Locking Shocking crea una moda masculina de latente modernidad
Francis Montesinos realiza su mejor desfile evocando en sus trajes las bellas artes
La segunda jornada de la Pasarela Cibeles discurri¨® con mucho m¨¢s equilibrio que la primera, abriendo Rafael L¨®pez y su nueva l¨ªnea paralela R.Lo, mientras Locking Shocking present¨® su colecci¨®n de hombre y mujer con originalidad y altas calidades. Andr¨¦s Sard¨¢ dio otra lecci¨®n de envergadura profesional en su aventura de inspiraci¨®n africana. Por la tarde, Julie Sohn dej¨® la buena impresi¨®n del oficio en una media voz sutil que canta honestamente a la mujer a trav¨¦s de Virginia Woolf. Tras una Kina Fern¨¢ndez en franca mejor¨ªa, Montesinos cerr¨® con un l¨ªrico alegato de uni¨®n entre las bellas artes y la moda frente a la convulsi¨®n mundial.
Sensualidad, movimiento solar, color, referencias a las tradiciones en el desfile de Montesinos
El segundo d¨ªa de Cibeles tuvo calidad, en un agudo contraste con lo acaecido el d¨ªa anterior y que trae a colaci¨®n la necesidad de instaurar un rigor que abarque no s¨®lo a los cuerpos de seguridad del recinto, sino tambi¨¦n a la moda misma y su selecci¨®n. El murciano Rafael L¨®pez puede ser un gran desconocido aqu¨ª, pero ya posee s¨®lida trayectoria y un cierto reconocimiento en Londres, donde ha vivido y desfilado varios a?os. Su l¨ªnea R.Lo, de esmerada factura y realizaci¨®n, acent¨²a su perfil ideal: joven, urbana, desenfadada, con un sentido de singularidad. La colecci¨®n tiene mucho de aire brit¨¢nico, sin exceso, pero apuntando humor mediterr¨¢neo y arrojo en esas faldas majorette de ruedo el¨ªptico, el punto ligero de estrellas en jers¨¦is y leggins, los vaqueros estrechos, las bufandas rally logotipadas y las faldas de capa con canc¨¢n. Habr¨ªa que preguntarle para qu¨¦ sirven unas bragas de pallette.
Andr¨¦s Sard¨¢ siempre da una lecci¨®n de profesi¨®n y gusto. Esta vez lo hizo llevando el ambiente hasta un racionalismo que ubicaba en los lindes del Serengueti, una evocaci¨®n del nomadismo con mujeres tot¨¦micas en las que destacaban los estampados safari de organza (collage de cebra, tigre y jirafa) y el de cuadro escoc¨¦s, las joyas masai, de la etnia udu o de N¨ªger, el uso de las telas wax como rebozos decorativos, los encajes en relieve que jerarquizan la prenda ¨ªntima, el bolero y el bustier de vis¨®n rasado y, por fin, la fantas¨ªa del cristal en un cuerpo de ristras de cuentas que recordaba gloriosamente a Ert¨¦.
Locking Shocking ha dado el paso a una adultez, en su primer desfile en solitario, que se ve¨ªa venir as¨ª de potente y concentrada. Su insistencia en el negro como filosof¨ªa se enriqueci¨® con un verde esmeralda en vinilo, el rosa y el crudo. Si la vida es un laberinto, su desemboque es en la c¨¢mara oscura, un espacio tan virtual como inmediato, tan relativo como las prendas, que se pueden asociar con libertad o que est¨¢n vistas del rev¨¦s, de abajo arriba. La gran y grata sorpresa ha sido la fuerza con que han continuado en el desarrollo de una moda masculina necesaria y contempor¨¢nea (gabardina rosa para el chico): una cazadora verde petr¨®leo, los trajes en raso a listas verdinegras, el pantal¨®n peto, la trenka gris con amito, las sudaderas que tienen fruncidos que se vuelven drapeados en las mangas o en un lateral. Y su mujer roza el grito cinematogr¨¢fico: leggins rodillero, gabardina negra o m¨¢s corta en verde sucio, un vestido sudadera que imagina un abandono chic, brillo a lo liberty para la noche: ?scar y Ana saben qu¨¦ hacen, c¨®mo lo presentan y a qui¨¦n dirigen su mirada. Ahora enriquecen su oferta con una marroquiner¨ªa geom¨¦trica que les hace volver a sus or¨ªgenes.
Ya por la tarde, la coreana afincada en Barcelona Julie Sohn cit¨® expresamente La se?ora Dalloway, de Virginia Woolf, en una colecci¨®n magistral, coherente, muy bien realizada: trajes de chaqueta con hombros muy pegados, mangas tres cuartos completadas con piel, detalles personal¨ªsimos (medias con lecturas verticales), vestidos negros muy evocadores de los albores del siglo XX con silueta evas¨¦ y ruedo declinante; el punto tratado y una manera personal de usufructuar el aspecto bronco de la tafeta. Sohn ha madurado un estilo propio y responde siempre a ello.
Despu¨¦s Kina Fern¨¢ndez se mostr¨® en una gama oscura (marrones, morado empolvado, beis), todo en un concepto muy de invierno y discreto con una gabardina pluvial con inter¨¦s.
Por fin cerr¨® el largo d¨ªa Francis Montesinos con un desfile muy suyo. Sensualidad, movimiento solar, color, referencias a las tradiciones vern¨¢culas como el toreo y el flamenco, a trav¨¦s de secciones que evocaban las bellas artes para hombre y mujer: la pintura con el estampado de la c¨²pula del C¨ªrculo de Bellas Artes; la literatura con el punto artesano que es una constante en su estilo; la escultura con una nueva l¨ªnea de sportwear; la arquitectura con raya diplom¨¢tica y mucho blanco y negro; la m¨²sica junto al cine desarrollando l¨ªnea vaquera en denim oro con camisas de seda india; la fotograf¨ªa con un homenaje a Helmut Newton (que retrat¨® varias veces al propio Francis y a sus modelos), todo en negro y con joyas de plata; la tauromaquia, con un vintage de capotes de paseo y chaquetillas de luces, organzas estampadas y unas botas excepcionales para el hombre en rojo, negro y oro. Finalmente, la danza es representada en la ropa de fiesta.
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