Ruanda ensangrentada
La marfilense V¨¦ronique Tadjo (1955) ha tenido, por haber nacido de familia de altos funcionarios y artistas y por su propia trayectoria de escritora, una existencia viajera. En 1998 estuvo en Ruanda, es decir, a los cuatro a?os del genocidio organizado por el partido hutu en el poder y que extermin¨® en unos meses a unas 800.000 personas entre tutsis y hutus no fanatizados. Tadjo pudo acopiar una buena raci¨®n de testimonios aterradores de aquellos meses. El fruto es este libro, novelado lo preciso aunque obviamente no una novela en sentido estricto. Tadjo, apelando a un estilo de concisi¨®n, espolvorea cien historias de crueldad, mezquindad y dolor.
La obra es parte de un proyecto colectivo, "Ruanda: escribir por deber de memoria", impulsado por el festival Fest'Africa, una de las iniciativas que focos democr¨¢ticos africanos intentan expandir por todo el continente para que no vuelva a haber un genocidio semejante, que en su momento fue enmascarado, ignorado e incomprendido por Occidente y cuyo car¨¢cter planificado por los nazis de Ruanda s¨®lo ha sido denunciado posteriormente por algunos libros como Queremos informarle de que ma?ana seremos asesinados junto con nuestras familias, de Philip Gourevitch (Destino), o Una cama por una noche, de David Rieff (Taurus). Ahora -mangas verdes- Hollywood prepara una pel¨ªcula sobre aquel tremendo 1994, con Nick Nolte de protagonista.
LA SOMBRA DE IMANA
V¨¦ronique Tadjo
Traducci¨®n de N¨²ria Viver Barri
El Cobre. Barcelona, 2003
131 p¨¢ginas. 13 euros
"No estoy curada de Ruanda. No se puede exorcizar Ruanda", subraya Tadjo como conclusi¨®n. Sin embargo, esa catarsis quiz¨¢ sea la ¨²nica salida para los ruandeses y la ¨²nica v¨ªa pol¨ªticamente sensata para el Gobierno actual: que los asesinos proclamen sus vivencias y su arrepentimiento, y que las v¨ªctimas y los hijos de las v¨ªctimas les oigan. La voz de Tadjo contra el silencio pide s¨®lo: "Comprender. Disecar los mecanismos del odio".
Lo caracter¨ªstico del estilo escogido por Tadjo para esta narraci¨®n es el br¨ªo y las bridas con que ese br¨ªo se maneja para que resulte m¨¢s eficaz a la hora de calar dentro del lector. El relato avanza mediante una serie de retratos estremecedores, en los que la autora no escatima ni la fisicisidad ni la descripci¨®n pormenorizada de los hechos vividos por cada personaje. Tadjo sabe no recargar las tintas, que en este caso son las sangres. Lo que cuenta, y c¨®mo lo cuenta, basta y sobra.
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