuencia: el Gran Barajas naci¨® constre?ido. Esto oblig¨® a dise?ar una nueva terminal principal y otra terminal denominada sat¨¦lite (de menor tama?o, pero tambi¨¦n con el airoso tejado de ala de p¨¢jaro), ya que era imposible proyectar un edificio lo suficientemente grande que albergara todo.

Para unir la nueva terminal y la terminal sat¨¦lite (separadas por una de las nuevas pistas de despegue, consecuencia esto tambi¨¦n del poco espacio disponible), Aeropuertos Espa?oles y Navegaci¨®n A¨¦rea (AENA) ha dispuesto un tren subterr¨¢neo que ayer realiz¨®, con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar como pasajero m¨¢s ilustre, su primer viaje oficial. El tren s¨®lo hizo un viaje, a pesar de que hubo integrantes de la comitiva inaugural que se quedaron sin montar por falta de espacio. La raz¨®n de tan escasa movilidad hay que buscarla en la a¨²n alarmante carencia de energ¨ªa que presenta todav¨ªa la nueva terminal, incapaz de suministrar kilovatios suficientes como para mover al tren en m¨¢s de un recorrido.

En algunas partes de la nueva terminal hab¨ªa cortinas gigantes que tapaban zonas inacabadas. Si uno de los visitantes se asomaba, pod¨ªa ver a grupos de obreros medio escondidos que aguardaran a que el presidente del Gobierno y su s¨¦quito se marcharan para continuar trabajando.

No fueron los ¨²nicos trabajadores que hab¨ªa en el aeropuerto a esa hora, ya que decenas de empleados de AENA aprovecharon la visita de Aznar para "colapsar durante media hora la terminal operativa de Barajas para protestar por externalizaci¨®n del servicio", seg¨²n Europa Press.

Una de las construcciones que m¨¢s llaman la atenci¨®n al visitante es la del aparcamiento, una mole (tambi¨¦n inacabada) capaz de almacenar 9.000 coches, repartidos en seis m¨®dulos de cinco plantas.

Taxistas

Los que estar¨¢n encantados, si prosigue el desacuerdo entre el Ministerio de Fomento y la Comunidad de Madrid, ser¨¢n los taxistas. Las desavenencias econ¨®micas entre las dos instituciones tienen paralizado el proyecto de prolongaci¨®n de la l¨ªnea 8 de metro, que pasa por la terminal actualmente operativa y muere en el pueblo de Barajas (a dos kil¨®metros de la nueva terminal).

AENA ha construido las correspondientes cocheras y el espacio para albergar la estaci¨®n, pero falta el dinero para excavar el t¨²nel que alargue la l¨ªnea desde el pueblo de Barajas hasta la nueva terminal. Si este acuerdo no fragua, la terminal se acabar¨¢ antes de que el metro llegue a ella, con lo que se producir¨¢ la parad¨®jica situaci¨®n de que los viajeros ir¨¢n en metro hasta una parte del aeropuerto, pero a otra no. Un viaje en taxi desde el parque del Retiro, en Madrid, hasta la nueva terminal cuesta cerca de 16 euros.