"La personalidad de Dal¨ª es un peligro permanente y eso asusta a la fundaci¨®n"
Robert Descharnes es la "bestia negra" de la Fundaci¨®n Gala-Dal¨ª. A sus 78 a?os, el que fuera colaborador del pintor desde los a?os cincuenta est¨¢ enfrentado en varios tribunales con el Estado espa?ol y con la fundaci¨®n por la gesti¨®n de los derechos de autor del artista, y se lamenta de que no se valore ni se tengan en cuenta sus investigaciones y estudios sobre el mismo, al que considera "el rey de la confusi¨®n". Estos d¨ªas ha salido al mercado la versi¨®n castellana de su pol¨¦mico libro Dal¨ª. La herencia infernal (editorial La Marge), en el que critica ferozmente la actual direcci¨®n de la fundaci¨®n adem¨¢s de relatar suculentas an¨¦cdotas sobre el artista; y en Francia ha aparecido tambi¨¦n recientemente el libro Dal¨ª. Le dur et le mou (editorial Eccart), escrito en colaboraci¨®n con su hijo Nicolas, en el que analiza y recopila las esculturas y objetos realizados por el artista a lo largo de toda su trayectoria. Ayer estuvo en Barcelona acompa?ado de su hijo para, entre otras cosas, visitar las exposiciones dedicadas al artista con motivo del A?o Dal¨ª, una celebraci¨®n en la que Descharnes, con el que la conversaci¨®n deriva siempre alrededor de sus cr¨ªticas a la fundaci¨®n, es el gran ausente.
"La sala dedicada a los cuadros de Pitxot en el museo de Figueres ten¨ªa que ser temporal"
"Demart tiene un plazo de 90 a?os para liquidar los derechos de autor del pintor"
"No reposa en paz porque ¨¦l quer¨ªa estar enterrado junto a Gala, en Pubol"
Pregunta. En el libro acusa a los responsables de la fundaci¨®n de, como m¨ªnimo, mediocres y peque?oburgueses. ?Piensa que la fundaci¨®n difunde bien a Dal¨ª?
Respuesta. No. Hay cosas dif¨ªciles en la personalidad de Dal¨ª que la fundaci¨®n no puede apoyar, como son los aspectos sexuales, el erotismo, la escatolog¨ªa... Intentan situarlo en un lugar m¨¢s confortable para ellos porque la personalidad de Dal¨ª es un peligro permanente y esto les asusta. Dal¨ª era la provocaci¨®n permanente, pero esta provocaci¨®n no existe ahora en Figueres.
P. En el libro menciona que tiene en su poder una fotograf¨ªa de Dal¨ª en la que aparece desnudo y con el pene en erecci¨®n. ?Piensa publicarla?
R. No. Hay muchas cosas que no se divulgar¨¢n en la prensa. Lo que s¨ª preparo es una exposici¨®n sobre el Dal¨ª er¨®tico que incluir¨¢ textos e im¨¢genes y, posiblemente, se presentar¨¢ en Par¨ªs en los pr¨®ximos a?os.
P. Tambi¨¦n reabre la pol¨¦mica sobre la tumba de Dal¨ª. ?No le parece bien que se enterrara a Dal¨ª en la torre Galatea del Museo Dal¨ª?
R. ?l quer¨ªa estar enterrado en P¨²bol, al lado de Gala, en donde se hab¨ªa preparado la tumba con un agujero para que pudieran darse la mano. El entierro en el museo fue una operaci¨®n municipal organizada por el entonces alcalde de Figueres, Mari¨¤ Lorca. Es una historia muy triste. Dal¨ª no reposa en paz. Aunque creo que ser¨ªa posible un traslado. Si Napole¨®n regres¨® a Les Invalides, en Par¨ªs, despu¨¦s de un siglo y medio, ?por qu¨¦ no volver a Dal¨ª al sitio que hab¨ªa elegido?
P. Ha criticado que se mantenga en el museo de Figueres la exposici¨®n de obras de su actual director, Antoni Pitxot.
R. De los actuales responsables de la fundaci¨®n, Pitxot es el ¨²nico que tiene verdadero feeling con Dal¨ª. Lo que pasa es que entr¨® en contacto con ¨¦l muy tarde, en los setenta, y aunque tiene sensibilidad no tiene conocimiento de las interioridades del taller. Dal¨ª pens¨® esta exposici¨®n de los cuadros de Pitxot como algo temporal, no para siempre. Esa sala era para tener espacio libre para otras cosas, una previsi¨®n muy cl¨¢sica en ¨¦l. De todas maneras, el museo no sirve para explicar a Dal¨ª, genera confusi¨®n, pero era una confusi¨®n buscada. Por ejemplo, le gustaba mucho cuando alguien dec¨ªa que "sus" cuadros de las salas Pitxot eran muy buenos.
P. ?Cu¨¢ntos pleitos tiene usted contra la fundaci¨®n?
R. Cuatro o cinco. Pero el principal es el que mantiene que el Estado espa?ol no pod¨ªa ceder a la fundaci¨®n en 1994 un derecho que no ten¨ªa. La sociedad Demart, que fund¨¦ en 1986, hab¨ªa firmado un contrato con el artista mediante el cual yo ten¨ªa la gesti¨®n de los derechos de autor de Dal¨ª hasta el 11 de mayo de 2004. Tambi¨¦n estamos valorando si finalmente, y en vista del retraso de la justicia ordinaria espa?ola, trasladamos al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo la demanda en contra de mi expulsi¨®n, tambi¨¦n en 1994, del patronato de la fundaci¨®n. Fue el mismo Dal¨ª el que me nombr¨® patrono vitalicio y Ramon Boixados [presidente de la fundaci¨®n desde 1991] decidi¨® expulsarme.
P. ?Cree que todav¨ªa puede volver a la fundaci¨®n?
R. ?Como pr¨®ximo presidente? [r¨ªe]. Bueno, ?por qu¨¦ no? Aunque de momento no veo la posibilidad de un acuerdo, sino todo lo contrario. Intentan que mi conocimiento de la obra de Dal¨ª desaparezca de todas partes. Hace dos d¨ªas, en Figueres, un librero me explicaba que desde la fundaci¨®n le hab¨ªan prohibido que vendiera mis libros.
P. ?Hay un enfrentamiento personal entre usted y el presidente de la fundaci¨®n?
R. En cierta manera es la lucha de un intelectual contra un pol¨ªtico. Boixad¨®s quiso edificar una nueva "¨¦poca Dal¨ª", alejada de la idea original del pintor. El error fue poner al frente de la fundaci¨®n a un hombre sin prestigio internacional que no sab¨ªa nada sobre Dal¨ª ni lo hab¨ªa visto nunca. Esto es un poco triste para Espa?a. Su actuaci¨®n es muy cl¨¢sica de los pol¨ªticos, borrar a los adversarios.
P. En estos momentos hay una doble estructura alrededor de Dal¨ª, la de la fundaci¨®n y la suya, tanto en lo que se refiere a derechos, a dict¨¢menes de expertos como incluso a investigaci¨®n. La fundaci¨®n ha anunciado la inminente publicaci¨®n del cat¨¢logo razonado de sus pinturas y usted tambi¨¦n anuncia la publicaci¨®n del cat¨¢logo de ¨®leos. ?No se est¨¢ duplicando el trabajo de manera absurda?
R. Ya veremos. Nuestro cat¨¢logo se publicar¨¢ dentro de dos a?os. Cada uno de los libros y estudios que hemos ido publicando han sido referencias obligadas para el conocimiento de la obra de Dal¨ª. ?ste tambi¨¦n lo ser¨¢.
P. Le acusan de no liquidar la parte de derechos que gestiona.
R. Demart es un trust y esto quiere decir que hay un plazo de 90 a?os para liquidar eso. De todas maneras, no hay beneficios. Antes de 1994 invertimos contra la falsificaci¨®n y despu¨¦s en los pleitos contra la fundaci¨®n.
P. Si los derechos no dan dinero, ?por qu¨¦ se pelean por ellos?
R. En 1994, la mitad de la misi¨®n, pacificar el mercado, estaba cumplida. Pero cuando ten¨ªamos dinero para difundir la obra y organizar exposiciones, empez¨® el pleito con la fundaci¨®n.
P. ?Sigue habiendo falsos?
R. Cada vez menos. Los falsos llegaron a las cifras m¨¢s elevadas entre 1980 y 1988.
P. ?Ha o¨ªdo hablar del nuevo museo Dal¨ª que quiere construirse en Praga en un edificio que dise?ar¨ªa Daniel Libenskind?
R. S¨ª, pero de momento s¨®lo existe un simple encuentro del arquitecto con dos galeristas, uno de ellos un amigo m¨ªo que tiene una galer¨ªa en Par¨ªs. Hay que asegurar el terreno y el acuerdo del Ayuntamiento. Ser¨ªa un museo que reunir¨ªa varias colecciones particulares europeas y es posible que se centre en la relaci¨®n de Dal¨ª con el juda¨ªsmo, un tema que desarroll¨® bastante en Nueva York y sobre el que ya se ha hecho una exposici¨®n en Jerusal¨¦n.
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