El trabajo gui¨®n
El trabajo, junto al paisaje, el retrato -en todas sus especialidades-, la guerra y las naturalezas muertas son algunas de las tem¨¢ticas m¨¢s recurrentes en la historia de la fotograf¨ªa. Son los trabajadores vistos desde las im¨¢genes estereotipadas, como las captadas por Lewis Wickes Hine (1874-1940) -m¨¢s conocido como Lewis Hine- registradas a finales del siglo XIX en Wisconsin, con el argumento de grupos de ni?os mineros que posaban hier¨¢ticamente ante la c¨¢mara de este maestro, ya un cl¨¢sico, de la fotograf¨ªa. Tambi¨¦n retrat¨® en las minas a adolescentes con las caras embadurnadas (sobre el a?o 1910); no podemos, tampoco, en esta especialidad perder de vista la producci¨®n de sir Benjamin Stone, que retrat¨® con especial exquisitez a los granjeros de Worcester -all¨¢ por 1910-, ni el cat¨¢logo de oficios del viejo Par¨ªs -con toda suerte de panaderos- del que tanto gust¨® el cl¨¢sico Atget (Vidas y oficios de Par¨ªs, 1896-1910).
RET?RICAS DEL TRABAJO
Randstad Photocollection
Centro de Arte Contempor¨¢neo de M¨¢laga
Alemania, s/n. M¨¢laga
Hasta el 28 de marzo
Ahora nos llega a M¨¢laga una colecci¨®n con id¨¦ntica tem¨¢tica: ret¨®ricas del trabajo, procedente de la Randstad Photocollection. Un ¨¢lbum del que es responsable Astrid Wassenberg -titular de la colecci¨®n de fotograf¨ªa Werklwork- que antes de formar este paquete de figuras de cera, que posan m¨¢s tiesas que un cirio ante la c¨¢mara, deber¨ªa haber estudiado un poquito una de las especialidades m¨¢s emblem¨¢ticas del medio: la nobleza del trabajo como argumento. No es tarea complicada. Est¨¢ en todos los manuales y cat¨¢logos especializados, porque la historia de la fotograf¨ªa ha llegado mucho m¨¢s lejos que colocar a criaturas r¨ªgidas vestidas de uniforme laboral ante una pared y apretar, despu¨¦s, el obturador.
Lamentablemente, se trata de una ocasi¨®n perdida en la que de nuevo se programan exposiciones en las que se da por indocumentado al espectador. De todo el conjunto, la ¨²nica foto que se salva es la realizada por Carla van de Puttelaar, titulada Lena (1997) y, que adem¨¢s, en su contra, poco tiene que ver con el universo del trabajo. Un desastre.
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