?Que os vaya bonito, familia!
Copla y tango, Rinaldi y Martirio... Juntos y hasta un poco revueltos, como en las familias bien avenidas. Todos all¨ª arriba, en el escenario, se proclaman una familia, "porque si no lo somos, la hacemos". Martirio llega a m¨¢s: habla de noviazgo entre la copla y el tango, de matrimonio entre la copla y el tango.
Y oy¨¦ndolas cantar, tiene un sentido. Cantan juntas y cantan por separado. Y cantan lo que quieren, sin atenerse en absoluto a una compartimentaci¨®n de los g¨¦neros. De pronto, Rinaldi evoca la figura de Miguel de Molina, con quien tuvo amistad en Buenos Aires, y le hace un emocionado homenaje cantando aquella imperecedera joya de la copla que se titula La bien pag¨¢. De pronto, Martirio canta el tango Volver en son de buler¨ªas, o el titulado En esta tarde gris para que lo baile, bien flamencamente, aunque con facha de porte?o, uno de Mor¨®n que se llama Pepe Torres.
Locuras
Cantantes: Martirio y Susana Rinaldi. M¨²sicos argentinos: Juan C. Cuacci (direcci¨®n y guitarra espa?ola), Walter R¨ªos (bandone¨®n), Juan E. Cuacci (piano), Lila Horovitz (contrabajo). M¨²sicos espa?oles: Ra¨²l Rodr¨ªguez y Paco de Amparo (guitarras flamencas), Pepe Torres (baile), Manuel Flores (comp¨¢s). Teatro Lope de Vega. Madrid, 16 de febrero.
Fue antes que nada, si se me permite decirlo, una ceremonia libre y jubilosa, que transmiti¨® encantamiento, belleza y arte. Es curioso c¨®mo estas m¨²sicas populares, que por serlo tienen tantas cosas en com¨²n, aunque no nos paremos a pensarlo, pueden caminar juntas sin violencia ni sofisticados ejercicios de fusi¨®n. Y eso, aunque tanto la copla y el flamenco como el tango siguen anclados para muchos en tiempos ya idos, que se les antojan mejores en aras de una pureza que no sabemos muy bien lo que es. Anclados, ¨¦sa es la palabra: los de la copla, en Molina y la Piquer; los del flamenco, en Caracol y Marchena; los del tango, en el canon de Gardel.
Y, sin embargo, Rinaldi y Martirio nos gritaron esta noche que no tiene por qu¨¦ ser as¨ª. O que no tiene por qu¨¦ ser s¨®lo as¨ª, pues cuando quisieron se dieron un ba?o de impecable ortodoxia en temas como el tango de los tangos, La cumparsita, o en ese tributo al ¨²ltimo y refrescante clasicismo de la copla en el admirable tema de Carlos Cano Mar¨ªa la Portuguesa.
Las dos protagonistas, Martirio y Susana Rinaldi, cantaron como saben hacerlo, muy bien y con pasi¨®n, con esa convicci¨®n s¨®lo posible en los grandes artistas cuando son ellos los primeros convencidos de la bondad de su arte. En definitiva, nos est¨¢n diciendo que la m¨²sica es toda una, y que sobran los departamentos estancos que limitan inspiraciones e impulsos creativos. Hubo otros muchos protagonistas. Todos los m¨²sicos, aunque hay uno a quien no quiero dejar de rendirle mi elogio por tanta emoci¨®n y tanta belleza como nos transmiti¨® con su bandone¨®n: Walter R¨ªos. Y un p¨²blico de ac¨¢ y de all¨¢ entregado, entusiasmado, y en libertad.
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