Desprecio por la resoluci¨®n l¨®gica
Planteamiento de interrogantes. Resoluci¨®n de enigmas. Toda pel¨ªcula de terror sigue este cl¨¢sico esquema en el que la primera parte ocupa unos dos tercios de metraje y la segunda, el ¨²ltimo tercio. Lo malo es que la mayor¨ªa de las producciones lanzan unos fuegos tan artificiales al principio, que luego sus historias son imposibles de resolver a trav¨¦s de una explicaci¨®n l¨®gica, ya sea basada en lo natural o en lo sobrenatural. Gothika, primera pel¨ªcula americana del franc¨¦s Mathieu Kassovitz, reincide en el error.
El planteamiento inicial puede resultar atractivo: de la noche a la ma?ana, una psiquiatra pasa de observar a los locos desde detr¨¢s de la barrera a verlos desde dentro tras ser acusada de un tremendo asesinato. Ahora, recluida en una celda, debe convencer a sus antiguos colegas de que no recuerda demasiadas cuestiones de la noche de autos y de que ver cada cierto tiempo a una ni?a fantasma no significa que est¨¦ para que la aten.
GOTHIKA
Direcci¨®n: Mathieu Kassovitz. Int¨¦rpretes: Halle Berry, Robert Downey Jr., Charles S. Dutton, Pen¨¦lope Cruz. G¨¦nero: terror. EE UU, 2003. Duraci¨®n: 95 minutos.
Kassovitz, que despu¨¦s del ¨¦xito de El odio (un filme de denuncia social), en 1995, se ha centrado definitivamente en el cine m¨¢s comercial, mantiene la tensi¨®n durante alrededor de una hora de metraje con el apoyo de dos buenos int¨¦rpretes (Halle Berry y Robert Downey Jr.) y de una Pen¨¦lope Cruz en su mejor papel en Estados Unidos (muy corto, pero bien resuelto). El director franc¨¦s ni siquiera tiene la tentaci¨®n de la mayor¨ªa de sus colegas, ofrecer miedo mediante el habitual m¨¦todo de los estallidos de m¨²sica (esos que provocan un ataque de t¨ªmpano pero nunca un ataque de nervios).
Vulgar trilero
Sin embargo, cuando hay que llegar a la resoluci¨®n de enigmas, el guionista Sebasti¨¢n Guti¨¦rrez comienza a sacar ases de la manga como un vulgar trilero. ?Qu¨¦ resorte se enciende en la mente del rol de Halle Berry para ir hacia la celda de Pen¨¦lope? ?Por qu¨¦ va m¨¢s tarde a la casa de campo? ?C¨®mo no ha visto antes esa entrada en el desv¨¢n, que tiene incluso una enorme argolla que la abre? Y hasta Kassovitz empieza a utilizar la m¨²sica como un poseso (hay un momento literalmente de risa en el despacho de Robert Downey).
A todo ello se le unen un ep¨ªlogo sin sentido (?por qu¨¦ tienen todos esa cabezoner¨ªa por dar un ¨²ltimo giro a las historias de intriga, cuando la mayor¨ªa de las veces no vienen a cuento?) y dos tremendos errores de casting, incre¨ªbles en una producci¨®n de este fuste. Sin necesidad de desvelar el final, digamos que hay dos personajes que llevan escrito en la cara del int¨¦rprete lo que esconden detr¨¢s de sus acciones.
Es entonces cuando Kassovitz y Guti¨¦rrez, que pueden ser unos tramposos pero que no tienen nada de tontos, se dan cuenta de que son incapaces de enga?ar con tanta mentira y deciden introducir la gran frase de la pel¨ªcula, pronunciada por Halle Berry: "La l¨®gica est¨¢ sobrevalorada". Ya.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.