El factor Davids
Aun cuando no debut¨® contra el Zaragoza y no jug¨® en Mestalla, la remontada del Barcelona en la Liga se asocia a la llegada de Edgard Davids. Frank Rijkaard le consideraba un fichaje prioritario y la respuesta del equipo le ha dado la raz¨®n. A la que el entrenador ha tocado la tecla Davids, el Bar?a se ha puesto a funcionar. Arreglada la defensa con defensas, el t¨¦cnico ha encontrado soluci¨®n a los problemas de la media con la llegada del centrocampista holand¨¦s.
Empe?ado en encontrar un futbolista agresivo, competitivo y laborioso que compensara la calidad de jugadores como Xavi, Iniesta o Ronaldinho, Rijkaard hab¨ªa probado con Gerard, Motta y Cocu sin obtener resultado. La ofuscaci¨®n le llev¨® incluso a mezclar a M¨¢rquez con cualquiera que no fuera Xavi, de manera que no hab¨ªa forma de adivinar si el Barcelona jugaba con medio centro o apostaba por un doble pivote, confundido como andaba sobre la cancha.
Los errores individuales en las dos ¨¢reas, especialmente evidentes en la falta de gol y en los fallos de R¨¹st¨¹, agravaron el contencioso abierto en la divisoria azulgrana desde la partida de Guardiola. Rijkaard lleg¨® a la conclusi¨®n de que el equipo no ten¨ªa remedio e inst¨® a la directiva a fichar a Davids. Pese a que el debut del holand¨¦s, frente al Athletic, no solucion¨® el marcador (1-1), el Bar?a apareci¨® en el campo mejor organizado y equilibrado, y m¨¢s consistente. Davids ha aportado cosas que no ten¨ªa el equipo; ha ejercido de pegamento y ha mejorado a cada uno de sus acompa?antes, que han acabado por situarse en sus puestos m¨¢s naturales: Cocu se ha retrasado en la misma medida que Xavi juega m¨¢s adelantado y Ronaldinho se arranca como trescuartista.
Discutible desde el punto de vista de la simetr¨ªa, el Barcelona ha empezado a ganar los partidos desde que ha intentado crear la superioridad en el centro del campo. Invariablemente, juegan tres medios con funciones tan espec¨ªficas que la ausencia de uno no significa necesariamente la ruina de todos. La ocupaci¨®n del terreno es m¨¢s racional y la rueda de cambios no tiene por qu¨¦ afectar el funcionamiento del grupo. En Valencia no jug¨® Davids, sino Motta, y resolvi¨® Gerard, sustituto del italo-brasile?o, por la misma regla de tres de que Iniesta era el recambio de Xavi en un cuadro que dispuso de hasta ocho futbolistas de la cantera. Que un suplente decidiera un partido tan exigente, con un marcador que demandaba gran control psicol¨®gico, avala la mejora del equipo y certifica que las combinaciones comienzan a funcionar porque los automatismos del juego parecen m¨¢s memorizados.
La l¨ªnea de vida ha mejorado con Davids. Vald¨¦s es un buen portero, Puyol defiende muy bien con M¨¢rquez y Ronaldinho ataca estupendamente. Aunque a Rijkaard le quedan asuntos por resolver, sobre todo en la delantera, el trazo del equipo es por vez primera evidente y el margen de mejora del plantel -uno de las m¨¢s j¨®venes de la Liga- se supone apreciable. El Bar?a, parece, tiene por fin un plan y se ha puesto en marcha.
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