"El pecado de Toledo es no aliarse conmigo"
La mayor¨ªa de peruanos duda de la permanencia del presidente Alejandro Toledo cuando s¨®lo ha cumplido la mitad de su mandato. Ha nombrado a su quinto Gabinete en dos a?os y medio sin despertar grandes esperanzas. Alan Garc¨ªa, de 55 a?os, abogado, l¨ªder del APRA, el principal partido de la oposici¨®n, cree que se trata de una estrategia dilatoria. Favorito en las encuestas, Garc¨ªa despierta pasi¨®n entre quienes le ven como el pr¨®ximo presidente de Per¨², y odio de los que le reprochan la crisis econ¨®mica y pol¨ªtica entre 1985 y 1990, cuando gobern¨®.
Pregunta. ?Qu¨¦ ha hecho tan mal Toledo para que, en la mitad de su mandato, las encuestas le den el 7% de aceptaci¨®n?
Respuesta. En el mundo hay diferentes oficios. Cada uno tiene que saber para qu¨¦ oficio est¨¢ preparado y no invadir aquellos para los que no est¨¢ capacitado. El pecado original de Toledo es haber rechazado la que fue una oferta sincera y generosa del Partido Aprista, que hab¨ªa obtenido el 47% de los votos en las elecciones presidenciales, de participar en su Gobierno y bajo sus ¨®rdenes. Para m¨ª, el 3 de junio de 2001 hab¨ªa algo m¨¢s importante que ganar o perder las elecciones, y era abrir un espacio democr¨¢tico de largo plazo para Per¨². Creo que un c¨¢lculo errado lo llev¨® a una alianza de mezquindad y de corto plazo.
P. ?Cu¨¢les son sus cr¨ªticas a la actual gesti¨®n?
R. Los errores b¨¢sicos de Toledo han sido una mala alianza, visible desde el comienzo; un conjunto de promesas electorales imposibles de cumplir y un mal comportamiento plagado de esc¨¢ndalos sucesivos que involucran a las personas m¨¢s cercanas. No s¨¦ c¨®mo se despertar¨ªa Espa?a si al d¨ªa siguiente de elegir a un jefe de Gobierno se entera de que gana 100.000 d¨®lares al mes o que se asigna ese sueldo. En Per¨² nos enteramos de que el sueldo asignado al presidente era de 18.000 d¨®lares, que para Per¨² equivale a 100.000 d¨®lares de Espa?a. Los pol¨ªticos de la oposici¨®n corremos el riesgo de ser arrastrados por el descr¨¦dito del Gobierno.
P. Los problemas pol¨ªticos de Per¨² contrastan con unos indicadores econ¨®micos aparentemente aceptables.
R. Algunos hacen un razonamiento equivocado. Dicen que Per¨² es como un atleta que ha enloquecido: el cuerpo econ¨®mico est¨¢ muy bien y es el cerebro pol¨ªtico el que est¨¢ fallando. Falso. El cuerpo no est¨¢ nada bien. Porque el crecimiento econ¨®mico que presentan como gran ¨¦xito se debe b¨¢sicamente al crecimiento de los precios de los metales, y la inversi¨®n que ha llegado este a?o se debe a los compromisos de inversi¨®n de proyectos del Gobierno de Fujimori.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa su pol¨ªtica?
R. Las experiencias fujimorista y toledista dejan al pa¨ªs una v¨ªa de centro. Para nosotros, de centroizquierda, tendente a lo social. De convocatoria del capital externo y de seguir ejemplos tan importantes como Chile, China, M¨¦xico, donde podemos aprender que con audacia se puede convocar capital y generar empleo si se tiene un sistema pol¨ªtico s¨®lido, que d¨¦ garant¨ªas.
P. ?No cree que en Per¨² hay un mal recuerdo de su gesti¨®n?
R. Y que el Gobierno y las fuerzas adversarias se complacen en atizar.
P. Pero su pasado es una mochila pesada.
R. El partido tiene una mochila de viejos problemas, pero tambi¨¦n tiene alas ideol¨®gicas, hist¨®ricas y de esperanza. Si uno es ¨²til para el pa¨ªs, la gente lo entiende. Si no, usted no podr¨ªa explicar mis cinco millones de votos en el a?o 2001, cuando todos pensaban que iba a obtener el 3%.
P. Otro de los temores que despierta su vuelta es el recuerdo de su enfrentamiento con los organismos financieros.
R. Vivimos un milenio distinto. Ya no est¨¢ al frente del FMI el mismo equipo, el Banco Mundial habla ahora de combatir las desigualdades. El paso cualitativo de los organismos financieros ser¨ªa buscar una soluci¨®n que alivie a estos pa¨ªses del peso inmenso de tener que pagar una deuda que se ha multiplicado por ella misma. Per¨² tiene severos compromisos de pago de deuda los a?os 2005 y 2006. Casi el 40% de todos los ingresos tributarios del a?o pr¨®ximo ser¨¢n para pagar intereses.
P. ?Le preocupa que la sombra de Fujimori y Montesinos siga planeando sobre Per¨²?
R. Nunca le he tenido temor a Fujimori. S¨¦ c¨®mo es y s¨¦ cu¨¢l es su peso qu¨ªmico y neuronal. Pol¨ªticamente es algo del pasado.
P. ?Se imagina usted a Montesinos libre alg¨²n d¨ªa?
R. No creo. Tiene tal n¨²mero de juicios y enredos entrecruzados, que no me imagino a Montesinos de nuevo en la calle.
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