Los obispos tachan de "criminal" la clonaci¨®n, incluso la terap¨¦utica
"Todos hemos sido tambi¨¦n embriones", dicen
No. Ni siquiera con fines terap¨¦uticos. ?sta es la respuesta de la Conferencia Episcopal Espa?ola a la clonaci¨®n de embriones efectuada por un grupo de cient¨ªficos coreanos. El portavoz de los obispos, el te¨®logo Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, calific¨® ayer esa pr¨¢ctica como "una instrumentalizaci¨®n criminal de la vida humana". Y a?adi¨®: "Un ser humano nunca puede usar a otro por mucha clonaci¨®n terap¨¦utica que sea".
El portavoz episcopal expres¨® ayer el rechazo a la clonaci¨®n de embriones humanos comentando y entregando a los periodistas, convocados sin derecho a preguntas, los textos oficiales que los prelados aprobaron nada m¨¢s empezarse a hablar de esta posibilidad de la ciencia biom¨¦dica. Se trata de la pastoral La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad, de abril de 2001, y una Nota del comit¨¦ ejecutivo de julio de 2003, con motivo de la reforma de la Ley de Reproducci¨®n Asistida.
El te¨®logo Mart¨ªnez Camino, inspirador de esos textos cuando era director de la Comisi¨®n para la Doctrina de la Fe en la Conferencia Episcopal, sostuvo que, seg¨²n la ¨¦tica racional, "un ser humano nunca puede usar a otro por mucha clonaci¨®n terap¨¦utica que sea", y que aquellos ¨¢mbitos sociales y cient¨ªficos que apoyan la clonaci¨®n terap¨¦utica tienen "escasa extensi¨®n". "La vida humana no se puede hacer a costa de otra vida humana. Deber¨ªa haber una legislaci¨®n internacional con una defensa integral de la vida humana", a?adi¨®.
La instrucci¨®n pastoral La familia, santuario de la vida y esperanza de la
sociedad, de 2001, apuntaba ya que la clonaci¨®n era empleada con ¨¦xito desde 1997 como medio de reproducci¨®n de mam¨ªferos superiores, pero que, "gracias a Dios", la posible utilizaci¨®n de esa t¨¦cnica para la reproducci¨®n de seres humanos hab¨ªa chocado "desde el principio con un fuerte rechazo". "Nuestras leyes proh¨ªben esa forma extremadamente impersonal de producir a nuestros semejantes como si fueran meros objetos de nuestro arbitrio, absolutamente predeterminados gen¨¦ticamente y carentes de verdaderos padres", a?ad¨ªa. L¨ªneas despu¨¦s, el documento aceptaba "la posibilidad t¨¦cnica de la clonaci¨®n como una sofisticada forma de reproducci¨®n artificial", y alertaba contra "algunas voces complacientes respecto de la misma", tambi¨¦n en Espa?a.
La Nota del ejecutivo episcopal de julio de 2003 indicaba, por su parte, que "el embri¨®n humano merece el respeto debido a la persona humana", porque "no es una cosa ni un mero agregado de c¨¦lulas vivas, sino el primer estadio de la existencia de un ser humano". "Todos hemos sido tambi¨¦n embriones. Por tanto, no es l¨ªcito quitarles la vida ni hacer nada con ellos que no sea en su propio beneficio. Se habla de preembriones para sugerir que en los 14 d¨ªas posteriores a la fecundaci¨®n no existir¨ªa todav¨ªa m¨¢s que una realidad prehumana que no merecer¨ªa el respeto debido a los seres humanos. Pero esta ficci¨®n ling¨¹¨ªstica oculta el hecho de la continuidad fundamental que se da en las diversas fases del desarrollo del nuevo cuerpo humano. Donde hay un cuerpo humano vivo, aunque sea incipiente, hay persona humana y, por tanto, dignidad humana inviolable", conclu¨ªa la nota episcopal.
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